Una final decepcionante y teñida de sangre
Christian Parejo sufrió una grave cornada en el muslo izquierdo y Alejandro Peñaranda fue elegido triunfador contra todo pronóstico
La final del Certamen de Novilladas Nocturnas de Las Ventas ha sido un completo fiasco, del que, quizá, los únicos que se pueden salvar son los novillos de Fermín Bohórquez, de una más que correcta presentación, mansurrones en los caballos, pero nobles, con recorrido y un desigual comportamiento que no fue aprovechado por los novilleros.
Mal estuvieron los tres, y uno de ellos, Christian Parejo, tuvo la mala fortuna de sufrir una cornada a la hora de matar a su primer novillo, lo que deja en el aire su anunciada alternativa, prevista para el próximo día 12 de agosto en la plaza francesa de Beziers.
Y mal, muy mal, el jurado, que decidió declarar triunfador del certamen a Alejandro Peñaranda, un joven con poco oficio y buenas maneras, que dio un auténtico mitin con la espada y el descabello en sus dos novillos.
En fin, que la final fue decepcionante; ni una vuelta al ruedo, y lo que es peor, ni un solo lance o muletazo para el recuerdo.
Es verdad que los tres novilleros están poco placeados; es verdad que no les faltó decisión y entrega, pero se esperaba mucho más de los triunfadores de los festejos anteriores del certamen.
Ninguno de los tres se estiró con el capote ni para recibir a los novillos ni en los quites posteriores; ninguno dibujó una tanda de muletazos que levantara el clamor de un público festivo y partidario, dispuesto a cantar a los cuatro vientos las ‘hazañas’ de sus toreros. Y no es que los novillos impidieran el lucimiento. Nobles en líneas generales, con cierta movilidad en la muleta, ofrecieron su colaboración a unos toreros con buena actitud pero escasos recursos.
Jorge Molina lidió tres novillos por la cogida de Parejo, sufrió dos volteretas impresionantes en el que abrió plaza, demostró que conoce las primeras lecciones del oficio, pero ninguna de sus faenas levantó el vuelo.
Soso fue el que lidió Christian Parejo, con el que anduvo simplemente aseado; tras dejar un pinchazo resultó volteado y herido. Se mantuvo en el ruedo hasta que acabó con su oponente y pasó a la enfermería por su propio pie.
Y cuando se anunció por megafonía que el jurado había decidido por mayoría que el triunfador era Alejandro Peñaranda, la cara del torero mostraba más incredulidad que satisfacción. Maneja con soltura los engaños, pero no hubo pasajes con gracia torera. Y él sabe mejor que nadie que la suerte suprema no es lo suyo, que se aplica con los codos en la mesa o el futuro se le presenta muy complicado. Muchos pinchazos, muchos descabellos, dos avisos en el primero y otro en el segundo, pero nada de ello tuvo en cuenta el jurado, que fue el que, de verdad, mereció una sonora bronca.
Bohórquez/Molina, Parejo, Peñaranda
Novillos de Fermín Bohórquez, bien presentados, mansos, sosos y nobles.
Jorge Molina: estocada _aviso_ _2º aviso_ y un descabello (ovación); estocada y un descabello (ovación); estocada atravesada y perpendicular y un descabello (silencio).
Christian Parejo: pinchazo y estocada (ovación). Fue cogido al entrar a matar. El parte médico indica que sufrió una herida en el tercio medio del muslo izquierdo con una trayectoria de 20 cms. que produce destrozos en fascia lata y músculo vasto interno; traumatismo craneoencefálico y erosiones múltiples en la cara. Pronóstico grave.
Alejandro Peñaranda: tres pinchazos _aviso_ tres pinchazos y cuatro descabellos _2º aviso_ y cinco descabellos (silencio); estocada trasera y tendida _aviso_ y cinco descabellos (ovación). Fue declarado triunfador del certamen.
Plaza de Las Ventas. 3 de agosto. Final del Certamen de Novilladas Nocturnas. Casi media entrada (9.283 espectadores, según la empresa).
Babelia
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