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Louis Stettner, el fotógrafo que retrató la belleza de la gente corriente y la dignidad del obrero

La Fundación Mapfre muestra en Madrid la mayor retrospectiva del poco conocido artista estadounidense, que enfocó su obra en demostrar la empatía hacia las personas

'Brooklyn Promenade', una de las fotografías más conocidas de Louis Stettner, tomada en Nueva York en 1954.
'Brooklyn Promenade', una de las fotografías más conocidas de Louis Stettner, tomada en Nueva York en 1954.Louis Stettner Estate
Manuel Morales

“¡Nadie sabe que estamos vivos!”, le dijo con amargura una costurera de una fábrica de ropa de Nueva Jersey al fotógrafo Louis Stettner. Él la observaba con su cámara para el libro sobre obreros trabajando que tenía en marcha pero, como confesó, no pudo olvidar nunca el gesto de dignidad de aquella mujer, que apenas levantaba la vista de su máquina. Viendo hoy sus imágenes, sorprende que Stettner sea tan poco conocido, incluso en su país, a pesar de que durante casi ocho décadas retrató en Nueva York y París a sus habitantes, muchas veces a un palmo de sus narices, atrapando sus semblantes de hastío, ensimismamiento, curiosidad, desconfianza…

Para intentar paliar la ignorancia sobre lo que ha sido su obra, la Fundación Mapfre, en Madrid, expone hasta el 27 de agosto su mayor retrospectiva hasta la fecha, con casi 200 imágenes. Es, además, la primera vez que pueden verse en España sus fotos, que muestran su empatía hacia los trabajadores, la de quien se confesaba marxista y llevaba siempre en un bolsillo un ejemplar del clásico del poeta Walt Whitman Hojas de hierba, por el que sentía devoción. “Whitman celebra a los hombres y mujeres y no tiene miedo, es quizá una de las razones por las que nunca he dejado de fotografiar en las calles”, escribió Stettner.

La comisaria de la muestra, incluida en el festival PHotoEspaña, Sally Martin Katz, explicó el martes, en la presentación a la prensa, que Stettner (Nueva York, 1922-París, 2016), de padres alemanes judíos que emigraron a Estados Unidos, “tuvo su primera cámara, un regalo, cuando tenía 13 años”. En su adolescencia fue asiduo del Metropolitan Museum of Art, allí hojeaba los números de la revista Camera Work, que había recogido las tendencias fotográficas de principios de siglo. Así conoció la obra de maestros como Alfred Stieglitz y Paul Strand.

Fue el primer paso antes de ingresar en el colectivo de izquierdas Photo League (1936-1951), concienciado en la denuncia social, donde sus aptitudes le convertirían más adelante en el profesor más joven del grupo, con solo 22 años. Allí aprendió y se hizo amigo, entre otros, de Weegee (el fotógrafo de descarnadas escenas de crímenes al que dio vida Joe Pesci en la película El ojo público). Stettner se enroló en el Ejército durante la II Guerra Mundial (“quería luchar contra los fascistas”, aseguraba). La experiencia (“tuve que aprender otro oficio, matar y evitar que me mataran”) despertó en él la idea de que “el hombre ordinario podía ser heroico”, subrayó Martin, conservadora de Fotografía del Museo de Arte Moderno de San Francisco.

De vuelta a EE UU, Stettner desarrolló su estilo, callejero, retratando a neoyorquinos en el metro que van y vuelven a casa del trabajo, con instantáneas de parejas que no se miran, mujeres con rostros de cansancio y tipos con sombrero y cara de malas pulgas, un acercamiento a ese microcosmos gracias a su cámara Rolleiflex (que tiene el visor en la parte superior), lo que le permitía disimular, hacer creer a sus retratados que solo estaba ajustando su máquina. En 1947 logró una beca del Gobierno para pasar tres semanas en París como alumno de un curso de cine. Se quedó cinco años. Allí aprende del grupo de los fotógrafos humanistas y su mirada se dulcifica, incluso se tiñe de lirismo, con predilección por fotografiar melancólicas calles vacías por las que caminan de madrugada solitarios personajes. En un documental de 1999 sobre su vida que hay al final de la exhibición, Stettner, un tipo simpático, con barba blanca y aspecto bohemio, apunta con humor otro motivo de su amor por París: “En EE UU no te compraba nadie una foto”.

'Mujer sujetando un periódico' (1946), una de las imágenes de Stettner sobre el metro de Nueva York.
'Mujer sujetando un periódico' (1946), una de las imágenes de Stettner sobre el metro de Nueva York.Louis Stettner Estate

En sus disparos busca la belleza de la gente corriente, define su estilo como “realismo humanista”. “Stettner siempre engrandece a las personas, nunca las empequeñece”, escribió de él su amigo y maestro Brassaï. Así ocurre con los obreros en cadenas de montaje, a los que retrata rodeados de los objetos que producen, ya fuera en fábricas de su país o en la Unión Soviética, Francia e Inglaterra. Es su homenaje a la clase trabajadora. “En medio del ruido, la suciedad, los humos y el riesgo de accidentes, me parecían personas muy sensibles, de una humanidad innata”, escribió.

En esa línea se incluye la llamativa serie que hizo en Ibiza en 1956 sobre dos marineros, Pepe y Tony. Durante dos días, a bordo de su barca, mostró sus manos, fragmentos de su cuerpo, de perfil, en pleno esfuerzo. “La forma más pura de fotografiar es manejar la realidad”, afirma en otro momento del documental como credo de su oficio.

Del Mediterráneo, la exposición, dividida en siete partes por orden cronológico, salta a la Penn Station, la gran terminal neoyorquina. Son imágenes brumosas tomadas desde el exterior de los vagones de hombres con sombrero que leen los periódicos codo con codo o de un marinero sentado con su uniforme blanco que contrasta con los asientos oscuros del tren. Son personas que captura en momentos de introspección o soledad. “Se trataba”, decía, de “revelar lo que no se ve fácilmente”.

'Autorretrato' en Santiago de Chile (2000-2001).
'Autorretrato' en Santiago de Chile (2000-2001).Louis Stettner Estate

Su ideología (se declaró admirador de un régimen como la República Democrática Alemana) le pasó factura en EE UU. Stettner fue interrogado por el macartismo para que delatara si había comunistas en la Photo League. No lo hizo. Si cabe, sirvió para reafirmar sus creencias, simpatizó con los Panteras Negras (organización comunista del black power) y se opuso con fuerza a la guerra de Vietnam. El FBI lo vigilaba, así que volvía con regularidad a su amado París, donde se instaló definitivamente en los noventa.

Colaborador de revistas como Life, Time, Fortune o Paris Match, “ese compromiso político y racial”, subraya la comisaria, además de ser reacio a integrarse en el circuito de exposiciones de los museos y grandes galerías y su falta de adscripción a cualquier movimiento o estilo”, motivó que no haya sido más célebre. Martin señaló que, pese a esto, pudo vivir de la fotografía: encargos, clases que impartía, colegas que le compraban fotos, pero también “gracias a sus colaboraciones en revistas como columnista sobre asuntos culturales o sobre otros fotógrafos, a los que alababa o censuraba”.

A finales del XX, Stettner empezó a probar el color, con el que experimentó en el bullicio y destellos lumínicos de Times Square para fijarse en personajes con semblante distraído entre el gentío. A modo de despedida de la fotografía y de la vida, hizo una última serie, cumplidos los 90 años, entre 2013 y 2016, en el macizo montañoso de los Alpilles (Francia), al que viajó con su mujer e hijos. De nuevo en blanco y negro, se fijó esta vez en los árboles retorcidos por el mistral, “como si los humanizara”, indica Martin. Fueron sus últimas imágenes, que transmiten su estado de ánimo, sereno, ante la certeza de que el final estaba muy cerca.

'Fundición de aluminio', Unión Soviética (1975).
'Fundición de aluminio', Unión Soviética (1975).Louis Stettner Estate

Louis Stettner

Hasta el 27 de agosto.

Horarios: lunes (excepto festivos): de 14.00 a 20.00. De martes a sábado: de 11.00 a  20.00. Domingos y festivos: de 11.00 a 19.00.

Precios: entrada general: 5 euros; reducida: 3 euros. Gratuita: lunes (no festivos).


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Sobre la firma

Manuel Morales
Periodista de la sección de Cultura, está especializado en información sobre fotografía, historia y lengua española. Antes trabajó en la cadena SER, Efe y el gabinete de prensa del CSIC. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y máster de Periodismo de EL PAÍS, en el que fue profesor entre 2007 y 2014.

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