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Feria de Otoño
Crónica
Texto informativo con interpretación

Doloroso desencanto

El debutante Adrián de Torres emborronó una templada faena al toro más noble de Adolfo Martín, y Ángel Sánchez sufrió dos impresionantes volteretas

El diestro Ángel Sánchez volteado en su faena al segundo de su lote.
El diestro Ángel Sánchez volteado en su faena al segundo de su lote.FERNANDO VILLAR (EFE)
Antonio Lorca

La corrida fue un desencanto; desilusionante en el caso de Adrián de Torres y Román porque, de una u otra manera, emborronaron sendas actuaciones de alto mérito, y doloroso en el de Ángel Sánchez, que sufrió dos espectaculares e impresionantes volteretas del complicado sexto de la tarde

Adrián de Torres es un torero natural de Linares, donde tomó la alternativa en 2012; andaba perdido y fue hallado el pasado mes de agosto en la feria madrileña de Cenicientos, donde rayó a gran altura ante un toro de Juan Luis Fraile, que le sirvió para estar anunciado en la Feria de Otoño.

Y ha vuelto a demostrar que aquello no fue una casualidad. Para empezar no es un pegapases, que no es decir poco. Tiene valor contrastado, conocimiento de los terrenos, emana seguridad y confianza, maneja con soltura y variedad el capote y se expresa con temple, largura y armonía con la muleta.

Su buen concepto lo expresó ante el soso y descastado primero, al que citó sin probatura alguna, como ya hizo en Cenicientos, y mediada la faena, le robó una tanda de naturales del alto voltaje. Lo mejor, sin duda, llegó en el cuarto, el más noble de la corrida, falto de codicia, pero desbordante de calidad, que le permitió una labor larga, salpicada de pinceladas brillantes por ambos lados. Toreo largo y ligado con la mano derecha; y hondo, brillante y arrebatador con la zurda. Hubo momentazos del mejor toreo clásico, ese que merece el mejor colofón en la suerte suprema.

Pero una vez más se demostró que nadie es perfecto, y Adrián de Torres tiene una asignatura muy pendiente que puede devolverlo al anonimato anterior. Su pésimo manejo de la espada echó por tierra todo el buen sabor de su toreo, y dijo a los cuatro vientos que merece una dura reprimenda. Él, mejor que nadie, sabrá cuáles son sus deberes si pretende seguir en el circuito.

Román no ha dejado nunca de ser un jabato y ha sido duramente castigado por los toros; pero ha vuelto a manifestar que no ha perdido el ánimo que le mantiene vivo en el escalafón. Su primer toro fue, quizá, el más complicado, que miraba los muslos del torero y le hacía una radiografía en 3d. Pero allí permanecía inmutable Román, dispuesto a mandar en el incierto y peligroso comportamiento de su oponente. Así, por entrega y vergüenza torera, llegó a trazar varios redondos meritísimos después de aguantar lo que parecía imposible en la cara del toro. Mató mal y todo se redujo a una ovación. Se justificó ante el inválido y protestado quinto, pero falló con estrépito en la suerte suprema, pues cobró una fea estocada muy atravesada que hizo guardia, y deslució todo el arrojo de que había hecho gala.

Y Ángel Sánchez bailó con el lote más deslucido. Muy soso y descastado el tercero, al que banderilleó primorosamente Curro Javier en dos pares sobresalientes por ejecución y exposición, y no le permitió lucimiento alguno. Al inicio de faena al sexto, muy deslucido, resultó volteado de forma espectacular, de modo que voló en el sentido literal y el costalazo sobre la arena fue de aúpa; se recompuso como solo pueden hacerlo los toreros, pudo trazar tres naturales sin perder de vista a su oponente y pronto montó el estoque. Consiguió un espadazo trasero y tendido, pero con tan mala fortuna que el toro lo atropelló cuando ya había salido de su jurisdicción y le propinó otra voltereta horrorosa de la que quedó inerme en la arena. Afortunadamente, el parte médico es tranquilizador.

Martín/De Torres, Román, Sánchez

Toros de Adolfo Martín, bien presentados, serios, astifinos, cumplidores en varas, sosos, blandos y nobles, a excepción del segundo y sexto, muy complicados. 

Adrián de Torres, que confirmó la alternativa: estocada baja -aviso- (palmas); pinchazo -aviso- seis pinchazos -2º aviso- y cinco descabellos (división de opiniones).

Román: metisaca, estocada _aviso_ y un descabello (ovación); estocada atravesada que hace guardia y un descabello (silencio).

Ángel Sánchez: pinchazo y estocada (silencio); estocada trasera y tendida, resulta volteado y acaba con el toro De Torres de un descabello (silencio). El parte médico señala que sufre una herida en la cara posterior del muslo izquierdo, unan herida incisa en la región frontal y una contusión en el hombro derecho, de pronóstico reservado.

Plaza de Las Ventas. Primera corrida de la Feria de Otoño. 2 de octubre. Media plaza (11.921 espectadores, según la empresa).

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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