Muere Pedro Navascués, historiador de la arquitectura y luchador por la defensa del patrimonio
Se enfrentó a la “sistemática destrucción” de edificios del siglo XIX y de los jardines históricos
Pedro Navascués Palacio, el gran historiador de la arquitectura española y batallador en pro del patrimonio arquitectónico, ha muerto en Madrid, el 5 de septiembre; repentinamente, a la edad de 80 años, en plena actividad investigadora e intelectual.
En Madrid, donde había nacido en 1942, estudió Filosofía y Letras, especialidad de Historia, y se licenció en 1965; y en esta ciudad, en esos años en que la piqueta no paraba mientes ante los monumentos históricos, empezó su temprano interés por la arquitectura y su valor patrimonial. De hecho, la “sistemática destrucción” de la arquitectura ochocentista, en particular de los conjuntos neogóticos y neomudéjares, le llevó a interesarse por ese período; y a realizar, dirigido por el arquitecto Fernando Chueca Goitia, su tesis doctoral sobre ese tema. Leída en el curso 1970/71, se publicó en 1973: y, desde entonces, su Arquitectura y arquitectos madrileños del siglo XIX ha sido el libro en el que hemos bebido, y seguimos bebiendo, todos aquellos que nos interesamos por aquella arquitectura, hoy comprendida y revalorizada, sin lugar a dudas, gracias a él.
A su gran producción investigadora, extendida al urbanismo y los jardines históricos (a señalar su defensa, junto con Carmen Añón, para recuperar los jardines de la Alameda de Osuna), hay que destacar su contribución a la docencia. Discípulo él mismo de los grandes maestros de la historia de la arquitectura en España, ha constituido el imprescindible eslabón en la formación de nuevos arquitectos e historiadores.
Desarrolló una fructífera carrera docente en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid: creando escuela, participando en proyectos y dirigiendo tesis doctorales. En 1978 obtuvo en ella la cátedra de Historia del Arte; y de ella sería subdirector en un largo período. Promovió, en los años noventa, los cursos de postgrado en conservación y restauración del patrimonio, donde siguió enseñando tras su jubilación en 2012.
No limitó su capacidad docente a las aulas: la extendió a otras enseñanzas no regladas y aprendizajes en multitud de cursos y viajes. Ha tenido una enorme presencia en el mundo cultural, no sólo en España. Fue académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando desde 1998 (donde desempeñó un impagable papel como presidente de la Comisión de Monumentos), doctor honoris causa por la Universidad de Coimbra, miembro de la Hispanic Society, presidente del patronato de la Fundación Juanelo Turriano y responsable de tantas, y a veces costosas, responsabilidades y acciones en defensa del patrimonio.
Javier García-Gutiérrez Mosteiro es arquitecto y catedrático de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.
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