Muere a los 83 años el actor Paul Sorvino, intérprete de ‘Uno de los nuestros’

El 25 de julio de 2022 quedará marcado como un día negro para el cine. A los fallecimientos del director Bob Rafelson y del actor David Warner, se suma el del también actor Paul Sorvino a los 83 años, conocido sobre todo por su participación en la gran película Uno de los nuestros, de 1990 (Goodfellas, en su original en inglés), de Martin Scorsese, sobre un grupo de gánsteres de Brooklyn. El filme tenía un reparto estelar: Ray Liotta, que falleció en mayo de este año, Robert de Niro, Joe Pesci, Lorraine Bracco y Paul Sorvino, que interpretaba el papel de Paulie Cicero. En el otro lado de la ley, Sorvino se metió en la piel de Phil Cerretta, sargento de policía de Nueva York en la serie Ley y Orden, en 1991. Fueron solo dos de sus papeles más importantes en una carrera de casi medio siglo. En el plano personal, era padre de tres hijos del primero de sus tres matrimonios: dos de ellos actores, Mira Sorvino, ganadora de un Oscar, y Michael Sorvino.

Roger Neal, un portavoz del intérprete, confirmó la muerte, sucedida en la Clínica Mayo, en Jacksonville (Florida), “por causas naturales”. Poco después, Dee Dee Sorvino, la que ha sido su tercera esposa desde diciembre de 2014, publicaba este tuit: “Estoy completamente devastada. El amor de mi vida y el hombre más maravilloso que haya existido se ha ido. Tengo el corazón roto”.

Su hija Mira, cuando ganó el Oscar por Poderosa Afrodita, de Woody Allen, dijo que su padre le había enseñado todo lo que sabía “sobre la actuación”, ante lo que él, orgulloso, declaró que no tenía palabras para expresar lo que sentía. “No las hay en ningún idioma, bueno, quizás en italiano”, bromeó entonces. Hoy, su hija Mira ha tuiteado: “Mi corazón está hecho pedazos. Se acabó una vida de amor, alegría y sabiduría con él. Era el padre más maravilloso. Lo amo tanto. Te envío mi amor a las estrellas, papá, mientras asciendes”.

Además de actor, Paul Sorvino fue cantante de ópera, empresario, escritor y escultor. Sin embargo, toda su carrera tiene como aldabonazo su interpretación de Paulie Cicero en Uno de los nuestros, basada en una banda italoamericana real de gánsteres. Con motivo del 25º aniversario de la película en 2015, que reunió a parte del elenco en el festival neoyorquino de cine de Tribeca, Sorvino declaró que este filme “es parte de la iconografía americana, una de las tres o cuatro mejores películas de la historia, y si tienes la suerte de hacer algo así en tu carrera, eres muy afortunado”. Una cinta que dejó numerosos momentos célebres, como el del propio Sorvino cortando un ajo con una cuchilla de afeitar en la cárcel. Sin embargo, el actor recordó ese día que estuvo a punto de abandonar el rodaje a los dos días de comenzar: “Llamé a mi agente y le dije: ‘Sácame de aquí, no puedo hacerlo”. Pero un día después, mientras se colocaba la corbata delante del espejo, se vio convertido en el personaje. “Y me dio miedo”, declaró.

Nacido el 13 de abril de 1939 en Brooklyn, su madre era ama de casa y profesora de piano, de ascendencia italiana. Quizás ello influyó en su temprana carrera musical y en que quisiera ser cantante de ópera. El padre era un inmigrante napolitano que trabajaba en una fábrica de batas. Su primera participación en una película fue en 1970, ¿Dónde está papá? Antes había sido redactor en una agencia de publicidad y gracias a sus dotes de canto, había debutado en Broadway en el musical Bajour, en 1964. A lo largo de los años setenta alternó los papeles de secundario en el cine, musicales y series de televisión. Como anécdota, fue el padre de Bruce Willis en la exitosa Luz de luna. En 1981 obtuvo uno de sus primeros papeles importantes con la película Reds, de Warren Beatty.

En 1990 llegó su gran momento con Uno de los nuestros y a los pocos meses se incorporó al reparto de Ley y Orden, que abandonó 29 capítulos después por el exigente ritmo televisivo, que además afectaba a sus cuerdas vocales para cantar. En 1995 hizo de Henry Kissinger en Nixon, de Oliver Stone. Consciente de que el público le asociaba sobre todo a los papeles de gánsteres, que había llevado a cabo en varias ocasiones, comentó en una entrevista en 2014: “La mayoría de la gente piensa que soy un gánster o un policía, pero la realidad es que soy escultor, pintor, poeta, cantante de ópera, ninguno de ellos es un gánster. Es casi mi objetivo en lo que me quede de vida convencer a la gente de que no soy un matón de párpados pesados”, decía con humor.

Fuera del cine, Sorvino participó en varias actividades sociales como la creación de una fundación para construir centros dedicados a tratar el asma en niños y adultos en Estados Unidos.