‘Despechá’: relato de cómo Rosalía ha logrado la canción del verano sin todavía sacarla oficialmente
Anoche, en el WiZink Center madrileño y ante 15.000 espectadores, la cantante culminó un nuevo concepto: fabricar un éxito antes de editarlo
No hay rastro de la canción en Spotify. Tampoco se encuentra en Apple Music ni en ninguna plataforma musical. Ni siquiera la puedes escuchar pagando. Y, sin embargo, Despechá es firme candidata a canción del verano. Bienvenidos a una nueva forma de crear un éxito pop. Rosalía, claro, es la maestra, la artista que siempre va dos pasos por delante.
Anoche, en el WiZink Center de Madrid, en el concierto número seis de la gira Motomami, la cantante coronó un nuevo concepto: fabricar un éxito que todavía no ha sido publicado oficialmente. Cuando llevaba una hora de concierto, comenzó a sonar Despechá, y un pabellón lleno con 15.000 personas comenzó a cantar la canción. Un tema aupado por el público en conciertos anteriores y en las redes sociales. Fue simbólico que precisamente en ese momento, unos 20 seguidores previamente seleccionados compartieran el escenario con la estrella para bailar el tema. La canción del pueblo para el pueblo. Rosalía quiso conceder mayor relevancia al momento con una encuesta popular en directo. “¿Cómo preferís que se llame: De lao a lao o Despechá?”. “¡Despechaaa!”, gritó hasta el último espectador del WiZink. Y Madrid bautizó oficialmente a la nueva joya del pop español.
Si alguien se pregunta hacia dónde deriva la música hoy, el fenómeno Despechá es buen ejemplo para marcar la dirección. “Rosalía nos descoloca a todos. Lo que hace es una maravillosa combinación de planificación e improvisación. Está todo el rato rompiendo esquemas. Las reuniones estos días del sector empiezan siempre por: ‘¡Habéis visto lo que ha hecho Rosalía!’. Todos estamos pendientes de su próximo paso”, apunta Fernando Delgado, 51 años y 25 en la industria musical española, hoy como director de Pias Iberoamérica, empresa de distribución, promoción y marketing.
La historia del triunfo de Despechá arranca el 6 de julio en la plaza de toros de Almería. Comienza la gira de Motomami, un periplo que llevará a la cantante catalana por 17 países. En España suma 12 conciertos en 10 ciudades, ya que en Madrid (19 y 20 de julio) y Barcelona (23 y 24 de julio) hace doblete. Horas antes del concierto de Almería, la propia cantante anuncia en redes sociales el repertorio que va a interpretar, algo bastante inusual y ejemplo de cómo funciona esta artista: en lugar de enviar a los periodistas acreditados la lista de las canciones del concierto con el aviso de “no publicar hasta que termine el recital” (así operan todas las estrellas), Rosalía la hace pública para que la gente acuda al espectáculo con el guion aprendido.
Entre los 31 temas aparecen tres nuevos: Aislamiento, Dinero y libertad y Mambo nueva, una pieza de la que se sabe su estilo musical (mambo —luego comprobaremos que no es tan mambera—), pero no el título. Las 12.000 personas que acuden al Recinto Ferial de Almería bailan Mambo nueva, pero se muestran algo fríos porque no se saben la letra. El tema se bautiza como Lao a Lao, ya que en una parte de la letra se dice “lo muevo de lao a lao”. Al día siguiente, docenas de vídeos del concierto corren por las redes sociales, sobre todo por YouTube y TikTok. Esta última red social es la clave de su estrategia. El concierto es una extensión de aquella sorprendente presentación que realizó en marzo del disco Motomami en TikTok.
Cuarenta y ocho horas después del primer directo de la gira y antes de la segunda fecha (Sevilla, 9 de julio), la cantante publica (siempre en sus redes) que se está planteando que Lao a Lao se llame Despechá. En el estadio de La Cartuja sevillano y en Granada (12 de julio), el público ya la canta, aunque tímidamente. El 13 de julio irrumpe el gran empujón: la cantante publica un vídeo en TikTok con 35 segundos de la ya conocida popularmente como Despechá.
Grabado por ella misma, Rosalía aparece en el vídeo simulando que habla por teléfono echada en la cama para luego desmadrarse bailando. Lo registra con ropa cómoda y con el cabello con dos coletas. Todo como de andar por casa. Ahí ya tenemos la música y la coreografía. A partir de este punto, la locura. TikTok funciona como el principal percutor de la canción. Niños, adultos, abuelos, famosos… Todos realizan sus playbacks de Despechá. Unos optan por una coreografía similar a la de Rosalía, otros se fabrican una nueva, trabajados cambios de estilismo incluidos. Los vídeos de aficionados acumulan al cierre de este artículo dos millones de reproducciones. La eurovisiva Chanel publica el suyo, la influencer María Pombo aporta su visión y dispara las reproducciones (tiene 2,7 millones de seguidores), participantes del reality La Isla de Las Tentaciones se suman a la fiebre…
Ya está prendida la mecha. El 14 de julio recala Motomami Tour en Fuengirola, Málaga, y allí ya los espectadores la cantan a voz en cuello. Como en los directos precedentes, el recinto está sembrado de móviles. Mientras otros artistas se irritan con sus seguidores por grabar los conciertos con los teléfonos, ella se muestra encantada con las pantallas (recuerden: la escenografía hace continuos guiños a TikTok). Cuantos más móviles, más vídeos al día siguiente corriendo de pantalla en pantalla.
La apoteosis llega en la siguiente fecha, Valencia. Rosalía para la canción a la mitad y dice: “Me parece muy fuerte que la estéis cantando”. Entonces comienza a entonarla a capela, pero acaba rendida al público: dirige el micrófono a la multitud y allí todo el mundo la corea. Es un tema breve, un minuto y medio (eso es lo que dura en los directos, a la espera de la grabación oficial), que no es reguetón (pero sí), que tampoco es bachata (pero un poco sí), que se arrima al merengue (aunque no es ortodoxo) y que tiene un ritmo contagioso y un mensaje de poder femenino. Rosalía ofrece algo distinto musicalmente con una letra de eso, despecho: “Baby, no me llames, que yo estoy ocupada olvidando tus males. / Ya decidí que esta noche se sale, con todas mis motomamis, con toda mis gyales”.
Cada día más gente se suma con vídeos que distribuyen por internet y el tema va creciendo en popularidad, aumentado por el impacto de la gira. Se acumulan las peticiones en redes para que se publique la canción. Elegimos uno de los cientos de mensajes en este sentido: “Los tiktokers bailan Despechá, las calles cantan Despechá, mi abuela se sabe Despechá. A qué estás esperando para sacarla, Rosalía”. Pero no llegará hasta dentro de un par de semanas, para culminar una operación inédita en el pop español: construir un éxito del verano cuando todavía no se ha publicado.
¿Cuánto de planificación hay en todo esto? Responde Raquel Fernández, responsable de estrategia de marketing digital de Sorti Studio, empresa dedicada a gestionar cuentas en redes sociales: “Pocas cosas de las que pasan en las redes sociales ocurren por casualidad. Actualmente, los canales sociales de todas las marcas (también la marca artista) son la mayor fuente de publicidad que existe. Rapidez de transmisión, poder de captación y, cómo no, de repetición. Precisamente en esto último se basan vídeos como el de Rosalía”. Fernández analiza el contexto donde ha triunfado Despechá: “Se trata de una estrategia de videomarketing que consigue viralizar el contenido de manera inocente. Una letra que nos representa, humor y baile lanzados por una artista internacional con la repercusión suficiente como para captar la atención de miles de seguidores al momento. Apoyo de personas influyentes con muchos seguidores. Y todo esto comprimido en 30 segundos de vídeo. Es cuestión de horas que cualquiera de nosotros se aprenda letra, independientemente de que haya ido al concierto y de que incluso le guste la canción. En menos de un día miles de personas pueden estar con la canción metida en la cabeza. Y ahí tenemos el éxito del verano”.
Pocas estrellas internacionales manejan personalmente sus redes. Rosalía sí. Y se nota que, a pesar de cumplir 30 años en un par de meses (el 25 de septiembre), la artista se conoce la casuística del público adolescente. “Si te fijas, muchos de sus vídeos están grabados con el móvil desde el suelo, que es como lo hacen los adolescentes, porque ellos no utilizan trípode. También se ve en esos movimientos de cabeza, que son casi manga, muy naif, y son los que se graba la gente joven. Ellos se sienten identificados con ella. La ven cercada”, apunta Delgado.
“¿Por qué no saca Despechá en Spotify?”, se preguntaba una seguidora a la salida del WiZink Center madrileño después de una hora y media del triunfante concierto de Rosalía. Hasta la cuenta oficial del recinto publicó un tuit sobre el asunto: “¿Puede sacar ya Rosalía Despechá?”. Un clamor que seguro compartían Pedro Almodóvar y Belén Esteban, saludándose anoche en la grada del recinto: Rosalía como lugar de reunión de la España desprejuicida.
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