‘Lingui. Lazos sagrados’: las mujeres africanas sí se quieren

Con la rabia y la impotencia aún frescas ante la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos de cortar el acceso de millones de mujeres a un aborto seguro y legal, llega esta original mirada sobre la dura realidad de un derecho que está lejos de estar garantizado en todas partes. Lingui. Lazos sagrados se suma a una nómina de historias recientes, como el emocionante documental argentino La ola verde (Que sea ley) y The Janes, sobre una red clandestina de proveedoras de abortos cuando este aún era ilegal en Estados Unidos, antes de 1973, o las crudas Nunca, casi nunca, a veces, siempre, Gran Premio del Jurado en el festival de Berlín y Premio Especial del Jurado en Sundance, o la estupenda y durísima película francesa El acontecimiento, basada en una novela de Annie Ernaux y ganadora del León de Oro en Venecia, un filme que recrea con un detalle pasmoso el insoportable rechazo que siente una mujer hacia su propio cuerpo cuando no quiere estar embarazada. De la Argentina actual a la Francia de los años sesenta, ese mismo dolor llega ahora desde África y desde un país como Chad, de mayoría cristiana y musulmana, donde las mujeres, como en el resto del mundo, son capaces de lo que sea para recuperar la autonomía de su cuerpo.

Pero Lingui. Lazos sagrados no es solo una película sobre el aborto. Es un drama luminoso y vital como las mujeres africanas que lo protagonizan. Mahamat-Saleh Haroun, uno de los cineastas africanos más relevantes de las últimas décadas, Premio del jurado de Cannes en 2010 por Un hombre que grita, en la que exploraba las relaciones paternofiliales, logra un filme tan sencillo como rotundo sobre personalidades fuertes a las que la adversidad no les quita el aliento. Concebida como un choque entre una madre (estupenda la actriz Achouackh Abakar Souleymane) y una hija, explora también las tragedias de la ablación o la violación impune. Todo a través de una puesta en escena cuya sencillez está cargada de detalles ricos en matices sobre la vida de esa hija que quiere interrumpir su embarazo y la relación con su madre, una mujer soltera, trabajadora dura e incansable, que se desvive por su única descendiente y que es capaz de todo por ella. El resultado es una historia de amor entre madre e hija y entre mujeres de varias generaciones que, frente al maltrato sistemático, se muestran solidarias y unidas.