La Fundación Toro de Lidia considera que la exclusión de la tauromaquia del bono cultural es ilegal y arbitraria
Lorenzo Clemente, presidente de la comisión jurídica de la entidad, analiza el recurso presentado ante el Tribunal Supremo
La Fundación Toro de Lidia (FTL) está plenamente convencida de que la exclusión de los espectáculos taurinos del bono cultural es una decisión ilegal y arbitraria del Gobierno. Así, de manera tajante y categórica lo afirma Lorenzo Clemente, presidente de la Comisión Jurídica de esta entidad, que ha dirigido la elaboración de las alegaciones que el pasado febrero presentaron ante el Ministerio de Cultura y el recurso contencioso administrativo que el 9 de mayo admitió a trámite la sala tercera del Tribunal Supremo.
El Boletín Oficial del Estado publicó el 29 de diciembre de 2021 la ley de Presupuestos Generales del Estado, que en su disposición adicional centésima vigésima segunda anunciaba la creación del bono cultural joven, que beneficiará a los jóvenes que cumplan 18 años en 2022, y tendrán derecho a un importe máximo de 400 euros “que se destinarán a las actividades y productos culturales, tanto públicos como privados, que se determinen reglamentariamente”, según el texto legal.
Tras unos titubeos políticos iniciales, pronto quedó claro que los espectáculos taurinos quedaban excluidos del bono y, a renglón seguido, comenzó una estrategia de la FTL, que, a estas alturas, cuando el bono cultural aún no está en marcha, espera una sentencia judicial definitiva.
“Al día siguiente de la publicación de la ley de Presupuestos, el ministro de Cultura, Miguel Iceta, declaró que el bono afectaría a todas las actividades culturales”, comenta Clemente, “pero, horas después le llama la vicepresidenta Yolanda Díaz, no tenemos pruebas, pero tampoco duda, y le dice que la tauromaquia debe ser excluida y, a partir de ahí, el ministro rectifica y dice que ya se decidirá cómo se articula”.
“La tauromaquia es el único evento cultural excluido del bono cultural”
A finales de enero, la web de Cultura publicó el borrador del reglamento, en el que ya aparece excluida la tauromaquia del bono cultural. Y el 16 de febrero, Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia, presenta un escrito de alegaciones con variados argumentos sobre ‘la ilegalidad y arbitrariedad de la decisión del Gobierno”.
“Cultura no respondió a nuestra interpelación”, prosigue Clemente, “y el BOE publica el 23 de marzo el Reglamento del Bono Cultural, que se mantiene inalterable, salvo en dos párrafos en la exposición de motivos en los que se dice que el real decreto contempla expresamente la exclusión de productos, entre los que figuran los espectáculos taurinos”.
Ante los hechos consumados, la FTL decide recurrir ante el Supremo y, el 9 de mayo, la Sala Tercera admite el recurso a trámite y pide al ministerio que aporte el expediente del reglamento. “Este es el procedimiento adecuado cuando se trata de una norma de carácter general, como es el reglamento del bono cultural”, explica Clemente. “Cultura cuenta con 20 días hábiles para aportar la documentación que le pide el Supremo y, a partir de ahí, con el expediente en manos de la FTL se abre otro plazo para la presentación de la demanda definitiva”.
Pregunta. ¿Resulta aventurado hablar de plazos?
Respuesta. “No es lo más aconsejable si nos referimos al mundo judicial, pero, en condiciones normales, el expediente debe estar a punto de llegar al Supremo, que se tomará unos días antes de remitirlo a la FTL, y calculo que estará en nuestro poder antes de las vacaciones de verano, a fin de que podamos presentar la demanda lo antes posible. Cultura tendrá un plazo para contestar y, después de ese trámite, el Supremo emitirá sentencia”.
P. Se supone que la FTL espera ganar el recurso planteado…
R. “La Comisión Jurídica de la FTL, que solo es un órgano consultivo, tiene plena confianza en ello porque sus miembros estamos convencidos de que se ha producido un acto injusto e ilegal. No recurrimos por recurrir; en este caso, existen bases sólidas para que los jueces tengan en cuenta el criterio de la Fundación”.
“Injusto e ilegal”, insiste Clemente, “porque la exclusión es exactamente lo contrario de la obligación legal que tiene el Gobierno de promoverla y tutelarla, como recoge la Constitución en su artículo 44.1 y la ley de 2013 que regula la tauromaquia como patrimonio cultural”.
La FTL admite en su escrito de alegaciones que la Administración tiene un cierto ámbito de discrecionalidad en la toma de decisiones, “siempre que no se vulneren previsiones legales y constitucionales”.
“Con el Ministerio de Cultura podemos hablar, al contrario de lo que sucede con Trabajo, donde no nos cogen el teléfono ni admiten diálogo alguno”
“El Gobierno puede escoger para el bono las actividades culturales que más hayan sufrido los efectos de la pandemia”, añade Clemente, “pero para ello debe justificar las pérdidas de cada sector; lo que no puede hacer es carecer de toda justificación y señalar que están todas afectadas menos la tauromaquia. Esa actitud no es discrecionalidad, sino arbitrariedad”.
El presidente de la comisión jurídica de la FTL hace hincapié en que el reglamento del bono cultural establece en el artículo 8 las actividades no subvencionables, entre las que señala la adquisición de productos de papelería, libros de texto curriculares, equipos de software y hardware, material artístico, instrumentos musicales, espectáculos deportivos y taurinos, moda y gastronomía.
“Ni la papelería, ni los libros de texto, equipos informáticos, el material artísticos y los instrumentos musicales constituyen un hecho cultural”, afirma Clemente, “como tampoco los espectáculos deportivos —solo la práctica del deporte se considera manifestación cultural—, ni la moda y la gastronomía, que sin perjuicio de su vinculación cultural, su tratamiento legislativo está vinculado a otros ámbitos”.
“En conclusión, el único evento cultural excluido es la tauromaquia”, ratifica.
Por ello, explica, han presentado el recurso ante el Supremo: “Queremos conocer el expediente del ministerio, comprobar si hay justificación para lo que han decidido y constatar cómo han valorado nuestras alegaciones”. A pesar de todo, el representante de la FTL admite que existe una buena relación con Cultura y, aunque aún no los ha recibido el ministro, mantienen una interlocución abierta con altos cargos del departamento.
“Con Cultura, al menos, podemos hablar, al contrario de lo que sucede con el Ministerio de Trabajo, donde no nos cogen el teléfono a pesar de nuestras reiteradas llamadas, no admiten diálogo alguno y nos tratan como si fuéramos unos infectados”.
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