Todos los Viyuela juntos por primera vez en un escenario
La familia de actores estrena en Madrid ‘La Paura!’, una obra del italiano Eduardo de Filippo que llevan a escena en un innovador formato mezcla de representación y ensayo
Ochenta sillas de tijera colocadas a tres bandas abrazan el pequeño escenario donde los cuatro miembros de la familia Viyuela van a actuar este miércoles juntos por primera vez. Los padres, Peye Viyuela y Elena González, han transmitido su pasión por el teatro a sus dos hijos, Camila y Samuel Viyuela. Los cuatro se confiesan felices. “Nunca habíamos estado juntos sobre las tablas. Es muy placentero ver cómo los hijos ahora no son nuestros hijos, sino compañeros de teatro”, comenta la madre.
La obra que les ha unido es La Paura! (¡Miedo!), un texto que dramaturgo italiano Eduardo de Filippo escribió en 1950. Para llevarlo a las tablas, la familia ha elegido un formato innovador, bautizado como “lectura en acción”, que consiste en que los actores interpretan sus personajes con el texto en la mano. El montaje, dirigido por Luis d’Ors, se representa durante cuatro días (18, 19, 24 y 25 de mayo) en el Teatro Fernán Gómez de Madrid. Junto a los Viyuela actúan también Markos Marín y Pepa Pedroche.
Como si de los vecinos de la familia de Nápoles creada por Filippo se tratara, los espectadores pueden verlo todo en este montaje que es una mezcla de representación y ensayo, incluidos los cambios de vestuario que realizan los actores en los entreactos. Es como estar en la “cocina” del teatro, con todos los artilugios a la vista. El público, muy cerca del escenario, se convierte en testigo privilegiado de lo que sucede. Se escuchan brillantes reflexiones sobre los miedos y las emociones que atenazaron a los ciudadanos napolitanos, pero también europeos, poco después de acabar la II Guerra Mundial. Y todo está teñido del humor corrosivo y único de De Filippo.
El alma de este proyecto es Luis d’Ors, que en el primer confinamiento de la pandemia tuvo ocasión de toparse con La Paura!, una historia dividida en tres actos que transcurre a lo largo de cuatro o cinco meses. “Esta obra no es de las más conocidas de De Filippo, pero sí la más oportuna y adecuada para estos momentos que vivimos. Está llena de imágenes y de ideas que conectan con la pandemia, el movimiento migratorio, la incertidumbre económica y ahora la guerra en Ucrania. De Filippo llega a la conclusión con este texto de que somos lo que creemos, que somos generadores de nuestra propia realidad”, ha explicado el director en un encuentro con la prensa este miércoles.
D’Ors destaca el nuevo formato elegido para este espectáculo, mezcla de capricho y de necesidad. También es una apuesta artística para dejar espacio al espectador, para que construya con su imaginario la puesta en escena completa. Al director le pareció adecuado proponer el proyecto a la familia Viyuela porque el dramaturgo italiano solía llevar sus textos a escena junto a sus hermanos y su propio hijo. “Necesitábamos un elenco muy cohesionado como es el clan Viyuela, que encajaba además muy bien con el reparto de la obra”, añade el director.
Según Pepe Viyuela, la grandeza del formato elegido resalta la importancia de la palabra en el teatro. “Vivimos momentos complicados en el teatro a nivel de producción, pero el deseo y el hambre por contar historias está intacto. Estamos en un territorio fronterizo, muy interesante, porque no es una lectura al uso, ni una función al uso. Esa presencia permanente del texto es también una forma de hacer un tributo al oficio del escritor y dramaturgo. Es la demostración de que el teatro se puede hacer de muchas maneras, con mucho o poco dinero, y que la esencia sigue estando en la palabra”, explica el actor, que interpreta al personaje más sobrecogido y extenuado por el miedo. “Filippo nos enseña el abuso de las guerras, con una sutilidad y una poética brillante. Nos muestra las excentricidades que uno puede llegar a realizar ante situaciones de pánico, como fue el acopio de papel higiénico durante el confinamiento”, añade Viyuela, sentado sobre un escenario en el que descansan multitud de rollos de papel higiénico.
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