La gran novela social de Luisa Carnés llega al teatro
Laila Ripoll adapta y dirige la obra más exitosa de la feminista, comunista y escritora de la generación del 27, que cayó en el olvido tras su exilio en México
Un olor dulzón a horno de pastelería invade al espectador en cuanto entra en la sala. Allí le espera una coqueta confitería, mostradores de madera, jugosas bandejas con bollos y dulces, licoreras, exquisitas tartas y un enorme y elegante escaparate desde el que se intuye el trajín de una céntrica calle del Madrid de los años treinta del siglo pasado. Es el mismo salón de té donde Luisa Carnés, gran narradora y una de las voces más importantes en la novela social de los años anteriores a la Guerra Civil, trabajó como empleada durante un tiempo. Las experiencias que allí vivió las trasladó a su obra más exitosa, Tea Rooms, un retrato sobrecogedor de los sueños, miedos y luchas de las mujeres trabajadoras de la época que, por primera vez, llega al teatro.
Laila Ripoll dirige esta función, con seis actrices sobre el escenario (Paula Iwasaki, María Álvarez, Elisabet Altube, Clara Cabrera, Silvia de Pé y Carolina Rubio), que es toda una denuncia de las desigualdades sociales y un grito contra la miseria y el sufrimiento de aquellas mujeres explotadas y acostumbradas a obedecer y callar. Tea Rooms se estrena este jueves en el Teatro Fernán Gómez, de Madrid, donde se representará hasta el 24 de abril.
Fue en 2016 cuando comenzó la recuperación de las novelas y reportajes de esta periodista y escritora, militante del Partido Comunista de España (PCE), que falleció el 8 de marzo de 1964 en un accidente de tráfico en México, país donde se exilió tras la Guerra Civil. A la publicación de Tea Rooms (editorial Hoja de Lata) y De Barcelona a la Bretaña (Renacimiento) siguió la de sus Cuentos completos dos años más tarde. Carnés había nacido en 1905 en Madrid, en el seno de una familia muy humilde, y pronto empezó a trabajar en distintos talleres y fábricas. “El descubrimiento de esta autora y esta obra tan comprometida y profunda ha sido para mí algo extraordinario”, confiesa Laila Ripoll, directora artística del teatro Fernán Gómez, que leyó Tea Rooms gracias a un regalo y desde el primer momento supo que aquella historia, narrada en primera persona por Matilde, el alter ego de la autora, tenía que pisar un teatro. “Es una novela que pedía a gritos ser representada en un escenario”, añade Ripoll, que ha cuidado la inmersión del público en el ambiente algo claustrofóbico de la trastienda de ese salón de té, donde a través de las conversaciones de estas mujeres trabajadoras se va entretejiendo la historia. Y es en la intimidad de ese espacio, donde, ya sea en susurros o a gritos, el espectador va entrando en las vidas y preocupaciones de todas estas empleadas, las del hambre, las de los abrigos remendados y los patios húmedos, las que subían siempre por la escalera de servicio. “Era la demostración de dos sociedades enfrentadas”, añade la autora en la obra.
La miseria, las huelgas, los despidos, la prostitución, los abortos ilegales y, también, los amores convocan a un grupo de mujeres diferentes, valientes y decididas, frívolas o despreocupadas, también alguna dura e implacable, pero todas ellas unidas en la lucha por la supervivencia y la dignidad. “Es un documento novelado de lo que vivieron muchas mujeres en aquella época, pero que perfectamente se puede trasladar al mundo de hoy. La mayoría de lo que se cuenta en la novela es actual”, según Ripoll, que ha contado con la ayuda y el apoyo de los nietos de Carnés, quien termina describiendo el mundo “carroñero” y la sociedad “podrida” que le tocó vivir, pero que lanza un grito de esperanza y de fe por abrir un “nuevo camino”.
Babelia
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