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Tribuna
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Carlos Luengo: amor y una pizca de ironía

Hilaba textos muy personales de temática amorosa o intimista, pero no exentos de una fina y cotidiana ironía y su profundo eclecticismo sonoro,

Carlos Luengo, en una foto promocional.
Carlos Luengo, en una foto promocional.SGAE (Europa Press)

“Es uno de los mejores y más polivalentes músicos españoles del último medio siglo, y si hubiera nacido en cualquier país anglosajón o francés, sería una estrella mundial”. Así definía en su día el cantante y productor José María Guzmán (exCadillac, exCánovas, Rodrigo, Adolfo Guzmán, o exSolera) a Carlos Luengo, el cantautor albaceteño fallecido en la madrugada del martes, víctima de un cáncer. Luengo hubiera cumplido este año los 74 años.

José María Guzmán también había producido el último disco del cantautor albaceteño, grabado en 2014 bajo el título de Tarde… pero corriendo, un trabajo editado en el pequeño sello Cadillac Music, con el que el músico regresaba a la actualidad tras algunos años alejado de los escenarios para dejar constancia de su facultad para hilar textos muy personales casi siempre de temática amorosa o intimista, pero no exentos de una fina y cotidiana ironía y su profundo eclecticismo sonoro, con un ramillete de canciones de tono melódico que picoteaban en salsas tan variopintas y diversas como pueden ser el pop, los ritmos brasileños, la ranchera, el country, la música latina y hasta el blues.

Con todo, habría que remontarse a los años setenta para localizar un tiempo en el que las canciones de Carlos Luengo visitaban la zona más caliente de las listas radiofónicas y resultaban más familiares a los oídos del gran público, un tiempo en el que tuvo la oportunidad de girar por España y Latinoamérica con cierto éxito y habitualidad.

Entre estos días felices, podríamos recordar su participación en el viejo Festival de Benidorm, tan de actualidad esta semana como plataforma del frenesí eurovisivo. En 1976, una de las épocas gloriosas del festival, Luengo consiguió la Sirenita de Plata con su canción Has dicho que sí, en una curiosa edición en la que el jurado proclamaría a Dyango como ganador absoluto, eso sí, con ciertos abucheos, como ha sucedido esta misma semana entre los milennials destacados en la costa. No hay nada nuevo bajo el sol alicantino.

Luengos cuentos, publicado en 1974 (donde se incluía Yo te quiero tanto, a la postre su canción más famosa), y a la Sombra del cielo, en el 75, ambos editados por Hispavox, lo habían convertido en uno de aquellos autores que por esos años aportaban a la canción melódica cierto pedigrí lírico y literario, pero que también trataban de sumar su inspiración contestataria a la causa abierta contra la falta de libertad de una dictadura que se acercaba a su fin, pero que aún tenía capacidad para mostrarse absurdamente autoritaria ejerciendo la censura, obstáculo al que Luengo prefirió acercarse a diferencia de otros compañeros más recalcitrantes mediante el lisonjero ejercicio del toreo metafórico.

La llegada de la democracia, sin embargo, para muchos de estos cantautores significó también el declive. De pronto, se les agradeció los servicios y se les fue apartando del panorama para dar paso a otras músicas más joviales y festivas que no recordarán tanto esa época negra de nuestra historia. En el caso de Carlos Luengo, también jugará un papel importante la desaparición de Hispavox, que había sido su discográfica de siempre.

Luengo aprovechará esos momentos más difíciles para trabajar en proyectos y espectáculos infantiles (como el televisivo El monstruo de Sanchezstein”), que evidenciaban su interés didáctico, y más adelante se irá prodigando como compositor para otros intérpretes fundamentalmente de canciones melódica. Jeanette, Emilio José, José Vélez, Nydia Caro o Iñaki Uranga, serán algunos de estos cantantes que incluyan en su repertorio obras de Carlos Luengo, que durante los últimos años y sin dejar de escribir y componer ya recluido en sus castillos de invierno, compaginará su vocación artística con un trabajo aparentemente más estable en el sector turístico.

Juan Mari Montes es escritor y autor de canciones.


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