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Crítica | El lobo de Snow Hollow
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘El lobo de Snow Hollow’: licantropía con espíritu de los ochenta

Jim Cummings repite protagonismo tras ‘Thunder Road’ con un personaje en principio muy semejante: un perdedor lastrado por los conflictos matrimoniales y familiares, y también policía

Jim Cummings, a la derecha, en 'El lobo de Snow Hollow'. En el vídeo, el tráiler de la película.
Javier Ocaña

Una de las más agradables sorpresas en plataformas durante los peores días de pandemia y encierro en casa fue el estreno de la singularísima Thunder Road, debut en el largometraje de Jim Cummings, que adaptaba un corto propio protagonizado también por su persona: una comedia negra sobre la depresión, desconcertante en su tono y en su estilo, que partiendo de lugares habituales del indie americano acababa alcanzando una fusión entre la comedia y la tragedia de exquisito cariño por sus personajes.

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Con El lobo de Snow Hollow, que llega en estos días a Movistar, Cummings repite protagonismo con un personaje en principio muy semejante: un perdedor lastrado por los conflictos matrimoniales y familiares, también policía —aquí es el ayudante del sheriff, precisamente su padre—, y que, como en Thunder Road, parece que se va a echar a llorar casi en cada toma. Gritón, exalcohólico y al borde de un ataque de nervios constante, el rol de Cummings articula una película insólita que, en su superficie, por el ambiente, el engranaje de thriller y el matiz de comedia negra, podría emparentarse con el Fargo de los hermanos Coen, pero que se despliega a partir de un espíritu aún más cafre y efervescente.

Un aire desprejuiciado y carente de grandes pretensiones, incluso en su escueto metraje, pero de envidiable socarronería, que, al estar centrado en un misterio donde los crímenes parecen perpetrados por un hombre lobo, nos lleva irremisiblemente a ciertas grandes obras de los años ochenta con semejante pátina de gamberra licantropía, principalmente Un hombre lobo americano en Londres y Aullidos. Y es justo ahí donde hay que encajar El lobo de Snow Hollow, en esa década donde resultaba difícil trazar la fina línea que a veces separa la estupidez supina, la chorrada perfecta y la genialidad histórica. De hecho, el sello de producción de Orion Pictures, compañía resucitada en 2013 tras su debacle económica de los años noventa, marca de principio a fin el divertido delirio de Cummings.

EL LOBO DE SNOW HOLLOW

Dirección: Jim Cummings.

Intérpretes: Jim Cummings, Riki Lindhome, Chloe East, Robert Forster.

Plataforma: Movistar.

Género: comedia. EE UU, 2020.

Duración: 83 minutos.

 


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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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