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Berlanga, el genio del cine incomprendido entre el gran público extranjero por ser “demasiado hispano”

La Filmoteca valenciana presenta ‘Furia española’, el estudio académico más ambicioso sobre la trayectoria vital, cultural y cinematográfica del director con motivo del centenario de su nacimiento

Ferran Bono
Berlanga
Luis García Berlanga, en el centro, durante el rodaje de 'Novio a la vista', en Benicàssim, en 1953, en una imagen cedida por la Filmoteca valenciana y el Berlanga Filme Museum.

La celebración del centenario del nacimiento de Luis García Berlanga, que se cumple el próximo 12 de junio, cuenta ahora con un ambicioso estudio elaborado por 35 estudiosos, la mayoría procedentes del ámbito académico. Furia española. Vida, obra, opiniones y milagros de Luis García Berlanga (1921-2010) es el título de los dos volúmenes, coordinados por los catedráticos de Comunicación Audiovisual José Luis Castro de Paz y Santos Zunzunegui, que tiene como propósito analizar desde múltiples puntos de vista a quien ha sido uno de los mejores y más personales directores de la historia del cine español, ”y del cine en general”, apostilla Castro de Paz. La obra se ha presentado este jueves en la Filmoteca de Valencia,

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Su cine, sin embargo, nunca tuvo un gran predicamento entre el público internacional más amplio, aunque sí entre la crítica, los festivales y los aficionados más cinéfilos. El universo creativo del director de Bienvenido, Mister Marshall (que recibió un premio en Cannes) y de Plácido (nominada al Oscar en lengua no inglesa) bebió sobre todo de la tradición popular española de la comedia y no tanto del neorrealismo italiano como se suele postular, según se recoge en el estudio, editado en valenciano y castellano.

“Durante muchos años se ha preconizado su conocimiento del cine italiano, sobre el que se construye su filmografía. Sin duda, ese impacto existió, pero hemos estudiado el cine español de los años 40, también el de la República; el teatro popular, las comedias, los actores de tripa que salían en la escena cómica, en las variedades, en los sainetes, en el teatro por horas, actores que no son guapos, como Pepe Isbert, pero que conectaban de inmediato con el público, y Berlanga da continuidad a toda esta tradición española y él mismo no lo ocultaba”, explica Castro de Paz.

“Sus famosos planos secuencia, abigarrados, con gente que habla y grita y que solo busca sobrevivir, ya se hacían en los años 40 en un cine marcado por el mal olor de la dictadura franquista. Berlanga profundiza en esa perspectiva hasta llevarla a lo goyesco, a la deformidad en un proceso que va de la ternura al esperpento”, agrega. El profesor de la Universidad de Santiago de Compostela sitúa en la misma tradición al “extraordinario cineasta, además de actor” Fernando Fernán Gómez y lamenta que apenas haya sido objeto de atención a pesar de que este año se cumple también el centenario de su nacimiento.

Berlanga en Los Ángeles, en 1961, cuando competió en los Oscar al ser nominado como mejor película de lengua no inglesa por 'Plácido' en una imagen del Berlanga Film Museum, del Institut Valencià de Cultura.
Berlanga en Los Ángeles, en 1961, cuando competió en los Oscar al ser nominado como mejor película de lengua no inglesa por 'Plácido' en una imagen del Berlanga Film Museum, del Institut Valencià de Cultura.

Otros capítulos de esta voluminosa obra encargada hace cuatro años por la Filmoteca valenciana, en colaboración con la española, se detiene en analizar cómo se ve el cine del director fallecido en 2010 en el extranjero: en Francia, en Alemania, en Argentina, en Egipto. El estudioso francés del cine Jean-Claude Seguin sostiene que la peculiaridad del director de El verdugo es que “se sitúa claramente en un espacio cultural hispano ―Grandeur nature constituye la única importante excepción―, con el cual existe un continuo diálogo”. Del cine de Berlanga ―y de Azcona― se podría decir que “es muy hispano y a veces demasiado hispano”, concluye. “Ese hispanotrofismo lo encontramos de forma ya más chabacana en la obra de los Ozores o en la serie de Torrente”, añade. La dificultad de subtitular y traducir los diálogos de sus películas frenó también su recepción entre el gran público.

En el primer volumen, la biografía del cineasta valenciano es revisada por el escritor Antonio Gómez Rufo, y su aportación a la cultura española es estudiada por el expresidente de la Real Academia Española, Darío Villanueva, que sitúa a Berlanga en la estela de los escritores neorrealistas del primer tercio del siglo XX español, y en Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo. También se abordan en otros artículos cuestiones como el amor y el aspecto erótico en el cine de Berlanga. Mientras Carmen Arocena estudia los rituales amorosos en Novio a la vista y ‘¡Vivan los novios!, Juan Miguel Company se centra en el erotismo y las parafilias berlanguianas. Castro de Paz considera que el cineasta, más que una actitud misógina, como se ha calificado, refleja en su película Tamaño natural, “el vacío y la angustia masculina ante el deseo de una mujer que no es capaz de satisfacer”.

El segundo volumen recoge textos de Berlanga, sobre él, facsímiles, entrevistas y material muy diverso. La obra ofrece un DVD que incluye El circo (1949), práctica realizada por Berlanga en el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC), y Se vende un tranvía (1959), capítulo piloto apenas conocido de la serie para TVE Los Pícaros, dirigido por Juan Esterlich, producido Luis García Berlanga, escrito por Berlanga y Rafael Azcona. La serie nunca se llegó a realizar.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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