221 cuadros son a medias entre Antonio De Felipe y Fumiko Negishi
La Justicia reconoce derechos de autoría sobre dos centenares de obras a la artista japonesa que el pintor empleó en su estudio hasta 2016. “Era quien procedía a la ejecución personal de la pintura del cuadro”, señala la sentencia
La Audiencia de Madrid ha dictado una sentencia por la que reconoce el “derecho moral de reconocimiento de la autoría” a la artista japonesa Fumiko Negishi (Tokyo, 50 años) quien participó en obras del pintor Antonio de Felipe, (Valencia, 56 años) tras ser contratada para ayudarle en su estudio. El fallo revoca otro anterior del juzgado mercantil número 3 de Madrid, al estimar que las tareas desempeñadas por Negishi contribuyeron a la relevancia de las obras de su empleador, ya que estima que las aportaciones realizadas no se redujeron a “algo accesorio”, sino que supusieron una contribución “central” en la confección de los cuadros.
El fallo se ciñe al reconocimiento de dicho papel de la artista japonesa, que era lo que pretendía el recurso. Ello no excluye que ahora se formulen reclamaciones económicas, por el momento no explicitadas. Lo que la iniciativa de Negishi ―representada por las letradas Cruz Sánchez de Lara y María José Rodríguez Rojas― pretendía como punto de partida era que se reconociese que dicha contribución a las obras firmadas por De Felipe había resultado “relevante”, como reza la sentencia dictada. El juzgado no consideró procedente que las habilidades de empleada y empleador fueran objeto de comprobación en una sesión conjunta o paralela, pero ha contado con dictámenes periciales para llegar a sus conclusiones.
La Audiencia ha considerado, en suma, que la artista japonesa no se limitaba a seguir las instrucciones de su jefe, sino que aportaba valor artístico a las obras en que intervenía. La sentencia estima que “quien procedía a la ejecución personal de la pintura del cuadro, plasmando en imágenes lo planeado, era Fumiko Negishi”, sin perjuicio de que De Felipe incluyera “de su propia mano, líneas, manchas o grafismos de diversas formas”. Y así en un total de 221 obras que solo él firmó, si bien ella tomó parte en la realización de los cuadros, numerosos de ellos dedicados a Audrey Hepburn o Marilyn Monroe.
De Felipe despidió a Negishi en 2016, y un juzgado de lo social lo consideró improcedente. La Audiencia ha tenido en cuenta el salario que la artista percibía para estimar que sus aportaciones no se limitaban a tareas administrativas u otras ajenas a la creación artística. El fallo resalta que posee “capacidad artística para conseguir que una realidad preexistente se plasmase en un soporte material con una fuerza creativa indiscutible”. Para la Audiencia, en suma, no es verosímil que la labor de la artista japonesa se circunscribiera, como sostuvo su empleador, a “empaquetar cuadros” o “cubrir zonas con cinta”. La sentencia también toma en consideración que De Felipe llevaba a cabo frecuentes viajes, y considera que en sus ausencias contó con la ayuda de Negishi porque de otro modo su producción difícilmente habría podido ser tan continuada.
El fallo también destaca que Fumiko Negishi es una artista que se licenció en pintura occidental en el año 1993 en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Joshibijyutsu de Tokio (Japón) y que también se formó, entre los años 1993 a 1996, en la Universidad Complutense de Madrid. Ha obtenido premios en Japón y en España, además de haber participado en exposiciones en ambos países.
Fumiko Negishi reaccionó ante la sentencia con emoción: “Estoy impactada. Hoy me toca asumir todos los reconocimientos, y me siento rodeada de alegría”. En 2016 puso la denuncia, cuando la despidieron, pero le pesaba la gran duda de si era lo correcto. La sentencia ha transformado ese miedo y culpa en júbilo, y le cuesta expresarlo. “Ha sido muy fuerte. Parecía que yo era la causante de un problema, pero no es así; el juicio me ha dado la razón. Y es normal que me haya sentido de esta manera, a cualquiera le pasaría”, afirmó este miércoles en una conversación telefónica con EL PAÍS. En el camino, asegura que ha sido imprescindible el apoyo de sus abogadas, Cruz Sánchez de Lara y María José Rodríguez Rojas: “Me han ayudado a discernir lo que estaba bien y mal”.
Para Negishi, el conflicto no tiene que ver con que ella sea mujer, si no con cómo funciona el sector artístico: “Si fuera un hombre el problema habría sido el mismo. En este gremio la firma es todo el trabajo, pero al fin se recupera esta labor escondida, este valor artístico de la ejecución de obras”. Recientemente participó en una exposición colectiva en Japón y ha trabajado mano a mano con su marido en una creación de intercambio entre España y Japón, además de colaborar con la Galería Cuatro, en Valencia. Aun así, reconoce que la pandemia ha causado unos meses muy duros para el arte: “Espero que se active pronto”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.