La autoría del ‘Salvator Mundi’, un secreto de Estado
Un documental francés revela que el museo del Louvre confirmó que el cuadro más caro del mundo procede del taller de Leonardo Da Vinci y no es obra propia del maestro. El Elíseo rechazó las presiones de Arabia Saudí para que se “blanqueara” su origen mostrándolo en una exposición junto a la ‘Gioconda’
La autoría de Salvator Mundi, el cuadro más caro de la historia tras ser subastado en 2017 por 450 millones de dólares como una obra perdida de Leonardo da Vinci, se ha convertido en un auténtico “secreto de Estado” con intereses geopolíticos que van mucho más allá de la relevancia artística de la pintura y que han tensado las relaciones entre París y Riad. Es lo que afirma el autor del documental Da Vinci a subasta: la historia del Salvator Mundi, el periodista francés Antonie Vitkine, según el cual el Louvre confirmó en 2018 que la pintura procede del taller del maestro renacentista, pero que no es obra suya, aunque el museo decidió no hacer públicas sus conclusiones. Pese al veredicto de los expertos, Arabia Saudí presionó a Francia para que el cuadro presuntamente adquirido por el príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salmán (MBS), como reveló la prensa, fuera incluido en la retrospectiva de Da Vinci que la pinacoteca parisina inauguró a finales de 2019. Ello habría validado una obra cuyos orígenes son objeto de controversia desde hace años y con la que el régimen de Riad buscaba apuntalar su imagen de modernización y cambio.
“El Louvre rechazó exponer el cuadro bajo la firma de Leonardo Da Vinci, como exigía Bin Salmán, y el caso llegó hasta el Elíseo para que se tomara la decisión, pero pese a todo se guardó el secreto sobre los descubrimientos científicos”, explica Vitkine en entrevista en París con periodistas del grupo Lena, entre ellos EL PAÍS. “Ganó la verdad, pero al precio de un secreto de Estado”, agrega Vitkine, cuyo documental será difundido en la televisión francesa el martes que viene y que en España estrenará la distribuidora Avalon en julio.
Para comprender la gran cantidad de intereses que están en juego tras el Salvator, hay que remontarse a abril de 2018 y la visita oficial de Bin Salmán a París. Francia es un socio clave de Arabia Saudí en general y, en particular, en el jugoso proyecto de Al Ula, la ciudad preislámica que Riad quiere convertir en un complejo turístico y cultural.
El príncipe heredero saudí fue recibido —y agasajado— por el presidente, Emmanuel Macron. Y hablaron de Salvator Mundi.
“El Elíseo nos explicó que para MBS era importante presentarse como la persona que abrió culturalmente Arabia Saudí y como un símbolo de modernidad”, explica en el filme Pierre, nombre tras el que se oculta un alto miembro del Ministerio de Cultura que asistió a las reuniones. El Salvator Mundi era la pieza clave de esta estrategia. Pero había un problema: para entonces, crecían las voces de los expertos internacionales que dudaban de que fuera de Da Vinci.
Analizado en el museo parisiense
Riad decidió enviar en junio de 2018 a París el Salvator para un proceso de autentificación en el Louvre, que preparaba una gran exposición sobre el maestro renacentista para finales de 2019. El cuadro permaneció tres meses en el museo, que posee un acelerador de partículas único en el mundo que permite realizar análisis en profundidad de las obras. “Yo mismo lo vi”, afirma en el documental Jacques, la otra alta fuente anónima del Gobierno francés. El veredicto fue contundente: “El peritaje científico permitió demostrar que Leonardo solo contribuyó a esa pintura, así que informamos a los saudíes”.
No era la respuesta que deseaba Riad y, sobre todo, un Bin Salmán que se jugó mucho al apostar fuerte por un cuadro de origen tan controvertido.
“Hablamos de una compra de prestigio”, explica Viktine. “Se inscribe en un contexto de la voluntad de Arabia Saudí de convertirse en un centro cultural con la construcción de museos. Y cuando se construyen museos, hacen falta cuadros. Pero Bin Salmán se topó con un problema, el hecho de que Arabia Saudí no es tan rica como parece. Y eso le supuso un problema político. Era complicado de asumir”. Sobre todo cuando la adquisición del Salvator por 450 millones de dólares (380 millones de euros en la época) coincidió con el arresto ordenado por MBS de dos centenares de hombres fuertes del reino acusados de haber malversado 86.000 millones de euros. ¿Por qué arriesgar tanto por una obra con tantos claroscuros? “Al comprar ese cuadro, un cuadro europeo, una imagen de Cristo, quería enviar también un mensaje a Occidente demostrando su modernidad y occidentalización”, según Vitkine.
En septiembre de 2018, más o menos cuando se conoció la opinión del Louvre, el Salvator Mundi fue retirado sin explicaciones de la exposición con la que se inauguró el Louvre de Abu Dabi. Sin embargo, su presentación en la pinacoteca parisina un año más tarde fue duda hasta el último momento. El documental revela que el Louvre se mostró dispuesto a exhibir la controvertida obra, pero no como pretendía Riad.
“La demanda de MBS era muy clara”, cuenta Jacques en la cinta. “Exponer el Salvator Mundi al lado de la Gioconda sin explicaciones, presentarlo como un Da Vinci al 100%”. A cambio, Riad prometió a Francia “negocios, un fondo”, señala la fuente, sin concretar. El caso llegó al Gobierno, donde el entonces ministro de Cultura, Franck Riester, y su par de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, abogan por ceder ante Riad, afirma la fuente. “Mi posición, que hice saber al más alto nivel del Estado, es que exponerlo bajo las condiciones saudíes equivalía al blanqueo de una obra de 450 millones de dólares”.
La decisión final la toma Macron a finales de septiembre de 2019: no se aceptarán las condiciones saudíes. “Estaba en juego la credibilidad de Francia y del Louvre”, defiende Jacques. El Salvator Mundi se convierte en el gran ausente de la exposición del museo parisino. Pero se guarda silencio sobre los motivos.
Un silencio que perdura. Consultado por EL PAÍS, el Louvre ha enviado este jueves la misma respuesta que dio en su momento al realizador: “Decidimos no responder a sus preguntas, ya que el cuadro no fue prestado para la retrospectiva de Leonardo da Vinci. No comentaremos tampoco su película”. Un silencio que Vitkine dice comprender. “Había que proteger los intereses de Bin Salmán y sobre todo los intereses de Francia ante él. Son intereses muy importantes”, recuerda. “Desde el momento en que el Louvre rechaza que se socave su credibilidad, el acuerdo, supongo, fue guardar el secreto. Por eso no ha hablado jamás el Louvre. Guardar el secreto es salvar la cara de Bin Salmán”.
Babelia
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