_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Salvar a “los que no parecen catalanes”

Si la sociedad hiciera caso a la alcaldesa de Vic, el catalán acabaría convertido en un instrumento muerto, antipático y ortopédico

La alcaldesa de Vic, Anna Erra, se dirige a sus simpatizantes tras su victoria en las elecciones del 26 de mayo.
La alcaldesa de Vic, Anna Erra, se dirige a sus simpatizantes tras su victoria en las elecciones del 26 de mayo.JUNTSXCAT
Sergio del Molino

Hay señorones y señoronas tan enraizados en sus salones sin ventilar que no saben relacionarse con nadie ajeno a su familia sin decir mil inconveniencias. Acostumbrados a usar palabras como morenitos, moros o maricones en las sobremesas de los domingos, no entienden la escandalera que se forma cuando las sueltan en sitios públicos en presencia de personas aludidas. Cuando sus hijos les fulminan con la mirada y les dicen “papá, cállate, por favor”, levantan el mentón con el orgullo hecho trizas, preguntándose qué han hecho para que se avergüencen así de ellos.

Más información
Miguel de Unamuno viaja en ‘Star Trek’
Supermán no puede encerrarse en un despacho

A la alcaldesa de Vic, Anna Erra, le pasa un poco lo mismo. Acostumbrada en su casa a distinguir nítidamente entre catalanes-catalanes y los otros, no es consciente de lo feas, antediluvianas, brutas e hirientes que suenan sus palabras cuando reverberan en la bóveda de un parlamento. Erra seguramente no entenderá a qué viene tanta suspicacia, cuando en su casa a la hora de comer dice cosas parecidas y a todo el mundo le parecen naturales y sensatas.

Y no me cabe duda de que a Erra le mueve la mejor de las intenciones: quiere salvar a “los que no parecen catalanes” de su no catalanidad como las señoras de las huchas del Domund querían salvar a los negritos de su negritud. No puedes reprocharle maldad a quien se mueve por el bien.

La que sale perdiendo, al final, es la lengua catalana, utilizada como arma y escudo en vez de como medio de comunicación. Si la sociedad hiciera caso a Erra y se pusiera a hablar en catalán obviando las más elementales leyes de la cortesía y de consideración al otro, el catalán acabaría convertido en un instrumento muerto, antipático y ortopédico, muy parecido al lenguaje de algunos programas de la tele engolados en los que nadie habla como habla la gente en la calle.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_