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Teatro contra la resignación y la desesperanza

La Cuarta Pared cumple 35 años y estrena la segunda parte de su trilogía sobre la crisis

Rocío García
Elenco de 'Instrucciones para caminar sobre el alambre', que se estrena este jueves en la sala Cuarta Pared de Madrid.
Elenco de 'Instrucciones para caminar sobre el alambre', que se estrena este jueves en la sala Cuarta Pared de Madrid.Sandra Nieto

Una chica joven ha desaparecido y en la reconstrucción de sus últimos días que se organiza en torno a su búsqueda se ve el mundo tal y como es hoy. O, al menos, para una parte muy importante de ciudadanos afectados por la crisis. Lo que se va descubriendo en esa investigación que viaja a años atrás, como un abanico que se abre ante el espectador, es un retrato sobrecogedor de la sociedad bipolar en la que vivimos, en la que todo es éxito o fracaso, en la que la presión para triunfar a costa de lo que sea se mama desde pequeño. La sala Cuarta Pared de Madrid, todo un referente en el teatro más independiente, escuela, compañía y cuna de jóvenes dramaturgos, cumple 35 años y lo hace estrenando Instrucciones para caminar sobre el alambre, la segunda parte de la trilogía sobre la gran recesión en España. Tras el éxito de Nada que perder (primera parte de esta trilogía), que entraba de lleno en la corrupción política y las cloacas del poder como origen de la crisis, la segunda obra se centra en las consecuencias que ha acarreado el crac económico y social. Dirigida por Javier G. Yagüe, una de las almas de este centro teatral, e interpretada por Marina Herranz, Rosa Mantelga, Javier Pérez-Acebrón, Guillermo Sanjuan y Aitor Satrústegui, Instrucciones para caminar sobre el alambre estará en cartel hasta el 18 de abril.

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Al igual que en Nada que perder este nuevo espectáculo incide en el formato de thriller, con el teatro a tres bandas, para mostrar el proceso de destrucción de una persona que ni se conforma ni se resigna. “Las dos obras son hijas de su tiempo”, asegura Juanma Romero, uno de los tres autores junto a QY Bazo y el propio director. El espectador asistirá a la investigación en torno a esta joven desaparecida, Alba, que, a pesar de las presiones angustiosas de su padre, fracasó como gran promesa del ciclismo. Siguiendo las instrucciones reales que se dan para las personas desaparecidas, la obra va reconstruyendo y buceando en la parte más oculta de los distintos escenarios y ambientes (familia, amigos, trabajos…14 en total), donde Alba ha vivido o sobrevivido los últimos años. “La obra retrata la frustración de mucha gente que no llega en la vida a aquello para lo que en principio quieren destinarla”, asegura Yagüe, tras el primer ensayo de la obra en la sala Cuarta Pared.

Elenco de 'Instrucciones para caminar sobre el alambre'.
Elenco de 'Instrucciones para caminar sobre el alambre'.Irene G. Lara

Este formato de thriller coloca al espectador en un plano muy activo, que, intentando seguir esta investigación, afronta la tragedia del paro, del trabajo mal pagado, de las frustraciones, depresiones y enfermedades mentales que todo eso conlleva, de los recortes en la asistencia sanitaria. “Lo que ha quedado claro es que la crisis no era algo pasajero, sino que se ha instalado en nuestras vidas. Instrucciones para caminar sobre el alambre habla de la precariedad, de las dificultades para abrirse camino y de las desigualdades atroces que ha provocado en la sociedad entre ricos y pobres”, añade el director, para quien la sociedad que estamos construyendo es cada vez más “invivible”.

“Es el siglo de las enfermedades mentales, en el que estamos dando por hecho que todo el mundo se medica contra la ansiedad”, explica Yagüe, que combate desde el teatro la desesperanza y la resignación instalada entre los ciudadanos que muestra todo aquello que ya damos como normal. Es una obra que va más allá del espejo, que busca el efecto de extrañamiento ante situaciones injustas —“estamos tomando gota a gota el cianuro de la vida invivible y no nos damos cuenta”, dice en la función uno de los personajes—. “No nos podemos acostumbrar a este tipo de vida. No siempre el progreso nos lleva a una situación mejor. Uno de los mejores ejemplos es el tema de la emergencia climática. El freno ante todo ello viene de cada uno de nosotros a nivel individual y colectivo. Tenemos que ganar la batalla desde dentro. Todavía podemos transformar y cambiar el mundo. Las utopías, tan presentes en el siglo pasado, parecen haber desaparecido y siguen siendo necesarias porque son las que marcan un horizonte”, finaliza Javier G. Yagüe, ejemplo claro de lucha contra la resignación desde el teatro que crearon hace 35 años.

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