Tame Impala: un placer culpable nacido de la mezcla de estilos
El nuevo álbum de la banda australiana, 'The Slow Rush', recibe una calificación de 8 sobre 10
Hace tan solo ocho años era la gran promesa del rock. Hoy, Tame Impala ya no pertenece a ningún género concreto, una condición que caracteriza a los creadores de música pop de los últimos tiempos. Los estilos son nichos y las posibilidades que brinda este mundo anegado de información, inmensas. Con The Slow Rush, el australiano Kevin Parker se consolida como rey del crossover que rubrica esa nueva manera de ver la música. Escuchándolo, quizá los más viejos del lugar se sorprendan enganchados a canciones que a veces recuerdan a un señor tan poco sospechoso de ser cool como Christopher Cross, pero los educados en el punk jamás pensaron que disfrutarían con Fleetwood Mac y en esas estamos.
Artista: Tame Impala
Disco: The Slow Rush
Sello: Caroline / Music As Usual
Calificación: 8 sobre 10
Con su cuarto álbum, Parker —que graba y produce la totalidad del disco como el hombre orquesta que es— saca a relucir las enseñanzas adquiridas desde que su último disco, Currents (2015), situara su música en otra dimensión y se sucedieran colaboraciones con artistas como Lady Gaga, Mark Ronson, The Avalanches o Kanye West. Aquellos que apostaron por la pureza psicodélica de Lonerism (2012) posiblemente detesten sin remedio The Slow Rush. Pero quienes disfruten escuchando las diferentes combinaciones de música popular que desde la perspectiva actual pueden hacerse, seguramente se rendirán ante él.
La vena psicodélica que hizo visible a Parker sigue latiendo, a veces al modo clásico, como ocurre en Posthumous Forgiveness, con esa guitarra que habla de aquellos días en los que las turbulencias sonoras y la búsqueda de nuevos sonidos iban de la mano de enormes melodías. Parker combina a su manera ambos elementos, convirtiendo su música en un contenedor de estados alterados en el que cabe el rock de los años ochenta embriagado de sintetizadores, las producciones de Quincy Jones para Michael Jackson y Donna Summer, la exuberancia de Supertramp, la melancolía de algunos hits de Moby, la euforia de Daft Punk. Al estar hecho con sonidos tan reconocibles, The Slow Rush es un álbum que no muestra su verdadero encanto a la primera. Todo suena tan pulido, tan suave, que llega a espantar. Y sin embargo, no carece de profundidad. La magistral Borderline no es la única de esta corona en la que también brillan Breathe Deeper, Instant Destiny o Tomorrow’s Dust. Hay quien suele referirse a este tipo de música como placer culpable, pero los placeres existen para disfrutarlos no para que pidamos perdón por hacerlo.
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Autor: Tame Impala
Sello: Caroline / Music As Usual
Formato: CD y vinilo
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