Supervillana de purpurina
Se trata de hacer taquilla con un feminismo de camiseta que por fortuna aparca los eslóganes más trillados para burlarse también un poco de sí mismo
Después de la fallida Escuadrón suicida, la nueva película basada en los personajes del sello DC se centra en Harley Quinn, novia de Joker y supervillana de Gotham. Aves de presa arranca precisamente cuando Quinn y el psicópata payaso han roto su relación, y ella, despechada, pero a la vez liberada de una relación tóxica, se reencuentra consigo misma y, de paso, con un grupo de mujeres y una niña con casi peor suerte que la suya.
AVES DE PRESA
Dirección: Cathy Yan.
Intérpretes: Margot Robbie, Mary Elizabeth Winstead, Ewan McGregor, Jurnee Smollett-Bell, Rosie Pérez.
Género: aventuras. Estados Unidos, 2020.
Duración: 109 minutos.
Aves de presa se suma a la ya larga lista de películas de superhéroes que, entre el videojuego, el videoclip y la histeria narrativa, han copado las salas de cine en los últimos tiempos. En este caso se trata de hacer taquilla con un feminismo de camiseta que por fortuna aparca los eslóganes más trillados para cambiarlos por toneladas de purpurina y así burlarse también un poco de sí mismo. El peso de la película recae en una Margot Robbie que se divierte con un personaje que de alguna forma entronca con el personaje que la hizo famosa, la polémica patinadora Tonya Harding de Yo, Tonya. Ambas son descaradas white trash alimentadas con comida basura. Pero Harley Quinn no solo lleva un maquillaje y un vestuario genial sino que está llena de referencias de estética retro (de Marilyn a Piolín o a Barry White) y de guiños a la bulimia en un mal día de resaca. En Aves de presa (subtitulada y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn), Robbie se libera del lado más oscuro del personaje para hacerlo renacer junto a su nueva pandilla de chicas: una niña carterista, la cantante Canario Negro, la vengadora Cazadora y, sobre todo, la policía Renée Montoya, en la piel de una Rosie Pérez capaz de sacar lustre a todo esto.
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