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Fortunata y Jacinta en el Madrid del siglo XXI

La compañía LaJoven prepara un espectáculo para acercar a los jóvenes la obra de Galdós en el centenario de su muerte

Rocío García
Un momento del ensayo de la obra 'Fortunata y Benito'.
Un momento del ensayo de la obra 'Fortunata y Benito'.Nerea Ramos Mayor

En tropel, cargados con sus carpetas de apuntes y sus mochilas, entra en un vagón del metro de Madrid un grupo de estudiantes alborozados y preocupados por el temario del examen de selectividad que tienen en breve. “Entonces Galdós, ¿entra o no entra?”, pregunta uno de ellos. “¿Tenéis algún resumen?, no tengo ni idea de ninguna obra suya”, añade preocupado. “Yo tengo uno de Fortunata y Jacinta, si quieres te lo paso”. Por el megáfono se anuncia la siguiente estación y todos, menos Nadia, se bajan del vagón. Nadia se queda sola y en lo que dura el trayecto de la estación de Gran Vía a Sol, apenas unos minutos, esta joven estudiante sueña con Fortunata y Jacinta. Cuando llegue a su destino, se le aparecerá en el vagón del metro Benito, un chico alto, elegante y vestido de época, con sombrero y gafas, que le invitará a recorrer el Madrid de finales del siglo XIX y descubrir juntos la novela que el mismo escribiría años después sobre la conmovedora historia de estas dos mujeres unidas en el amor y el desamor por un hombre al que llamaban Juanito.

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Cuando se cumplen 100 años de la muerte de Benito Pérez Galdós, la compañía LaJoven, por encargo de la Comunidad de Madrid, prepara un espectáculo para acercar a las nuevas generaciones a este autor y periodista que supo cómo nadie retratar el pálpito de la ciudad de Madrid de entonces con relatos fascinantes. Fortunata y Benito, todo un espectáculo musical y literario que juega con un imaginario muy actual, es el título de este nuevo montaje de LaJoven, nacida en 2012 con el objetivo de aproximar el teatro clásico y contemporáneo a los estudiantes. La obra, escrita y dirigida por Laila Ripoll, se estrenará el 7 de febrero en la Sala Roja de los Teatros del Canal de Madrid, en funciones vespertinas y matinales, estas dirigidas a institutos y colegios. Con las entradas ya casi agotadas, Fortunata y Benito iniciará inmediatamente una gira por toda España, como parte de las celebraciones del año Galdós.

En la sala de ensayos de LaJoven, ubicada en las naves de una antigua empresa de climatización, en un popular barrio de Madrid, se desprende una energía arrolladora, bajo la mirada de admiración de una dramaturga conocedora profunda del teatro clásico como es Laila Ripoll (Madrid, 1964). “He tenido siempre muy en cuenta al público al que va dirigido. A mí, que he sido una lectora enfermiza y obsesiva en mi adolescencia, Galdós se me atragantó hasta que, bastantes años más tarde, cayó en mis manos Trafalgar. Me leí antes Madame Bovary [Gustave Flaubert] que Fortunata y Jacinta y eso es algo que me hace reflexionar. En este sentido, nuestro sistema educativo no funciona bien porque creo que hay autores españoles que se enseñan mal y a edades equivocadas”, explica la dramaturga, que ensalza la figura de este escritor como gran observador de la vida y la ciudad, además de un “hombre apasionante y progresista, anticlerical y republicano, respetuoso y educado, antitaurino y animalista”.

El punto de partida de Fortunata y Benito es La novela en el tranvía, un cuento de Galdós, escrito en 1871, en el que su protagonista se queda dormido en el trayecto de un tranvía y sueña una historia de amor y venganza. Aquí la acción se traslada a la actualidad, al suburbano de Madrid, y la que sueña es una chica de 17 años. En ese sueño, Galdós la invita a observar a su alrededor, a mirar a la gente y viajar por la ciudad, comenzando en la Cava de San Miguel, en la vivienda de la bella Fortunata. Todo lo que el autor va narrando y mostrando, la joven se lo imagina con personajes de hoy. “La novela de Galdós no solo es una gran historia de obsesiones, amores y desamores, sino también un retrato de las desigualdades sociales, que se desarrolla en un entorno muy urbano”, explica Ripoll, que ha elegido un gran andamio, con una cuerda llena de ropa tendida en lo alto, como elemento escenográfico para este montaje. Aunque centrada en la historia de Fortunata y Jacinta, la función incluye algún elemento de los Episodios Nacionales, además de revivir hechos de la época como los asesinatos de Prim en 1870 (la boda de Juanito y Jacinta se celebra poco después) y Cánovas, diecisiete años más tarde.

Los números musicales, ocho en total, son un elemento clave de la obra. Bajo la dirección musical de Alberto Granados, las canciones y bailes de la función combinan el hip-hop, el rap o el reguetón con zarzuelas del siglo XIX o bellas nanas canarias.

El viaje en metro de Benito y Nadia termina. El seguimiento y el relato que han realizado juntos por las vidas de Fortunata y de Jacinta se acaba cuando por los megáfonos se anuncia la llegada a la estación de Tirso de Molina. En la oscuridad del túnel, la joven busca a su ya amigo entrañable, pero no lo encuentra. Solo conserva en su mano la pajarita de papel que Galdós le ha regalado.

Cambio de nombre y estreno en TVE

Esta compañía nacida en 2012 es un proyecto de la Fundación Teatro Joven que reúne a profesionales de las artes escénicas con la comunidad educativa, tanto profesores como alumnos, además de servir como espacio laboral para todas las profesiones relacionadas con la dramaturgia. Este grupo que nació con el nombre de La Joven Compañía ha decidido cambiar de nombre ante la confusión con la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, perteneciente a la Compañía Nacional de Teatro Clásico, dependiente del Ministerio de Cultura. Ahora se denomina simplemente LaJoven.

Desde su nacimiento han producido 16 montajes, el último Fortunata y Benito, y han dado cabida a distintos directores, como Miguel del Arco o Laila Ripoll, entre otros, y autores teatrales, como Guillen Clua o Alberto Conejero.

Esta temporada se han estrenado también en un programa en La 2 de Televisión Española, Sánchez y Carbonell, en el que cada jueves representan en directo una pieza breve de teatro en una sección titulada Estudio 21.

El director artístico de LaJoven, José Luis Arellano, prepara ya el siguiente proyecto, que se estrenará el abril en el Teatro de La Abadía, Fuego, segunda parte de la tetralogía en torno a la Europa del siglo XX. Escrita por los hermanos Quique y Yeray Bazo, Fuego se adentrará en dos campamentos separados entre hombres y mujeres de las juventudes hitlerianas.

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