La cultura se viste de luto para asistir a su propio funeral
El movimiento Alerta Roja ha celebrado movilizaciones en 19 ciudades para este viernes para denunciar la agonía que padece el sector por la crisis de la covid-19
Los asistentes esperaban de pie, vestidos de negro, con distancia de seguridad y folios en las manos en los que se leía: artista, audiovisual, road manager, regiduría, atrezzo, circo, backliner y otras profesiones de la cultura afectadas por la pandemia. La movilización, convocada en Madrid en plaza de Oriente por el movimiento Alerta Roja, contó con unos 150 participantes, bastantes menos que en la del 17 de septiembre. El acto era uno de los 19 realizados este viernes a las 12.00 para visibilizar la agonía que padece el sector debido a las restricciones a las que obliga la pandemia, y se han celebrado en Albacete, Alicante, Almería, Palma, Ibiza, Barcelona, Castellón, Córdoba, Granada, Madrid, Málaga, Santiago de Compostela, Sevilla, Tarragona, Valencia, Valladolid y Zaragoza. Todas con un mismo lema: Alerta de Luto.
Desde la organización han querido representar esa sensación. Con una marcha fúnebre de fondo, algunos de los organizadores han cargado con unos ataúdes donde los asistentes depositaron sus papeles. Los afectados siguen ahogados, según aseguraba Ana Alonso, portavoz de la plataforma: “Tras nueve meses de inactividad, estamos a punto de caernos al abismo”.
Alonso explicaba que el Real Decreto, que concedía 432 euros por tres meses a trabajadores por cuenta ajena que no hubieran tenido acceso a ningún otro subsidio, es un “tapabocas”, porque muchos se quedan fuera. Según los cálculos de Alerta Roja, esto beneficiaba solo a un 10% del sector. Esta misma mañana, el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, ha mencionado en una entrevista en TVE los fondos europeos para cultura, que se cifran en 200 millones de euros, y aseguró que en enero se creará la comisión interministerial para impulsar el Estatuto del Artista, que es un proyecto “de legislatura”.
A Iván de la Mata (44 años), director de El Garaje Producciones, una empresa de booking, management y eventos, la vuelta a los conciertos le preocupa. De 120 actividades que tenían programadas en marzo, ha realizado ocho o nueve, con protocolo y restricciones. Pide más ayuda y claridad, porque no sabe a qué atenerse en 2021. “Una sala de 1.000 personas con el público sentado tiene aforo 100, y no salen las cuentas. Representamos a 12 bandas, pero el 90% ha tenido que buscar ingresos por otro lado”, reconoce.
La portavoz, técnico de prevención de riesgos, explica las demandas del movimiento. En primer lugar, que se tenga en cuenta las circunstancias de los asalariados; que sufren intermitencias y a los que las prestaciones se les agotan. Después, quiere iniciativas para mantener la estructuras de las empresas. “Hay los mismos gastos, pero disminuyen sus ingresos y están endeudadas hasta las orejas”. Por último, la reactivación, para la que piden un plan de contingencia. “Muchos han tenido que volver con sus padres, vivir en sus coches, pedir a Cáritas y a Cruz Roja”, señala Alonso.
En Barcelona, una cuarentena de trabajadores del sector de eventos y espectáculos se han concentrado en la plaza de Sant Jaume para protestar por el “desamparo” por parte de la Administración. Con el sonido de fondo del Réquiem de Mozart, han querido transmitir el mensaje de que no les dejen morir.
El funeral gallego se ha celebrado en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. La plataforma, a través de la Asociación de Músicos e Profesionais do Espectáculo de Galicia, ha celebrado el acto con un desfile con distancia de seguridad, por delante de la representación de una lápida del sector cultural. Han guardado un minuto de silencio, pero antes, han coreado: “La cultura es segura”.
Entre los asistentes de la capital de España había pocas caras conocidas. Ana Alonso lo atribuía a que han preferido que esté más presente la parte invisible y que los más reconocidos apoyen por las redes. A Joe Pérez-Orive, supervisor musical y exjurado de OT, le entristece no ver a más artistas: “No significa postularse a favor de un gobierno o ser conflictivos. Es apoyar a sectores de carga y descarga, managers, electricistas. Menos tonterías de subir vídeos bailando y fotos sexis y más apoyar a un sector que les da de comer”. David García el Indio, batería del grupo Vetusta Morla, hizo un llamamiento a compañeros músicos: “Nos necesitamos unos a otros”. Pérez-Orive insistía en que, de cara al futuro, las consecuencias serán devastadoras, porque “una madre no va a recomendar a un hijo que se dedique a esto”. “No elegirán profesiones de las artes, habrá un abandono absoluto”, lamentaba.
Babelia
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