“Los sonidos populares son más futuro que pasado”
El cantautor colombiano ha sido nominado a cinco Grammy Latinos por su último disco, ‘Cumbiana’, en el que explora la cumbia y la mezcla con sonidos modernos
Recuerda Carlos Vives (Santa Marta, Colombia, 1961) que el compositor José Barros, maestro de la música popular colombiana, zanjó en una entrevista cualquier duda sobre el origen de la cumbia: “La cumbia es andina”. “Y cuando dijo andina, quiso decir indígena”, aclara el cantante colombiano en el vídeo promocional de su decimocuarto álbum, Cumbiana. Vives, que habla en torrente durante una entrevista con EL PAÍS, compite por seis Grammy Latinos el próximo 19 de noviembre. Cinco nominaciones son por ese trabajo, en el que explora los sonidos del norte de Colombia —además tiene una sexta por un tema junto a la artista puertorriqueña Kany García—.
“La cumbia recoge esa influencia indígena; luego llegan tambores de África y las formas españolas. Es la mezcla perfecta de ser europeos, de ser americanos y de ser africanos”, cuenta desde Miami. Desde su interpretación en 1993 de La gota fría, aquel himno colombiano que dice eso de “me lleva él, o me lo llevo yo / pa' que se acabe la vaina”, Vives ha insistido en alzar el vallenato, la cumbia o el porro a la cima de las listas de canciones más escuchadas. Esta vez ha convocado a músicos como el panameño Rubén Blades, el español Alejandro Sanz, la canadiense Jessie Reyez o el jamaiquino Ziggy Marley para grabar 10 temas con bases de música popular y arreglos modernos. Pretende “recuperar”, asegura, “un mundo mágico perdido”, el de los pobladores que habitan la Ciénaga Grande de Santa Marta.
Pregunta. ¿Por qué ha querido poner la atención en ese territorio del norte de Colombia?
Respuesta. Es un lugar donde yo crecí. He pasado mil veces por ahí para ir de Santa Marta a Barranquilla. Hay como una autopista, que fue un gran error de ingeniería, que causó un daño ecológico terrible porque está hecha sobre el delta [de la Magdalena]. Esa carretera tapó el cruce del agua dulce con el agua de sal, que promovía especies de mangles, que atraía peces y aves… Y eso lo dañamos. Pero durante mucho tiempo no hubo conciencia de eso. Uno desde su ignorancia, de no saber dónde vive, iba por ahí todo el tiempo.
Veíamos a la gente que vivía en el agua, eran pescadores. Mi papá nos llevaba, tenía unos amigos allí porque es médico y apoyaba a la gente de esas poblaciones. A veces nos invitaban para pagarle a mí papá, y retribuir su cariño y su trabajo. Nos invitaban a comer pescado, íbamos con mucha alegría, nos hacían música, nos tocaban cumbias… Uno se va quedando con eso en su vida y cuando empiezas a trabajar con esta música empiezas a conectar todo esto. Siempre mi música me señalaba los territorios.
P. La llamó La tierra del olvido [en una canción de 1995]
R. Hace 25 años que empecé a pensar en todo esto. La llamé La tierra del olvido porque nos olvidamos realmente de lo que somos y de quién nos daba todo. Hemos abandonado esos pueblos y han tenido que sufrir todo los tipos de violencias: las violencias políticas históricamente, de un lado, del otro lado, de la izquierda, de la derecha, del narcotráfico, de la delincuencia común. Como el río se empezó a olvidar porque llegaron los aviones y las carreteras empezamos a olvidarlos, los empobrecimos. Es muy difícil tener éxito con la música, tomar de ellos todo esto, y no pensar en cómo le devuelvo yo a mi cultura, a mi país, a los pueblos que me han dado todo eso. Hoy que tengo más reconocimiento yo no quiero hacer música gratuita quiero hacer algo que aporte.
P. ¿La cumbia es colombiana?
R. Todos los ritmos con los que he trabajado históricamente para hacer canciones nuevas, para inventarme mi pop y mi rock, y no cogerlo de otras partes, nacen en ese territorio y tienen un origen indígena. Esa es la cultura que está en las bases de las cumbias y en lo que nace de las cumbias: el vallenato, los porros, etc. La cumbia nace en este territorio anfibio del Río Grande de la Magdalena [al norte de Colombia]. Lo primero que la industria graba son estas canciones tradicionales.
Después, se van las cumbias para México y para Argentina y así llegan a dos lugares muy importantes que irradian al mundo entero música. Hubo cantos de ida y vuelta: los corridos y las rancheras mexicanas llegaron a los campesinos de los Andes… México nos baña y nacen movimientos de música al interior del país inspirados en lo que nos traía México. Colombia envía las cumbias allá y México hace sus cumbias inspiradas con lo que Colombia le dio, con sus influencias norteñas, con sus influencias jarochas, también llegan los vallenatos a los barrios más humildes de Monterrey.
P. ¿Cómo convenció a otro referente de la música latina, como Rubén Blades, para interpretar juntos esa mezcla de cumbia y salsa que es Canción para Rubén y que compite como Mejor canción? Porque lo de él es la salsa…
R. Con Rubén siempre nos cruzamos en muchos festivales, pero siempre que nos veíamos nos mirábamos a la cara y sabíamos que había algo que teníamos en común porque él conocía la historia de Colombia y yo conocía la de Panamá. Hasta que un día me dijo: “Mi papá es de Santa Marta”. ¡Yo soy de Santa Marta! Le dije: “Grabemos algo alguna vez”. Y un día yo escribí para Cumbiana la canción, se la mandé y le dije que me encantaría grabarla, una canción que se llama Canción para Rubén.
Él me dice: “¿Pero cómo voy a cantar yo una canción que hable de mí? Eso no está bien”. Y le digo: “Sí, tú eres mi inspiración y no le voy a cambiar el nombre. Pero no significa que la vamos a grabar exactamente como yo la escribí. Yo te mando la idea y tú súmale cosas”.
P. En esa canción dice que extraña a “esos cantantes que cantan con estructura / que tienen voces con mucha altura”, pero también que “lo clásico es una nota que siempre sigue sonando”. ¿Cree que tiene futuro la cumbia, los sonidos populares, en la industria?
R. Sí, son más futuro que pasado porque están directamente conectados con el ecosistema. El futuro va a depender de cómo tengamos el territorio. Si contaminamos los ríos, si seguimos avanzando con la desaparición de este delta, entonces entendemos que este territorio y la cumbia tiene mucho más que ver con el futuro que con el pasado.
P. Lleva 30 nominaciones a los Grammy Latinos desde que empezó su carrera, fue el primer artista colombiano en recibir uno y desde Los clásicos de la provincia, su primer disco, nunca ha dejado de difundir estos géneros. ¿Por qué lo sigue haciendo?
R. Porque es mi esencia, es lo que soy. Estoy en la música por afecto a unos juglares que trajo mi papá cuando era niño a la casa, yo estoy en la música por amigos de mi papá que cantaban lindo y me querían mucho. Estoy por afecto porque la música que escuché me enamoró, porque de muy niño cogí una guitarra y canté. Y cuando además descubres un camino en tu música y que eso te lo dio tu pueblo y esa gente te manda un SOS [un llamado de auxilio], no puedes decir que no. Es el afecto. Búscate en lo tuyo que te vas a encontrar conectada en lo que haces por un afecto.
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