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Varry Brava: “Aunque Miguel Bosé se haya vuelto loco, lo seguimos queriendo y nos gustaría que colaborara con nosotros”

El grupo titula su disco ‘Hortera’ y quiere que la palabra tenga una nueva acepción en la RAE

Imagen promocional del nuevo disco de Varry Brava, 'Hortera'
Imagen promocional del nuevo disco de Varry Brava, 'Hortera'

Cuando algunos medios de comunicación les denominaron “horteras” por sus desenfadadas canciones y por cómo vestían no se podían imaginar que estaban abriendo el melón del nuevo disco del grupo. Ahora, los músicos de Varry Brava quieren que la Real Academia Española (RAE) añada una nueva acepción para “hortera”: libertad sin prejuicios. Óscar Ferrer (vocalista, 33 años), Aarön Sáez (teclados, 33 años) y Vicente Illescas (guitarra, 32 años) están de acuerdo con que uno cumple el adjetivo cuando se enamora, cuando es feliz o cuando se deja llevar. Para ellos, “hortera” es desinhibirse. Aseguran que han inventado una nueva definición y piden a los académicos de la RAE que la formalicen. “Habría que llamar a Pérez Reverte y a algunos cuantos más”, explica Ferrer. Por eso, su quinto álbum –que tenía que estrenarse en marzo, pero se hizo público el 28 de agosto– se llama así: Hortera. El grupo, oriundo de Orihuela (Alicante), pero crecido musicalmente en Murcia, es una especie singular e híbrida dentro del indie español.

Conversar con ellos es enfrascarse en un código irónico, cuyos giros estrafalarios se enmarcan en un discurso con sentido. La importancia que le dan a mantenerse horteras la llevan hasta las últimas consecuencias, incluso con la estética de su nuevo videoclip. Parece, como apunta su representante, “un Wes Anderson a lo cutre”. Illescas comenta que su película favorita es Los Tenenbaums: Una familia de genios y que él sería Bill Murray. “Al final lo hortera siempre ha estado ahí. Si echas la vista atrás, siempre hemos visto nuestra ropa en fotos a lo largo de los años y hemos dicho: 'Madre mía, por qué iba yo así”. Los músicos lo ven como una tendencia que implica ser más libre que nunca: reivindicarse, hacer música, vestirse, tener sexo y sentir. Todo, como cada uno quiera hacerlo.

Aunque han tenido que atrasar la presentación del disco, las vicisitudes de la pandemia les han venido bien. “El coronavirus es lo mejor que le ha pasado a este disco. Sin duda. Si ya era un álbum positivo y optimista, ahora es necesario”, señala Sáez. Es, como dice uno de sus nuevos temas, su mejor momento. Se podría decir que son como la marca Mr. Wonderful –con mensajes alegres en tazas y cuadernos–, pero con canciones. “Damos un asco horrible", se ríe Ferrer.

Además de la música, han aprovechado la crisis sanitaria para hacer mascarillas con la carátula del nuevo álbum: una caca en rosa y con purpurina. Se la quieren regalar a Miguel Bosé. “Nosotros somos muy fans de Miguel Bosé. Aunque se haya vuelto loco, lo seguimos queriendo mucho y nos gustaría que colaborara con nosotros”, reconoce Sáez. No les importaría si él decide no llevar mascarilla. “Yo solo haría una colaboración si no lleva. De hecho, lo haríamos desnudos, los cuatro”, bromea el teclado. Las mascarillas de la bandera de España que usan los diputados de Vox les parecen también horteras, pero otro concepto, alejado del suyo. El cantante defiende que el partido lanza un mensaje que pone en contra al inmigrante y al no inmigrante. “Han convencido a mucha gente así. Es una pena, y asusta cuando lees ciertas declaraciones. Es un discurso ligado al machismo y al racismo”. Aun así, sostienen que el arte no tiene responsabilidad ni social ni educativa.

Al final lo hortera siempre ha estado ahí. Si echas la vista atrás, siempre hemos visto nuestra ropa en fotos a lo largo de los años y hemos dicho: 'Madre mía, por qué iba yo así”

Mientras tanto, las ayudas van mal. “Nosotros no recibimos nada. Sabemos que hay mucha gente que tampoco”, cuenta Ferrer. La música es un sector difícil de unir por el método de trabajo, según Sáez. “No somos como el cine, por ejemplo. Vamos a seguir teniendo poco peso, poca decisión y poco control de las ayudas. Eso no va a cambiar, pero vamos a capear el temporal como podamos”.

Hace unas semanas les cancelaron el festival Sonorama Ribera. Están de acuerdo con que se tomen estas medidas de protección, pero se preguntan si es muy imprudente hacer un concierto al 30% de aforo o si es lo es hacer una corrida de toros al 80%. Illescas puntualiza que en muchos eventos culturales no ha habido casos de rebrote. Para afrontarlo, el truco de Ferrer ha sido resetear su mente. “Imagina que coges una nave y te vas a un planeta nuevo donde las cosas son así. Ni el público ni los artistas ni la industria debe asustarse porque se cancele un concierto dos días antes. No pasa nada”. comenta.

En esta nueva realidad, Hortera es el disco de Varry Brava que más está sonando en la radio. Lo atribuyen a la suma de trabajo y a que es el más apegado al sonido actual, “sin clasificarse”. Se refugian en esa autonomía artística dentro de un entorno que quiere encasillar. Illescas cuenta que hay talibanes: del indie y del mainstream. Codearse con diferentes tendencias o maneras de entender la música puede ser un sacrilegio, pero en la práctica lo consideran una ilusión. “Al final, en los festivales nos mezclamos todos”, expone el guitarrista. Definen la identidad de Varry Brava como “incomparable”. Ese es el motivo por el cual sus referentes son personajes tan dispares y lejos de su mundo como Michael Jackson, Rocío Jurado o Bad Bunny.

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