El confinamiento en Aranda de Duero aplaza la versión madrileña del Sonorama

Los organizadores del festival Sonorama, confinados en Aranda de Duero desde el pasado viernes tras la decisión de la Junta de Castilla y León de aislar al municipio burgalés por el aumento de contagios por coronavirus, han decidido aplazar a los días 11 y 17 de septiembre la primera edición de Sonoramad Ribera. Los conciertos, que suponían el primer desembarco del festival arandino en Madrid, se iban a celebrar este viernes 14 y sábado 15 de agosto en Ifema, en el marco del ciclo cultural Abre Madrid, pero los promotores lo han suspendido ante la imposibilidad de salir de la localidad burgalesa.

Javier Ajenjo, padre del Sonorama, festival nacido hace 23 veranos, explica que también ha influido la suspensión de Sonorama Solidario, la reconversión del festival fijado para este fin de semana en Aranda, que también ha tenido que ser suspendido. “No tiene sentido un Sonorama en Madrid si no hay Sonorama en Aranda”, afirma Ajenjo. “Era una oportunidad maravillosa para nosotros, porque de Madrid procede la gran parte del público que viene a Aranda. Íbamos a llevar puestos de degustación con productos locales y con vino de Ribera, para trasladar el espíritu del Sonorama a la capital”, lamenta.

El cartel se mantendrá tal cual estaba programado para agosto. El viernes 11 de septiembre tocarán en el escenario del Sonoramad Ribera los grupos Varry Brava, Ladilla Rusa y Comandante Twin; y el jueves 17 completan el cartel León Benavente, The Levitants y Arde Bogotá. Las bandas Comandante Twin y Varry Brava han lanzado este jueves 12 una canción, En tu ribera, homenaje al festival arandino, que puedes escuchar al final de esta noticia. Las entradas para este fin de semana se pueden mantener para el mes que viene, también se pueden devolver en la página de Abre Madrid.

El aforo será para 800 personas, con localidades sentadas separadas. “Estamos cumpliendo las medidas de manera estricta”, comenta Ajenjo, que ha organizado junto a su compañera Susana Vicario, la “madre” del Sonorama, varios conciertos en Burgos y Valladolid durante el verano. “Ahora se pone el foco, pero cuando no hay covid-19, nadie nos hacía caso porque parece que no generamos empleo ni riqueza, y no es así”.

Ajenjo y su compañera Vicario, que llevan 23 años organizando el festival a través de su asociación Art de Troya, han recibido como un mazazo la noticia de que no podían celebrar los “mini Sonorama” ni en Aranda ni en Madrid. Tras aceptar que no iban a recibir a las 25.000 personas que acuden cada año al pueblo para asistir al festival, estas versiones reducidas eran un consuelo. “Después de adaptarnos y organizarlo, hemos tenido que darle otra vez la vuelta. Además, esto no es Madrid, esto es Castilla, la España vaciada, y reinventarse es más complicado, pero lo haremos”, concluye.