“Si haces un festival para ganar dinero, no sobrevives”
Charlamos con Javier Ajenjo, director del Sonorama, quien asegura que este año "habrá festival sí o sí"
Este año, muchos de los grandes festivales de música españoles han aplazado su celebración a un futuro extraño, otros directamente han cancelado, y algunos, simplemente, siguen esperando a ver qué pasa. Las fases más avanzadas de la desescalada permiten la celebración de eventos al aire libre con un aforo de 400 personas (fase 2) y 800 personas (fase 3). Eso sí, sentadas y manteniendo la distancia social adecuada. Un obstáculo que, de momento, solo unos pocos se atreverán a saltar. La mayoría, centrará sus esfuerzos en una misteriosa "nueva normalidad".
En tiempos de incertidumbre, cualquier rayo de luz se agradece y Javier Ajenjo es una de esas personas capaces de iluminar nuevos horizontes. El responsable del Sonorama Ribera, festival que se celebra desde hace 23 años en Aranda de Duero, tiene claro que la edición de 2020 no quedará desierta: “Seguimos trabajando como si se celebrase, no podemos suspender contratos unilateralmente y no, no existen seguros que cubran una pandemia”. Eso sí, en el Sonorama no anunciarán nada definitivo hasta que tengan el 100% del cartel de 2021 confirmado: “Tenemos un público muy fiel y queremos construir un cartel que no puedan rechazar”.
Lo cierto es que, más allá de la lógica que impera ahora mismo en nuestras vidas, a estas alturas, no hay nada oficial que diga que no se pueda celebrar un evento así este verano, aunque todos sepamos que es casi imposible. Por eso, y aunque reconoce que es difícil gestionar algo así, reclama medidas "para poder organizarse mejor" y reconoce las pérdidas económicas que acarrea esta decisión: “Es demoledor el vacío que va a suponer esto en el pueblo, así que intentaremos no sentir eso. Si nos dejan, habrá música hasta en la plaza del Trigo".
Ajenjo asume que aunque ve muy difícil que el Sonorama se lleve a cabo como siempre, no piensa renunciar a todo. Por eso, si el plan a no sale adelante, la organización ya tiene en mente otras alternativas. Una de ellas es celebrarlo durante las mismas fechas (del 12 al 16 de agosto) pero con un público muy especial: el equipo que está detrás del festival, el que normalmente no se ve. Este homenaje a los trabajadores del Sonorama se emitiría por televisión en una cadena nacional y contaría con grandes artistas nacionales, seña de identidad de esta cita burgalesa.
Y es que, en plena crisis económica provocada por el coronavirus, a Ajenjo y su equipo les preocupaba no poder seguir trabajando juntos este año y eso, asegura, lo han conseguido: “Haremos un festival para nosotros, diferente. Si nos toca posponer la cita a 2021 el público tendrá uno mejor, pero este año habrá un Sonorama sí o sí”. Aunque en este caso, no sería online. Como a muchos de nosotros, la sobreexposición en las pantallas que ha provocado el confinamiento, también ha saturado al Sonorama: “Hasta ahora ha sido un buen recurso, pero ahora mismo detestamos lo online”, explica con humor Ajenjo. Por esta razón, no contemplan una versión en streaming del festival: “Tampoco habrá entradas, si no se puede hacer como siempre, será un regalo para nosotros que la gente podrá ver en televisión desde sus casas”.
En su cabeza no cabe la posibilidad de abandonar al público: “No entendemos un verano sin cultura, por eso estamos buscando alternativas y hay muchas, ya sea un ciclo de conciertos para 400 personas o para las que dicte la normativa en ese momento”. De hecho, afirma que para facilitar el trabajo a los artistas están buscando ciudades cercanas a Aranda para proponer una ruta “y que las bandas cuenten con una mínima garantía”. Ajenjo reconoce que como en este 2020 todo es y será atípico, se apoyarán en otras disciplinas artísticas como el humor, el teatro o el cine: "Queremos dinamizar el verano. Intentaremos que estos conciertos sean en julio, agosto y septiembre”. Y para ser eficientes, destaca que buscarán que todos estos artistas se suban a un mismo escenario, todo bajo la marca Sonorama Ribera.
La burbuja de los festivales en España
Antes del coronavirus, los festivales vivían su mejor momento, celebrándose casi un millar al año en todo el país. Su impacto económico y su papel como gancho turístico hicieron que fuese una apuesta empresarial a la que muchos se sumaron. Ahora, la pandemia ha dejado en stand by el futuro de algunos. Ante esta situación, Ajenjo prefiere llamar a las cosas por su nombre: “Lo de que los festivales son una mina de oro no me lo creo, conozco pocos que ganen bien. En 22 ediciones hemos tenido 18 deficitarias”. Por esta razón, tampoco cree que se deba llamar burbuja festivalera a la explosión que han vivido estas citas en los últimos años: “no es una burbuja, es un todo vale, hay que ser responsable y transparente con el público. Si haces un festival para ganar dinero, no sobrevives. El que quiera dar un pelotazo, desaparecerá”. En este sentido, estructura e identidad son las palabras que más repite Ajenjo, la fórmula que, afirma, ha mantenido vivo al Sonorama.
El burgalés explica el riesgo que supone montar un festival: “Nadie esperaba que no se fuesen a celebrar. Va a ser duro, pero para algunos más que otros. Nosotros tenemos un público fiel, una estructura y una marca de confianza”. Asegura que falta personalidad en el circuito y que una situación así es difícil de sostener, aunque insiste en las cosas buenas que ha provocado la masificación de la industria: "Más conciertos, más música, más compra de entradas y más turismo musical". Desde el Sonorama insisten en que son un equipo de Segunda jugando la Champions y en la importancia de ser sinceros con la gente: “Hay que ofrecer bonos para la siguiente edición y la posibilidad de devolver las entradas. No hay que generar confusión. Nosotros hemos decidido esperar y prepararnos, pero tenemos una ventaja, contamos con un 99% de artistas nacionales”.
A pesar de todo, Ajenjo confía en la nueva etapa que se abre a partir de ahora: "Artistas y promotores se entienden más que nunca y la Asociación de Festivales de Música está abriendo un camino muy importante para estructurar la industria musical". Precisamente durante estas semanas el sector ha debatido mucho sobre la precariedad laboral del sector, algo que el burgalés tiene muy claro: “Si hay cinco factores de peligro, en la música los cumplimos todos”. Por esta razón, el responsable del Sonorama pone como ejemplos a seguir a Francia y Portugal: “En estos países creen en la cultura como inversión, mientras que en España es un gasto”, y ve esta crisis como una oportunidad para revalorizar la cultura y para dejar de llamar a la música “la hermana pequeña de la cultura”.
Babelia
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