Amistad entre el barro

Cuando se estrenó la sensacional Mud (Jeff Nichols, 2012), la calificación de clásico moderno y el nombre de Mark Twain como referente esencial surgieron con naturalidad en puntuales críticas. Era la respuesta al ambiente sureño y a su exposición de la aventura, del fin de la inocencia, de los proscritos y de la pobreza en un territorio profundamente arraigado a sus tradiciones.

El encuentro del chico con el fugitivo, su ayuda mutua, la historia de amor de fondo y la fabulosa descripción social de aquella película de Nichols, con el espíritu de Twain como semilla, resuenan de nuevo en el sorprendente debut de Tyler Nilson y Mike Schwartz: la preciosa La familia que tú eliges, producción de corte independiente ambientada en tierras de Georgia, entre poblachos de mala muerte, miseria, country, orgullo, sencillez, barro y desolación, y protagonizada por la extraña pareja que forman un joven con síndrome de Down escapado de un centro social del gobierno y un crápula que huye de la amenaza de unos bandidos.

Ese maravilloso par de dos, interpretados por el debutante en cine Zack Gottsagen, un prodigio de espontaneidad, dulzura y sentido del humor, y el siempre minusvalorado a causa de sus excentricidades fuera de la profesión Shia LaBeouf, voz de impacto, acaban conformando uno de los duetos más bonitos, engrasados y cómplices del último cine americano. Verlos interactuar en planos cortos es observar una connivencia inaudita que provoca sin remedio la sonrisa abierta del espectador. Y para rematar el dibujo de caracteres y situaciones, Nilson y Schwartz saben siempre en qué momento cortar en montaje hasta el plano largo, el general que aglutina tanto el paisaje físico como el humano, configurando así el retrato de una amistad interior y de un tono exterior.

En clave de comedia dramática y con estructura de película de carretera a partir de la huida de ambos, La familia que tú eliges se alimenta de esas inconfundibles notas de banjo que dan sabor a una estupenda banda sonora sureña en la que tienen el buen gusto de añadir a Buddy Miller, además del trabajo de los excelentes secundarios: Dakota Johnson, casi principal, John Hawkes y Bruce Dern. Y un último aviso para los dictadores de la verosimilitud: durante todo el relato hay una evidente suspensión de la incredulidad, con perseguidores y perseguidos encontrándose a cada momento. Es lo que ocurre en las fábulas, y ésta lo es. Y no hay nada más que ver el clímax final para entender que estamos ante un cuento. Un hermoso cuento sobre la amistad.