Miseria y grandeza del fotoperiodismo
La primera ficción del australiano Ben Lawrence resuelve mal los dilemas morales que plantea un oficio de riesgo
Hearts and Bones promete, sobre todo después de su terrible primera secuencia, adentrase en el dilema moral que persigue a todo fotógrafo que trabaja en una zona de conflicto. Disyuntiva que, por desgracia, aquí se resuelve de una forma bastante frívola y superficial con un happy end que resta fuelle a muchas de las preguntas que sobrevuelan sobre los límites de un oficio de riesgo que denuncia, pero que también incurre en la explotación del dolor humano. Son muchas las películas que se han acercado a este espinoso asunto, pero Hearts and Bones no es Las flores de Harrison, la película de Elie Chouraqui situada en la guerra de los Balcanes que sí lograba mostrar con toda su admiración y crudeza las caras de este oficio.
Con todo, y hasta que llega ese cuestionable desenlace final, el debut en la ficción de Ben Lawrence mantiene alerta al espectador gracias no solo al combate ético de la pornomiseria sino a la relación que se establece entre sus dos personajes principales, el fotógrafo en cuestión y un inmigrante sudanés que trabaja como taxista en Sidney. Aunque la dirección de Lawrence no ofrezca nada demasiado nuevo, es en esta confrontación donde recae lo mejor del filme.
Con todo, y hasta que llega ese cuestionable desenlace final, el debut en la ficción de Ben Lawrence mantiene alerta al espectador
El personaje interpretado por el actor Hugo Weaving carga con todos los clichés que rodean a los suyos: piel curtida, una casa-loft que no acaba nunca de ser un hogar y un irremediable enganche a la adrenalina que casa mal con las rutinas de una vida convencional. Las secuelas psicológicas y físicas de su trabajo, el fantasma de una hija perdida y el nuevo embarazo de su pareja, justifican los desplantes de un personaje torturado y en permanente huida hacia delante.
Cuando el fotógrafo regresa a su país, donde vive con los honores de la élite de los fotoperiodistas, prepara una exposición con algunas de sus imágenes más famosas. Al conocer que se exhibirán los contactos de la masacre ocurrida hace años en su pueblo, el refugiado sudanés se cruzará en la vida del reportero. En la piel del actor natural Andrew Luri, este taxista que circula sin rumbo por las calles de Sidney es lo mejor del filme, un personaje mucho más impredecible que sí se escapa a manidos estereotipos.
HEARTS AND BONES
Dirección: Ben Lawrence.
Intérpretes: Hugo Weaving, Andrew Luri, Hayley McElhinney, Bolude Fakuade.
Plataforma: Movistar.
Género: drama. Australia, 2019.
Duración: 109 minutos.
Babelia
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