Jesús Castejón: “Tengo un monazo teatral tremendo”
El actor de ‘Estoy vivo’ puede encarnar a un santo varón o a un gángster feroz, o dirigir y cantar zarzuela y musical
Jesús Castejón es otro de mis actores favoritos. Por saga de cómicos, por gracia y por verdad, y por hacer que actuar parezca fácil. Puede encarnar a un santo varón o a un gángster feroz, o dirigir y cantar zarzuela y musical. El coronavirus le atizó fuerte. Como quien le quita hierro dice: “Mi mujer ha estado a punto de verme palmar””. Y añade: “Ese monazo tremendo de trabajar que tengo se debe a haber estado más allá que acá. Ganas de volver a mi oficio y de sentirme más vivo todavía”.
En agosto le espera, de nuevo, el rol de Sebas Rey (expolicía, expiloto y dueño de bar) en la cuarta temporada de Estoy vivo: título de bonito eco. Le pregunto por el feliz rumor de que va a actuar en Un día cualquiera, escrita y dirigida por Oriol Tarrasón, que fue un éxito el pasado verano en la Villlarroel de Barcelona, en catalán. Me pareció lleno de humor, de luz y de ternura. “Me alegro, porque es un rumor cierto. Y un regalo: me hace una ilusión loca subirme al escenario con dos grandes como Mario Gas y Vicky Peña. Ocurre en una residencia donde dos amigos se enamoran de una recién llegada. Miguel Cuerdo, el productor de La Zona, nos dijo a Mario y a mí: ‘Elegid el personaje que queráis. El de Vicky lo tenéis más complicado, a no ser que vuestra vida cambiara mucho'”.
Hay un vínculo teatral- familiar, me cuenta Jesús: durante muchos años, sus padres estuvieron en la compañía lírica de los de Mario, que dirigía Manuel Gas. “Y es curioso que estés haciendo esas entrevistas teatrales: con Rellán coincidimos en Jugadores, y Sanzol hará dos años que escribió la versión de 24 horas mintiendo, del maestro Alonso, que dirigí en La Zarzuela”. La obra de Tarrasón se hará en castellano y ambientada en Madrid. “Parece que muchos productores privados apuntan hacia finales de enero. En lo tocante a series, se dice que los permisos se van a dar con cuentagotas y a partir de agosto. Cosa bien pensada – bromea – porque se dice que el calor no le gusta demasiado a ese bicho. ¿Cuándo perderá la gente el miedo a meterse en un lugar cerrado. No es difícil apostar por la vacuna, claro”.
Volviendo a la salud, pregunta obvia: ¿cómo se sale de un jamacuco tan grande? “Yo creo haber aprendido – me dice – que en esta vida es muy importante llegar a saber quién es uno. Y aquello de lo que puedes aprender algo. Hace algún rato que sé quien soy. Estoy agradecido del reconocimiento, pero también sé cuando tropiezo y cuando lo he hecho bien. Y el amor, por supuesto. Cuando has estado a punto de cruzar el río, a la vuelta te apetece volverte a encontrar con todo ese amor. Yo pensaba en toda la gente a la que tal vez no iba a ver nunca más. ¡Pronto nos abrazaremos!, nos decíamos. Y mucha gente sigue diciéndoselo. Lo demás me da lo mismo. Sigue bien, brother”.
Babelia
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