De Sundance a Amazon en medio del coronavirus

No es un colegio cualquiera, sino de élite en Pennsylvania. No es una directora cualquiera, sino que Tayarisha Poe (Filadelfia, 30 años) empezó en el arte, en un maremágnum de proyectos, principalmente fotografía, que le llevaron al cine y a dos referencias: La Jetée, de Chris Marker, y Moonlight, de Barry Jenkins. En Sundance 2019, Selah And The Spades llamó la atención por su primoroso cuidado visual, y Amazon la compró con una doble intención: estrenar la película (lo que ya ha hecho en mitad de la ola devastadora de la covid-19) y ahondar con una serie en la relación entre Selah, la alumna a punto de graduarse, que lidera una facción del colegio (los Spades o Picas) que ha hecho dinero vendiendo drogas entre los alumnos de la institución elitista, y Paloma, una recién llegada ávida de aprender aunque también con energía como para encarar su propio camino. Corrupción, enfrentamientos entre los integrantes del grupo, criminalidad... Poe, que lleva con el guion desde hace muchos años, ha sabido aprovechar el impulso de una institución como Sundance, que ya apadrinó el proyecto cuando era un guion y lo mimó en su Instituto y en su Programa de producción. “Ha sido un proceso muy largo, es cierto que al final el recorrido ha durado mucho más de lo que yo preveía”, cuenta Poe por teléfono desde su Filadelfia natal, desde donde promociona, confinada, el estreno de su drama.

A Poe no le van las medias tintas, y por eso en unas declaraciones durante el festival de Utah habló de una posible comparación con El padrino. La pregunta le hace estallar en carcajadas. “Cierto, me calenté. Lo que quería decir es que en El padrino se habla del difícil equilibrio del poder, porque para que alguien lo consiga otro debe perderlo. Y quien debilita su influencia, por pequeña que sea esa pérdida, sentirá cómo el resto de los tiburones van a degüello a por él. A Selah le invade esa sensación, y entiende que Paloma puede que incluso no sea su sustituta, sino quien la devore, mientras intenta apagar los incendios de unas posibles filtraciones de su negocio”. La directora agradece las referencias a la atmósfera del drama: “Provengo de la fotografía. Más aún, al inicio me planteé si no podía contar la historia como La Jetée, con planos fijos. Pero entendí que era mucho mejor la ficción más canónica, y creo que he acertado. El resultado ha sido mucho mejor de lo que yo me había planteado, gracias al talento de diversos apartados como el diseño de producción o la dirección de fotografía".

Procedente de una numerosa familia afroamericana, Poe agradece que sus hermanos le pusieran a su lado para ver La historia interminable o Dentro del laberinto. “Me sirvió para ir construyendo mi visión. Como cuando mis padres me pusieron Matrix. Sirvió para ampliar la conversación, la mente”. Fue en el instituto cuando sintió que su camino hacia la abogacía no tenía sentido, y gracias a un programa de estudios artísticos “muy abierto, que no entendía de límites entre disciplinas”, sintió la llamada del cine.

A la directora le da la risa cuando oye la palabra generaciones. “En realidad, ¿sabes qué? Yo me siento un bicho raro, no creo que ni pertenezca a una, ni que se pueda definir qué es un millennial a través de mí...”, asegura. “Voy a lo mío”. Y lo suyo es una película para un estudio y el desarrollo de la serie de Selah para Amazon. “A eso dedico mi tiempo durante el confinamiento. Ya ves. Me concentra”. Por cierto, le enfurecen las películas “sobre la marginalidad de los afroamericanos”. Y por eso defiende una de sus fuentes de inspiración, Moonlight (película con la que hasta comparte un actor, Jharrel Jerome, la estrella de la serie Así nos ven). “Es prodigiosa por cómo toca temas sociales, íntimos y sinceros desde la poesía y el control narrativo. Maravillosa, ¿verdad? Ese es el mejor ejemplo para hablar de un nuevo cine afroamericano”.