TV3 pagó 184.000 euros a una fundación que dice que Colón y Shakespeare eran catalanes
La televisión autonómica emitió seis documentales con las teorías del polémico Institut Nova Història entre 2003 y 2019
Cristóbal Colón, Miguel de Cervantes, Santa Teresa de Jesús, Hernán Cortés, Leonardo da Vinci o William Shakespeare, entre muchos otros, tienen algo en común: según el Institut Nova Història (INH), todos eran catalanes. Solo una manipulación sistemática durante siglos, orquestada por poderes fácticos de España, habría permitido que su falsa identidad se haya dado por buena hasta hoy. Esta es la hipótesis de la fundación INH, que desde su creación en 2009 ha recibido el apoyo de numerosos referentes políticos y culturales de Cataluña. Ahora ha trascendido que TV3, la televisión pública catalana, financió a los miembros del INH con 184.280 euros para emitir, entre 2003 y 2019, seis documentales sobre sus teorías conspirativas.
La Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) pagó este montante a los fundadores del INH –historiadores aficionados, activos en sus investigaciones incluso una década antes de la creación de la entidad– para contar con unas producciones audiovisuales que pretendían demostrar, entre otras elucubraciones, que el descubrimiento de América fue una hazaña casi exclusivamente catalana. El INH asegura que Colón era catalán, como también lo eran los hermanos Pinzón, Bartolomé de las Casas, Francisco Pizarro o Hernán Cortes, entre otros. Colón tampoco zarpó en 1492 desde Palos de la Frontera (Huelva), sino desde Pals, municipio del Empordà. TV3 emitió en 2010 el documental El enigma Cervantes, una creación del jefe de investigación del INH, Jordi Bilbeny. La teoría de su equipo apunta a que Cervantes era en realidad Miquel Sirvent, un caballero alicantino que escribió El Quijote en catalán pero que la censura de la época lo tradujo rápidamente al castellano. No solo eso: Sirvent también vio su obra publicada en inglés con el nombre de William Shakespeare. El INH afirma que buena parte de la literatura del Siglo de Oro, como La Celestina o El lazarillo de Tormes, fue escrita por autores catalanes y en catalán, borrados por una historiografía oficial. Bilbeny también ha sido un habitual en la programación de Catalunya Ràdio, la emisora pública de la Generalitat.
Desmontando a Leonardo
El documental del INH más conocido entre los emitidos por TV3 es Desmontando a Leonardo. Su tesis se basa en la convicción de que Da Vinci procedía de una familia catalana, y por eso habría dibujado unas montañas parecidas a Montserrat en La Gioconda. Otra producción del INH financiada por la CCMA —39.000 euros— es La búsqueda del Grial (2004), que investiga sobre la hipotética ocultación en Cataluña o en Francia del cáliz de la Última Cena.
En febrero se presentó el libro Pseudohistòria contra Catalunya (Eumo), una obra de ocho historiadores que refutan algunas de las teorías del INH —quizás la más esperpéntica es la que asegura que el catalán procede de un idioma protovasco que, a su vez, evolucionó del idioma de los íberos—. “El verdadero drama social del caso”, escribe Vicent Baydal, uno de los coordinadores del libro, “es que una parte muy importante de los medios de comunicación y de las entidades políticas con sensibilidad catalana o catalanista se hacen eco de los planteamientos de los miembros del INH, los legitiman y los tratan con normalidad”. Pseudohistòria contra Catalunya incluye una lista de personalidades e instituciones que han apadrinado al INH: Esquerra Republicana de Catalunya concedió en 2013 a esta fundación el premio Lluís Companys; la Diputación de Girona o los Ayuntamientos de Montblanc (Tarragona) y Arenys de Munt (Barcelona) también han secundado al INH —ambos consistorios le han aportado 7.000 euros anuales, informó en 2019 eldiario.es—. Igualmente han mostrado su apoyo el exvicepresidente de la Generalitat Josep-Lluís Carod-Rovira, el activista independentista Antonio Baños o el presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell.
Otro destacado entre los defensores del INH es Jordi Puigneró, consejero de Políticas Digitales del Govern. Puigneró publicó en 1999 un estudio, a partir de las investigaciones de Bilbeny, en el que revelaba que la verdadera identidad de Juan Sebastián Elcano era la del catalán Joan Cacirea del Canós, o que Bartolomé de las Casas era un fraile catalán, Bartomeu Casaus. El jefe de informativos de TV3, David Bassa, publicó también, en 2003 un libro con Bilbeny con el que, según el diario Avui, pretendía “desenmascarar la mentira de los historiadores oficiales”.
Contratos millonarios para el presidente del INH
El Partido Socialista (PSC) solicitó al Departamento de Economía una lista de las ayudas y contratos públicos que podría haber recibido de la Generalitat el Institut Nova Història (INH). El Ejecutivo catalán respondió el pasado octubre con el detalle de adjudicaciones que han ganado dos compañías del presidente del INH, Albert Codinas, dedicadas a la gestión de servicios sociales y culturales. Estos contratos, que suman más de 2,5 millones de euros entre 2012 y 2019, no guardan relación con la actividad del INH, pese a que esta entidad comparte domicilio con las sociedades de Codinas. La cantidad total recibida por las empresas de Codinas supera con creces los tres millones de euros si se suman otras licitaciones conseguidas en años previos y a partir de otras Administraciones Públicas catalanas.
Codinas explica a EL PAÍS que su contribución personal al INH puede ser, como mucho, de 4.000 euros anuales, en un presupuesto de la fundación que oscila entre los 40.000 y los 50.000 euros, según su testimonio. Codinas confirma que el INH no recibe subvenciones pero sí hay Ayuntamientos que contratan sus ciclos de conferencias, como parte de la oferta cultural del municipio.
El INH ya estuvo en 2019 en el ojo del huracán cuando Gabriel Rufián, líder de ERC en el Congreso, pidió que la fundación liderada por Codinas y Jordi Bilbeny dejara de recibir apoyo de la Administración pública, incluso contra el parecer de miembros de su partido: “Ninguna pseudociencia ni ninguna pseudohistoria deberían ser financiadas con dinero público. Ni el terraplanismo, ni el antivacunismo ni el Institut Nova Història”.
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