Tres cuentos sobre el drama del progreso tecnológico
El trabajo de Reich/Korot es el que va más lejos a la hora de adjudicarse títulos que, a la postre no le benefician
Ha querido la casualidad que en poco más de diez días hayamos asistido en Madrid a tres espectáculos acogidos a la fórmula de música más imagen. El 24 de febrero se presentó en el Auditorio 400 La trace, con música de José Manuel López López y videocreación de Pascal Auger; el 28 de febrero fue el turno de Le scorpion, con música de Martín Matalón sobre la película de Buñuel La edad de oro, en una de las naves del Matadero, y, en el mismo espacio, se presentó ayer, día 5 de marzo, Three Tales, vídeo-ópera digital, con música de Steve Reich y vídeo de Beryl Korot. De los dos primeros redacté crítica en este medio, ahora lo hago con el tercero.
La similitud del formato y la proximidad de fechas hace imposible evitar la comparación, y es que ni un festival sobre el tema habría conseguido tal continuidad. Dejando de lado la propuesta de López López/Auger ―más estilizada y, sobre todo, más reciente, ya que fue estreno absoluto― los otros dos espectáculos han compartido, aparte de preocupaciones, lugar (Matadero), algún músico que se ha desdoblado y apenas una semana de diferencia, además de ser ambos de inicios de siglo.
Es cierto que las comparaciones las carga el diablo y no proporcionan contenido crítico, pero sí contexto. Es como si hubiéramos asistido a una aguda reflexión sobre el formato música más vídeo como contraposición al puro concierto. Y en esa reflexión, el trabajo de Reich/Korot es el que va más lejos a la hora de adjudicarse títulos que, a la postre no le benefician. Se habla, a modo de subtítulo, de vídeo-ópera digital documental. Pero eso está por ver, especialmente lo de ópera, y es que el trabajo, si es que necesita enmarcarse en algún género, estaría mucho más cerca de algún modo de cantata; Oedipus Rex, de Stravinsky, sería un referente más adecuado, por ejemplo, o más cercano aún, el Bonhoeffer Oratorium, de su compañero minimalista Ton Johnson.
Lo que sí es original es el maridaje entre una música especialmente concebida y un vídeo en el que se cuentan tres historias con un formato documental, por más que tratado con un alto nivel de abstracción. Se ha hablado de este trabajo de la pareja Reich/Korot (de hecho, son matrimonio) como una nueva vía estética, pero tampoco escasean las reticencias. Por citar alguna, el vídeo tiene un tratamiento de imagen que hoy, 18 años más tarde, tiene algunas simplezas que debilitan el resultado. La música, por su parte, tienen momentos del mejor Reich, pero no deja de acumular clichés de su bien conocido compromiso con el repetitivismo y una simplicidad armónica que, no obstante, le ha granjeado una reputación anfibia entre los que gustan del pop y los que lo hacen de la clásica contemporánea. Otro de los elementos “grandes” de Three Tales reside en su compromiso con una llamémosle denuncia de los excesos del progreso tecnológico, sustanciados en la temática de cada uno de los Tales: el desastre del dirigible Hindenburg, las pruebas atómicas en el atolón de Bikini y el experimento de clonación de la oveja Dolly. La reflexión-denuncia es, desde luego, absolutamente pertinente, pero queda por ver si lo es de esta forma. El crítico Kile Smith, de la revista Gramophone, por ejemplo, decía que: “Tanto en sus evocaciones emocionales como en su proceso de composición, Three Tales es altamente manipulador.”
En todo caso, esta presentación en Madrid de una obra faro es un acontecimiento. En lo que respecta a la producción que coproducen Matadero y Teatro Real, es un trabajo de muy alto nivel. Un grupo de cámara de diez intérpretes divididos en cuarteto de cuerda, cuarteto de percusión y dos pianos, y un quinteto vocal excepcional, los Synergy Vocals, que se entregan a la causa admirablemente, a veces incluso luchando con los desajustes sonoros que la amplificación produce, y es que la amplificación de instrumentos tradicionales, por más necesaria que sea, y aquí lo es, siempre es delicada. A este grupo lo dirigió con firmeza y ajuste rítmico más que notables, el fogoso y bien preparado Nacho de Paz.
En suma, un trabajo de referencia, con recorrido para agradar a públicos de diversa confesión estética, pero que apenas ha conseguido demostrar que esté por encima de las dos propuestas mencionadas López López/Auger y Matalón/Buñuel.
Three tales
Vídeo-ópera digital Documental (1998-2002). Vídeo, Beryl Korot. Música, Steve Reich. Intérpretes: Synergy Vocals, Orquesta Titular del Teatro Real (miembros). Director musical, Nacho de Paz. Operador de sonido, Norbert Ommer. Operador de vídeo, Johannes Bernstein. Coproducción, Matadero y Teatro Real. Naves del Matadero, Sala Fernando Arrabal. 5, 6 y 7 de marzo.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.