Dan Scanlon: “Onward’ es una carta de amor a mi hermano”
El director del último filme de Pixar habla de la conexión entre la película y su vida y de su proceso creativo, atravesado por la tecnología
“La tecnología tiene el poder de distraernos, aunque también pueden distraernos otras muchas cosas”, cuenta el director de cine Dan Scanlon (Míchigan, 1976) en Madrid, donde se encuentra promocionando Onward, la última película de Pixar. Aunque la compañía suele crear alegorías familiares o sentimentales, pocas veces como en Onward había construido una metáfora con tanto reflejo en el mundo real. La magia iluminaba los hogares del mundo del filme hasta que alguien inventó la bombilla eléctrica. Ese gesto, el de darle a un interruptor, inició un proceso en el que los majestuosos unicornios involucionaron en poco más de ratas de alcantarilla, los coches sustituyeron a los centauros y los dragones se extinguieron. El progreso, a costa de la magia, se impuso. “En ese sentido, la magia de la película es una metáfora de nuestro potencial”, explica Scanlon, director de Monsters University (2013), donde también puso voz a un personaje (en Onward, como si fuera un Hitchcock de la animación, se limita a un cameo de voz justo al principio). “Hay que recordar nuestro potencial, no distraernos, reivindicar que algunas cosas no siempre hay que hacerlas de la forma más fácil, porque así nunca sabrás de qué eres capaz”.
Scanlon alaba también el trabajo de actuación de los protagonistas (los superheroicos Tom Holland y Chris Pratt como los hermanos protagonistas). “Encontraron la forma de conexión que teníamos en mente. Encajaron a la perfección”. Holand y Pratt son Ian y Barley, dos hermanos que, por medio de la magia, logran resucitar a medias (concretamente, la mitad inferior) a un padre que murió cuando ellos acababan de nacer.
En ese sentido, Scanlon confiesa que la inspiración es enteramente personal. “Mi hermano y yo perdimos muy pronto a nuestro padre, no tenemos recuerdos de él”, confiesa. A lo largo del metraje, el eje dramático va mutando del conflicto del padre ausente al de la relación entre dos hermanos, auténtica columna vertebral de la trama escrita también por Scanlon. “De principio a fin, la película es una carta de amor a mi hermano. La película siempre tuvo un ojo puesto en la dinámica que teníamos de pequeños él y yo, que iba más allá del cliché de dos hermanos que se molestan y no se terminan de llevar el uno con el otro”. “Al final”, explica el director, “Onward creo que es una oportunidad de reivindicar a esa persona que te ayudó en la vida. A la gente que te guió en la vida, y sin los que no serías la persona que eres hoy día”.
Al lado de Scanlon está la productora del filme, Kori Rae (San Francisco, 66 años), que también produjo Monsters University. Si se le pregunta si el trabajo en Pixar ha cambiado mucho desde entonces, responde que “la forma que tenemos de trabajar es muy similar”. “Evidentemente, cada año las cosas evolucionan, la tecnología cambia. Siempre llega un punto en que tenemos que detener el avance del software que sustenta la película porque no podemos introducir más cambios. Pero al final la tecnología siempre sirve al propósito de la historia”. Otra vez la tecnología, en el filme cortando la magia, en el mundo real, permitiéndola.
“Cualquier cosa que la historia necesite, el estudio puede hacerla”, explica Scanlon sobre el proceso creativo de la película, del papel a la pantalla. “Es muy interesante ver cómo algo que estoy escribiendo es mucho más simple en mi cabeza que lo que luego termina siendo la película. Ese proceso de construcción es algo sencillamente maravilloso”. “La tecnología del estudio”, cierra, reflexivo, Scanlon, “es, si se mira bien, mágica”.
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