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La justicia francesa vuelve a condenar al electricista de Picasso

El Tribunal de Apelaciones de Lyon confirma la pena de dos años de cárcel contra Pierre Le Guennec, acusado de apropiarse de 271 obras del pintor

Silvia Ayuso
Pierre Le Guennec, el electricista de Pablo Picasso acusado de apropiarse indebidamente de obras del artista
Pierre Le Guennec, el electricista de Pablo Picasso acusado de apropiarse indebidamente de obras del artista ROMAIN LAFABREGUE (AFP)

Durante la última audiencia pública antes de que quedara visto para sentencia, Pierre Le Guennec, el que fuera el electricista en la casa de Pablo Picasso hasta su muerte en 1973, aseguró que no se arrepentía de nada y que “volvería a hacer lo mismo” con las 271 obras que la familia del pintor malagueño le acusa de haber escondido y que él sigue sosteniendo que fueron un “regalo magnífico” de su viuda que guardó en un garaje durante casi cuatro décadas. La justicia acaba de dar la razón a los herederos del autor del Guernica, al volver a confirmar la pena de dos años de cárcel, con exención de pena, para Le Guennec y su mujer. La decisión del Tribunal de Apelaciones de Lyon pone punto final a una batalla judicial muy mediatizada que ha durado casi cinco años.

La corte de Lyon ratificó “en todos los puntos, tanto sobre la culpabilidad como sobre la pena pronunciada” el fallo del primer tribunal que, en 2015, condenó a Pierre y Danielle Le Guennec a dos años de cárcel con exención de pena, según la Agencia France Presse. Los acusados no estuvieron presentes en la lectura de la sentencia.

A sus 76 y 80 años, el matrimonio formado por Danielle y Pierre Le Guennec, que fue el electricista de Picasso durante los últimos años de su vida, sigue asegurando hasta hoy que no conocía el gran valor de las 180 obras del pintor —óleos, collages y litografías—, así como un cuaderno de 91 dibujos, todos ellos fechados entre 1900 y 1932, que guardaba en su garaje y que están estimadas en entre 60 y 80 millones de euros. Si los Le Guennec cambiaron la versión de los hechos —al comienzo del affaire declararon que había sido el propio Picasso el que le había regalado las obras en 1971 0 1972, para mantener después, y hasta hoy, que fue Madame, Jacqueline Roque, la última esposa del artista quien se los dio en agradecimiento a su “fidelidad” tras la muerte del pintor— fue “por nuestros hijos, para que no tuvieran problemas”, justificó Danielle Le Guennec durante la audiencia del 24 de septiembre, según reportaron medios franceses.

Madame me pidió que metiera en mi casa varias cosas” en momentos en que había estallado un conflicto con los herederos del pintor, agregó Pierre Le Guennec. Después, Jacqueline Roque, que acabaría suicidándose en 1986, le dijo que volviera a meter en su casa las bolsas en que había metido lo que quería que le guardara el electricista, salvo una de ellas que le regaló. “Guárdelo, esa es para usted”, insistió que le dijo la viuda de Picasso, que “hablaba por teléfono dos veces al día” con Danielle Le Guennec, acotó esta.

Una versión que nunca convenció a los herederos del pintor. Las sospechas saltaron nada más presentarse Le Guennec con las obras, en 2010, ante uno de los hijos del autor del Guernica, Claude Ruiz-Picasso, con el objetivo de certificar la autenticidad de parte de los dibujos. Algo que este hizo para, a continuación, presentar con el resto de la familia Picasso una demanda por tenencia ilícita (puesto que el delito de robo ya había prescrito), al considerar improbable que el pintor pudiera haber hecho una donación tan importante.

La justicia les dio la razón en primera instancia y condenó a los Le Guennec a 2 años de prisión, sentencia que fue confirmada en diciembre de 2016. Sin embargo, en marzo de 2018, la Corte de Casación (Supremo) anuló el fallo al considerar que el tribunal no había podido demostrar que las obras “procedieran de un robo” y devolvió el caso al tribunal de Apelaciones, que ahora ha vuelto a ratificar la condena inicial.

Durante la última audiencia, el defensor de los Le Guennec, el abogado estrella parisino Eric Dupont-Moretti, intentó presentar el caso como una “lucha de clases”. Se trata de un regalo que “molesta”, afirmó, porque algunos no conciben que se pueda ofrecer algo tan valioso a gente humilde. “El orden económico y social no quiere que pequeños obreros reciban un regalo así, eso molesta”, declaró a periodistas tras la sesión judicial. Según el abogado, el hecho mismo de que no intentaran vender las obras durante 40 años demostraría que no había intención delictiva alguna y que era algo que consideraban un bien de valor ante todo sentimental.

Una versión rechazada una y otra vez por los abogados de los herederos. Según el abogado de Claude Ruiz-Picasso, Jean-Jacques Neuer, la decisión del tribunal de Apelaciones constituye “el triunfo de la verdad y el fin de una mistificación”, declaró al conocer la sentencia condenatoria.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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