Todos hacemos caca
Si somos incapaces de encontrar un rasgo común a todos los individuos, ¿por qué abusamos tanto de las afirmaciones que empiezan por todos o nosotros?
Todos hacemos caca es el título de un libro infantil ya clásico escrito por Taro Gomi, pero también es una de las pocas afirmaciones que se pueden empezar con el sujeto 'todos'. Las cosas que unen a todos los humanos son estrictamente fisiológicas, pero ni siquiera en la biología hay consenso absoluto: todos los humanos hacemos caca o respiramos, pero no todos comemos (hay enfermos que se alimentan mediante una sonda), como no todos caminamos ni oímos.
Si somos incapaces de encontrar un rasgo común a todos los individuos, ¿por qué abusamos tanto de las afirmaciones que empiezan por todos o nosotros? Cuantísimo nos cuesta (sí, a nosotros, yo también generalizo: oh, paradoja) entender que cuando alguien dice que todo el mundo piensa algo, lo piensan su vecina Rosarito y un primo de Tarancón; que cuando alguien dice “nosotros creemos” está diciendo “yo creo”, y que cuando “arden las redes” significa que hay cuatro frikis cabreados.
Los Mossos descubrieron que el 70% de las tiendas de la acampada indepe de la plaza de Universitat de Barcelona estaban vacías. Verás cuando vayan a un mitin y descubran que el 70% de los aplausos no son espontáneos. Para dar la sensación de unanimidad tienes que poner muchas tiendas vacías en una plaza.
Tom C. Avendaño firmaba hace unos días un ensayo sobre cómo los atracones de series han dinamitado la forma tradicional de ver la tele, destruyendo de paso su capacidad para crear consensos sociales. Unos expertos lo lamentaban, pero alguno decía que no había que ponerse nostálgicos por perder esa unanimidad aparente. Yo creo (y tal vez solo lo crea yo) que no está mal que cada cual vaya a su bola, que quizá en eso consiste una sociedad libre, en poder usar más la primera persona del singular y reservar la del plural para cuando hagamos caca.
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