_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Usted cree que la gente entiende lo que quiere decir?

Una sobrexplicación puede ser pertinente en el Congreso de los Diputados o en Barrio Sésamo, pero entre adultos es una grosería

Sergio del Molino
Más información
El plano imposible del político segundón
Deja que te explique qué son las elecciones, bonita

Esta semana me montaron una fiesta para inaugurar un festival literario que dirijo en Madrid, y me pidieron que escogiera un documental para proyectar en una sala. Tenía que ser una obra que se relacionase con mi mundo estético. Pedí F for Fake, de Orson Welles. Es un falso documental que cuenta la historia del falsificador de arte Elmyr de Hory. La película juega a confundir al espectador, hasta que este no sabe discriminar la verdad de la ficción.

Uno de los asistentes se me acercó y me dijo: "Usted ha escogido esa película de Welles porque resume sus ideas sobre que todos los relatos son ficciones, ¿verdad?". Así es, le respondí. "¿Y usted cree que la gente va a entender esa sutileza?". Le contesté que si la había entendido él, no había razón para que no la entendiese cualquiera, pero cuando se marchó me quedé rumiando. Tendría que haberle dicho: me da lo mismo. No me importa que no me entiendan, como no le importaba a Welles y como no debería importarle a nadie que se dedique a este oficio, tan emparentado con los antiguos vendedores de crecepelo, que consiste en contar historias.

Si te importa demasiado que te entiendan bien, tienes que explicarte, y explicarse es como exprimir una naranja cuando ya no tiene zumo. Una sobreexplicación puede ser pertinente en el Congreso de los Diputados o en Barrio Sésamo, pero entre adultos es una grosería. Si no permites que tu interlocutor se pregunte qué has querido decir, de qué vas o adónde quieres ir a parar, le estás tratando como a un imbécil. Para sobreexplicar, ya están los políticos que se abrazan y subrayan con su abrazo lo que no están seguros de saber transmitir con palabras, como si se dirigieran a analfabetos que necesitan mirar las estampitas para entender lo que sucede.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_