Planeta cierra Círculo de Lectores
Cinco años después de hacerse con su control, el grupo editorial echa el cierre al mayor club de lectura de España por "el cambio de hábitos de consumo de los ciudadanos"
Casi seis décadas después, el Grupo Planeta da por concluida la historia del Círculo de Lectores. Cinco años después de hacerse con su control, la multinacional editorial avisó ayer miércoles a sus vendedores del cierre del sello y de su red comercial. Según fuentes de Planeta, han mandado un burofax en el que se anuncia la extinción anticipada de su contrato de agencia. Dicha red había mermado mucho en los últimos años por la caída de la oferta de libros y de su venta. “Hemos ido perdiendo el canal de venta por los nuevos hábitos de consumo digital”, reconocen los responsables de la empresa, que de momento mantiene abierta Nubico, la tienda en internet de ebooks.
“El modelo puerta a puerta ya no funciona y lo vincularemos a la compra digital”, indican desde Círculo de Lectores, que aseguran que sus clientes compraban por Amazon o puntos de venta online antes de esperar el reparto físico tradicional. Sin embargo, los agentes comerciales consultados por este periódico señalan a la merma de la oferta de libros en el último año y medio como principal causante del cierre. La empresa resta importancia a su red de agentes, que estaba compuesta “en su mayoría por jubilados”, que acudían a los domicilios con “carritos de la compra” a entregar los pedidos.
Círculo de Lectores se fundó en 1962 y fue la mayor red de lectores que abastecía a los hogares españoles cada mes. A principios del siglo XXI la idea entró en declive y empezó a perder socios, que en su mejor momento llegó a sumar un millón y medio, según datos de la propia empresa. Planeta adquirió hace nueve años a Bertelsmann la mitad de la sociedad y en 2014 se quedó con el control absoluto al comprarle la mitad restante al grupo alemán. De hecho, en una auditoría de 2014 se descubre que al cierre del ejercicio de 2013 la empresa cerró con 5,9 millones de euros de pérdidas. Por tal motivo, tanto Planeta como Bertelsmann se comprometieron, en junio de 2014, a hacer una aportación de capital de casi 20 millones de euros.
Las cuentas no salen
En el burofax enviado a estos empleados de calle con contrato mercantil puede leerse el argumento de cambio de costumbres, con el que coinciden los últimos estudios e informes del sector editorial: “Como usted bien conoce desde hace ya bastantes años, Círculo de Lectores se ha visto muy afectado por el cambio de hábitos de consumo de los ciudadanos derivados de la fuerte implantación de las nuevas tecnologías. Pese a que hemos intentado reconducir esta delicada situación con distintas medidas, lamentablemente nos vemos en la triste obligación de tener que desactivar la red comercial”, explica el comunicado, que da por concluida la actividad de los comerciales el 6 de noviembre.
En las cuentas de Círculo de Lectores a las que ha accedido EL PAÍS se desvela una deuda, que crece a ritmo imparable desde 2013. Entonces, él último año antes de que Bertelsmann vendiera el total de la compañía a Planeta, el negocio principal todavía era la edición de libros, CD y DVD y generó un agujero de 5,9 millones de euros de pérdidas. De ellos 3,5 millones de euros correspondieron a pagar las indemnizaciones el despido de 92 personas (de 477 a 385 trabajadores). Ese año Planeta toma la decisión de cambiar de modelo y diversificar productos en sus revistas bimestrales. Además de la oferta literaria, con libros de ediciones de calidad, así como música, cine, multimedia, añaden los complementos de hogar y bienestar y llevan a casa cosmética natural, complementos alimenticios y artículos de ocio.
Círculo cerrado
Las pérdidas no dejaron de crecer y en 2016 sumaron 2,3 millones de euros. Un año después, la cifra alcanzó casi los tres millones de euros. Los ingresos por ventas reflejan el agotamiento del modelo, que ha mantenido desde hace 57 años: en 2016 ingresaron 42,8 millones de euros y en 2017 fueron 37,4 millones de euros, una caída del 15%. La deuda acumulada a final de 2017 fue de casi cinco millones de euros. Ese año la empresa tenía 143 empleados fijos.
En los últimos años, la venta de libros suponía un 70%. El resto de productos representaban un 30% de la facturación, de los cuales 11,9% son cosmética de Bottega Verde. El 94% de la venta se hacía por agente y el 6% por distancia. "El descenso a la caída de ventas se debe principalmente a la caída en el número de socios y a la menor actividad compradora de los socios alta", puede leerse en el informe de gestión de las cuentas del ejercicio 2017, depositadas en el Registro Mercantil.
En 2018 los accionistas tuvieron que realizar una ampliación de capital de seis millones de euros para ajustar la situación de la compañía que ya caminaba hacia el cierre. Planeta ya tenía en 2018 el cierre en mente y su reconversión a una nueva fórmula de captación. Redujeron la plantilla de promoción y búsqueda de nuevas vías de captación, simplificaron la oferta para centrarse en las líneas de negocio que les daban mayor margen y finiquitaron la venta de CD y DVD. En los últimos años trató de ampliar su oferta en el mundo digital con proyectos que aspiraron a aprovechar las nuevas tecnologías, como la creación de Nubico, una plataforma de comercialización de libros electrónicos. El Círculo de Lectores que llama a su puerta ya es historia.
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