El Fandi corta tres orejas en la vuelta de los toros a Palma de Mallorca
En diciembre de 2018, el Tribunal Constitucional anuló la prohibición del Parlamento balear
El diestro David Fandila El Fandi cortó tres orejas y salió a hombros en el festejo que supuso el regreso de los toros a Palma de Mallorca después de un año de suspensión, informa Efe.
Con el coliseo balear prácticamente lleno, la corrida nocturna del viernes 9 de agosto en Palma representaba algo más que un festejo taurino; era la victoria del toreo sobre una pretensión abolicionista que el Constitucional echó por tierra y que solo ha servido para privar a los aficionados baleares de los festejos taurinos en las islas durante la temporada de 2018.
El 24 de julio de 2017, el Parlamento balear aprobó una proposición de ley impulsada por PSOE, MÉS y Podemos, que prohibía la muerte del animal en la plaza y la suspensión de hecho de la fiesta de los toros en las islas. Posteriormente, el 20 de diciembre de 2018, el pleno del Tribunal Constitucional anuló varios artículos esenciales de la ley balear. La sentencia reinstauró las corridas de toros tradicionales y anuló en su totalidad cuatro de los artículos principales de la normativa insular, entre ellos el que prohibía el uso de utensilios que pudieran causar la muerte del animal o producirle heridas. También anuló algunos apartados de otros cuatro artículos. Los jueces consideraron que los principales preceptos de la ley impulsada por el Parlamento autonómico “impide, perturba o menoscaba” la competencia estatal sobre patrimonio cultural inmaterial.
Así pues, los toros han regresado para quedarse, y así quedó demostrado en la gran entrada que hubo en el Coliseo Balear, con más tres cuartos del aforo, o, lo que es lo mismo, alrededor de 9.000 personas para presenciar un festejo atractivo, con cuatro toreros de primer nivel, Morante de la Puebla, El Juli, José María Manzanares y El Fandi, que entró en sustitución de Roca Rey.
TRES GANADERÍAS/MORANTE, EL JULI, EL FANDI, MANZANARES
Cuatro toros de Virgen María (1º, 2º y 3º y 4º) tres de Juan Pedro Domecq (6º, 7º y 8º) y uno de Parladé (5º). Corrida justita y cómoda de presentación, nobles Y bajos de raza la gran mayoría. Destacó el gran tercero, de nombre "Oreado", número 95, que fue premiado con la vuelta al ruedo. También fueron buenos, segundo, séptimo y octavo.
Morante de la Puebla, silencio y ovación.
El Juli, ovación y oreja.
David Fandila El Fandi, que sustituía a Roca Rey, dos orejas tras dos avisos y oreja.
José María Manzanares, oreja y ovación.
Plaza de toros de Palma. 9 de agosto. Más de tres cuartos largos de entrada en el Coliseo Balear.
El momento del paseíllo fue emocionante, con el público en pie aplaudiendo a los espadas y con gritos de "¡libertad!" para defender a una afición que ha vuelto a latir en Palma de Mallorca.
El único conato "anti" (sin contar la concentración que hubo en los aledaños de la plaza antes del festejo) no tardó tampoco en aparecer. Fue a la muerte del primer toro cuando el activista holandés Peter Janssen se arrojó por enésima vez a un ruedo en señal de protesta, que duró menos de un minuto, el tiempo que tardaron los operarios de la plaza en reducirlo.
Antes de este episodio, Morante estuvo breve con un toro de Virgen María que se paró enseguida. Igual que el quinto, que llegó a prenderlo en la faena de muleta, sin consecuencias. Eso, y las cositas sueltas que dejó el de La Puebla le valieron para que los tendidos le ovacionaras el término de su labor.
El Juli anduvo fácil con su primero, un toro noblote al que el madrileño cuajó una faena presidida por el temple, el relajo y el buen gusto. Pudo haber tocado pelo de manejar con más acierto los aceros, por lo que todo quedó una ovación. Con el quinto tuvo que ponerlo todo Julián para sacar partido de un sexto noble cogido con alfileres, al que acabó cortando una oreja.
El triunfador de la noche fue El Fandi, que cuajó una vibrante y entregadísima faena al tercero, un gran toro de Virgen María para el que se llegó a pedir el indulto. El granadino anduvo variado con el capote (largas cambias, verónicas, chicuelinas y zapopinas), espectacular con los palos (puso hasta cuatro pares) y muy comunicador con la muleta.
Fue un desglose en toda regla de la tauromaquia de Fandila ante un toro de bravas e incansables acometidas. La gente pidió que se le perdonara la vida, pero el palco no atendió la petición, apremiando, incluso, al torero a que montara la espada dándole hasta dos avisos. Al final, el Fandi cortó dos orejas, vuelta al ruedo para el toro y el palco se ganó una sonora bronca.
Otro trofeo más paseó el granadino del manejable séptimo, con el que volvió a entregarse el torero en otra faena muy bien acogida por el respetable.
Manzanares aprovechó el alboroto que había formado El Fandi para cortar una "orejita" por una faena de fogonazos aislados, sin compactar, y rubricada de una buena estocada ante un cuarto toro de corrida que tuvo mucha nobleza.
El último de la noche también tuvo muy buen fondo, y el alicantino lo aprovechó para encandilar a los tendidos con una faena elegante, de mucho aroma, pero malograda a última hora en la suerte suprema.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.