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Muere a los 88 años el filósofo francés Michel Serres

El intelectual abordó en su obra cuestiones sobre educación, ecología o el influjo de las nuevas tecnologías

El filósofo Michel Serres e historiador de la filosofía y la ciencia en una imagen de 1980.
El filósofo Michel Serres e historiador de la filosofía y la ciencia en una imagen de 1980.Cordonpress

El filósofo Michel Serres, una figura intelectual bien conocida del gran público en Francia, ha muerto este sábado a los 88 años. "Ha muerto de manera apacible a las siete de la tarde y rodeado de su familia", ha dicho su editora, Sophie Bancquart, de la casa Le Pommier.

Apasionado de las cuestiones que conciernen a la ecología y a la educación, el académico abordó todas las formas del saber y en su obra anticipó las transformaciones que provocan las nuevas tecnologías de la comunicación. "Estamos en el año cero de una nueva manera de compartir el conocimiento", adelantó en 1996. No rehuyó las matemáticas, la sociología o la historia en una labor de expansión de los límites de la filosofía para explorar sus contornos sin renunciar al uso de un lenguaje inteligible por el gran público. "Llamamos utópico a aquello que no entendemos", sentenció.

Serres (Agen, Francia, 1930) era hijo de un marinero. Entró en la Escuela Naval en 1949 y en la Escuela Normal Superior en 1952. Comentaba que había escogido primero las ciencias exactas y la física. "Mi generación quedó marcada por el fin de la guerra y por Hiroshima", comentó en una entrevista en 2016, un impacto al que atribuye que dejara la carrera científica y emprendiera la literaria y la filosófica. "Siempre he lamentado que los filósofos de mi generación no conocieran la ciencia y, por tanto, no pudieran ser lúcidos por completos al respecto del mundo contemporáneo".

Militar de la marina hasta 1958, a partir de esa fecha se encontró en la enseñanza. Se especializó en Leibniz, a quien dedicó su primer libro, en el revuelto 1968. Frecuentó a Foucault. Fue profesor en la Universidad de Stanford, conferenciante en La Sorbona y miembro de la Academia de Francia desde 1990.

Sin olvidar nunca su interés científico original, firmó multitud de ensayos sobre la historia de la filosofía y de la ciencia, como El hermafrodita, La leyenda de los ángeles, Génesis, Los cinco sentidos (un superventas), El contrato natural o el ciclo de Hermés. Amigo de Hergé, el autor de Tintin, le dedicó un libro en homenaje en 2000: Hergé, mi amigo. En 2016 publicó en España Figuras del pensamiento, una suerte de autobiografía intelectual, en la que sostiene que pensar significa inventar.

Ya el pasado febrero, con 88 años a cuestas, recogió de imprenta su última obra, Morales espiègles ("Morales juguetonas"), publicada en la editorial a la que ha sido fiel durante los últimos 20 años, la pequeña Le Pommier, con una ilustración de Sancho Panza y Don Quijote en la portada. "Es un libro de circunstancias, por ser el 20 aniversario de mi editor; y por eso lo acepté y me dije: ¿de qué podría escribir? Me di cuenta de que jamás había escrito de la moral", declaró en un programa de televisión. "Entro en la moral como en un territorio exótico", dejó escrito en el libro.

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