“Dedicado al espíritu inmortal de Freddie Mercury”
'Made in heaven’ se editó con las grabaciones que el cantante dejó antes de morir
Al final de su vida Freddie Mercury exprimía los momentos en los que el sida le daba tregua para seguir cantando. Se metía en el estudio con sus compañeros de Queen y hacía lo que mejor sabía. Aquel “tiempo prestado”, como lo definió el guitarrista Brian May, no fue suficiente para rematar el último álbum de la banda al completo: Made in Heaven. Sin embargo, tras su muerte en 1991 May, John Deacon y Roger Taylor siguieron trabajando con las grabaciones que Mercury había dejado. Made in Heaven vio la luz el 6 de noviembre de 1995, dedicado “al espíritu inmortal de Freddie Mercury”. El disco es la próxima entrega de The Queen Collection, la recopilación de la discografía completa de la banda que cada domingo llega a los quioscos (9,95 euros) con EL PAÍS.
Innuendo fue el último trabajo que Mercury vio publicado. Si aquella grabación resultó difícil y dejó imágenes del líder de Queen muy deteriorado, Made in Heaven supuso un regalo para sus seguidores que el cantante dispuso con gran esfuerzo y con la ayuda de sus compañeros. Mercury, a pesar de la debilidad que refieren el resto de componentes, no dejó que su calidad vocal se resintiese en ninguna de las canciones del disco, entre las que se incluyen títulos tan evocadores como Let Me Live, My Life Has Been Saved y I Was Born to Love You.
La última pieza que Mercury encaró fue Mother Love. Cuando debía atacar la estrofa final le dijo a May, autor de la composición con el que estaba trabajando en ese momento, que se sentía cansado y que mejor volvía otro día, pero ya no regresó, como relató un tiempo después el propio May. El tema quedó inconcluso y el guitarrista puso su voz para cerrarlo. Al final de la canción, tras una serie de sonidos que remueven el recuerdo de grandes momentos de Queen, se puede oír el llanto de un niño que parece llegar a la vida. Un guiño a la eternidad del genio musical.
El disco, que tardó cuatro años en fraguarse, se convirtió rápidamente en número uno en Reino Unido, Austria, Dinamarca, Finlandia, Alemania, España, Holanda, Nueva Zelanda, Polonia, Portugal, Suecia, Suiza e Italia. En Japón se posicionó entre los 10 primeros, así como en otros países. Llegó a vender más de 20 millones de copias.
Made in Heaven, que toma el nombre de una antigua canción de Mercury, se grabó en los estudios Mountain, en la ciudad suiza de Montreux, un lugar al que la banda recurrió en varias ocasiones para trabajar. Hasta allí llegaron en 1978 para grabar Jazz y tanto les gustó que decidieron comprar el estudio. Siete de sus discos nacieron en esa pequeña ciudad, junto al río Leman, de la que Mercury dijo: “Si quieres saber lo que es la paz, vete a Montreux”.
Mercury vivió en un apartamento con vista al lago, donde la figura del músico sigue presente, con una estatua que lo honra y que sus fans llenan de flores. La ciudad protagoniza la carátula del álbum, donde se puede ver la silueta de esta estatua, así como las de May, Taylor y Deacon, de espaldas, junto al lago y mirando al cielo. Cada 5 de septiembre, cumpleaños del cantante, la ciudad lo celebra con una fiesta en su casino.
La colección The Queen Collection contienen toda la discografía remasterizada y presentada en digipack, que incluye un libreto con información sobre cada disco, las letras de las canciones e imágenes del grupo. Made in Heaven es la cuarta entrega de la colección, que además de en quioscos se puede conseguir en la página web de Colecciones. Le seguirán The Game, el domingo 26; The Works, el 2 de junio; News Of The World, el 9 de junio, y así hasta completar 21 entregas. Incluye, además, DVDs con algunos de los directos más icónicos de la banda.
Babelia
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