Steve Bannon, el mago de Oz de la ultraderecha
“Es un buen seductor, pero no un gran estratega político”, opina la directora del documental ‘El gran manipulador’ sobre el exasesor de Donald Trump y uno de los padres de la actual oleada populista
Steve Bannon, exasesor de Donald Trump y considerado uno de los padres de la actual oleada populista, cree que no hay prensa mala. Es una idea que confiesa haber heredado del presidente estadounidense y que explica en parte por qué permitió que una directora abiertamente progresista, Alison Klayman, rodara un año entero de su vida. El resultado: el documental desmitificador y a la vez terrorífico El gran manipulador, que se estrena en cines el 10 de mayo y llega Filmin en julio.
La cineasta se dio a conocer en 2012 mostrando el activismo de Ai Weiwei en su primer largometraje y ahora ha logrado mostrar entre bastidores un momento crucial en la carrera de Bannon, poco después de su salida de la Casa Blanca tras la revuelta de Charlottesville.
La cámara registra el fracaso en las elecciones de medio mandato estadounidenses de 2018 y sus encuentros con varios partidos xenófobos de Europa para impulsar el movimiento nacional-populista en el continente. Y plantea una reflexión: ¿Estamos alimentando a la bestia?
“Mi principal objetivo era ser lo más realista posible y evitar demonizarlo o ridiculizarlo”, explica Klayman a EL PAÍS durante la presentación de la película en el Festival CPH:DOX de Copenhague.
Pregunta. Por mucho que a Bannon no le preocupe la mala prensa y conociera a la productora del documental [Marie Therese Guirgis], no deja de sorprender que diera pie a este proyecto.
Respuesta. Creo que es un hombre vanidoso que me subestimó. Pensaba que yo iba a ser su herramienta de propaganda, que me iba a limitar a mostrarle diciendo burradas durante 90 minutos y que eso le beneficiaría. Nunca creyó que el documental pudiera afectarle de forma negativa.
P. Para buena parte de los medios estadounidenses, Bannon ha quedado en El gran manipulador como un simple charlatán. ¿Ha recibido algún tipo de reacción por su parte?
R. Él ya había visto la película días antes de que se estrenase en el Festival de Sundance (en enero de 2019). Nos hizo saber que había cosas que no le gustaban, pero seguimos en contacto con relativa normalidad. Cuando aparecieron las primeras reseñas y reacciones de la prensa es cuando cortó la comunicación con nosotras para siempre. Creo que lo que más le afectó es que se empezara a decir que le habían tomado el pelo.
P. Usted plantea preguntas sobre el verdadero papel de Bannon en el ascenso de la ultraderecha en el mundo.
R. No conviene menospreciarlo, porque su figura es realmente problemática, pero no creo que sea tan influyente como él quiere que pensemos. Cuando tienes la oportunidad de observarlo y empiezas a conocer sus trucos, todo te resulta algo menos sofisticado.
P. ¿Es algo así como un mago de Oz de la extrema derecha?
R. Exacto. Es muy bueno identificando problemas y sabe jugar con los miedos de la gente, pero no tiene soluciones reales para ofrecer ni a los votantes ni a los políticos que engatusa.
P. ¿Cómo fue su gira por Europa?
R. Durante sus encuentros con políticos europeos (entre ellos de Francia, Bélgica e Italia), pregunté a algunos partidos de extrema derecha por qué se reunían con Bannon. Me confesaban que no eran capaces de hacerlo con Trump. La Casa Blanca es ahora mismo un organismo tan disfuncional, con despidos continuos, que no encuentran canales oficiales para acercarse al presidente. Pensaban que, de un modo u otro, Bannon podría ayudarles a hacerlo. Es lo que él les hace creer de forma velada, sin llegar a prometer nada.
P. El partido español Vox no aparece en el documental.
R. No me consta que Bannon haya asesorado de forma continuada al partido durante ese año y pico [de mediados de 2017 a finales de 2018]. También se le relaciona con el triunfo de Bolsonaro, pero en ese tiempo solo mantuvo dos encuentros con su hijo [Eduardo Bolsonaro]. Sus consejos a estos partidos casi nunca tratan sobre estrategia política. Se centran en cómo deben financiarse, área en la que es realmente bueno.
It was a pleasure to meet STEVE BANNON,strategist in Donald Trump's presidential campaign.We had a great conversation and we share the same worldview.He said be an enthusiast of Bolsonaro's campaign and we are certainly in touch to join forces,especially against cultural marxism. pic.twitter.com/ceHoui6FH5
— Eduardo Bolsonaro🇧🇷 (@BolsonaroSP) August 4, 2018
"Fue un placer conocer a STEVE BANNON, estratega de la campaña presidencial de Donald Trump. Tuvimos una gran conversación y compartimos la misma visión del mundo. Dijo que era un entusiasta de la campaña de Bolsonaro y que seguimos en contacto para unir fuerzas, especialmente contra el marxismo cultural".
Antes de convertirse en asesor del presidente de los Estados Unidos y colocarse su actual disfraz de gurú de la ultraderecha, Steve Bannon tuvo múltiples vidas. Fue director de cine, trabajó en la banca, ganó varios millones de dólares con la sitcom progresista Seinfeld (como dueño de una parte de los derechos de emisión) y lanzó la polémica publicación Breitbart News, de la que fue expulsado en enero de 2018.
En 2017, ya accedió a conceder varias entrevistas al oscarizado Errol Morris para que compusiera el documental American Dharma, también dedicado a su figura.
P. ¿Cree que el discurso extremo de Bannon es real o es puro negocio?
R. Haciendo un repaso a su vida anterior, creo que siente un rechazo auténtico por el avance del mundo islámico. Más allá de eso, su discurso está vacío. Es simple oportunismo. Sabe que las ideas que está defendiendo le generan beneficios económicos. Mientras que Trump recurre a ellas para ganarse el voto de una parte de la población que se siente olvidada, Bannon lo usa para acercarse a millonarios.
P. Es perverso que recurra al eufemismo “nacionalismo económico” para camuflar la xenofobia.
R. Lo es. Con ese termino engloba una esencia moral que no tiene nada que ver con lo económico. Es una forma de dar lustre a un discurso que, en realidad, no es nada revolucionario ni siquiera como herramienta racista o xenófoba.
P. El documental también le reconoce algunos atributos que Trump no parece tener. Se maneja bien bajo los focos, es ocurrente y tiene cierto encanto.
R. Tiene los pies mucho más en la tierra que Trump. Por ejemplo, sabe equilibrar su narcisismo. Y también es muy bueno en las distancias cortas. Incluso seduce a periodistas de medios contrarios a él. Le gusta hacerles ver que les está dando información privilegiada, aunque no siempre sea así, y sabe sonsacarles cosas. Era importante para mí no ocultar esa parte de su personalidad, porque explica en parte su éxito.
P. En un momento de la película, Bannon asegura que jamás aceptará dinero de manos extranjeras, pero al final vemos cómo se ve obligado a hacerlo. ¿Cree que su estrella está decayendo?
R. Sí está de capa caída, aunque intente disimularlo. Eso no significa que esté acabado. No haría esta película sobre él si pensara que su influencia es nula. Es un camaleón que sabe reinventarse. Quiere hacernos creer que nada le afecta, pero no es cierto. Es un adicto al trabajo que nunca se rinde. Y eso juega a su favor. Si pierde el apoyo de un millonario, es capaz de seducir a otro.
Babelia
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