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Columna
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¿Es mucho pedir un poco de silencio?

La cuestión de la muerte digna es tan delicada (por dolorosa para quien tiene que decidir, no porque soliviante y excite a nadie), que hay que evitar cualquier intervención que añada bronca y griterío

Sergio del Molino

Antonio Aramayona se suicidó en 2016. Su caso no es comparable en absoluto con el de la mujer de Ángel Hernández, porque Antonio, a pesar de tener una grave discapacidad y un enorme deterioro físico, podía valerse mal que bien por sí mismo, y no quería llegar al extremo de tener que pedir ayuda para morir. Por eso, su situación planteaba muchos más dilemas éticos, e incluso hizo dudar a algunos activistas del derecho a morir dignamente. Jon Sistiaga contó sus últimas semanas en un capítulo especial de su serie Tabú (titulado Y al final, la muerte), en el que aparezco, porque yo era amigo de Antonio, que fue mi profesor. En 2017 publiqué La mirada de los peces, un libro basado en mi relación con él y en la catarsis que su muerte provocó, y algunos lectores y críticos se sorprendieron (no sé si reprochándomelo) de que en sus páginas no hubiera una reflexión sobre el derecho al suicidio, a la eutanasia y a la muerte digna.

No había tal reflexión no solo porque era irrelevante tal y como planteé el libro, sino porque yo ya tenía resuelto el dilema: no cabían peros a la decisión de Antonio. La literatura se hace con dudas, no con certezas. Además, creo que la cuestión de la muerte digna es tan delicada (por dolorosa para quien tiene que decidir, no porque soliviante y excite a nadie), que hay que evitar cualquier intervención que añada bronca y griterío. Asaetear con preguntas a Ángel Hernández y banalizar su acto como parte del ruido electoral es profundamente regresivo. No comprendo la histeria desatada, que casi ensordece la tristeza y la indignación mayoritarias por que la legislación española no sea capaz de dar amparo a casos como este. ¿Es mucho pedir un poco de silencio? O hablar en voz baja, al menos.

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Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

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