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Mariola Membrives: “El flamenco está en la base, pero nada de lo que hago es flamenco”

La cantante andaluza se alía con el guitarrista Marc Ribot, héroe de la vanguardia neoyorquina, para lanzar un disco con las canciones populares que grabó Federico García Lorca con La Argentinita en 1931

Mariola Membrives, en Barcelona.
Mariola Membrives, en Barcelona.JUAN BARBOSA

En voz muy baja, y acompañándose con las palmas, Mariola Membrives entona una conocida estrofa. “La luna es un pozo chico, / las flores no valen nada, / lo que valen son tus brazos / cuando de noche me abrazan”. La cantante andaluza quiere recalcar que esa canción, ‘Zorongo gitano’, es la que más resortes de su memoria remueve de todas las incluidas en su último disco, Lorca, Spanish Songs, que sale a la venta el 1 de marzo y para el que ha contado con la guitarra del músico estadounidense Marc Ribot. El álbum recoge las Canciones populares españolas que Federico García Lorca (1898-1936) recopiló con paciencia —“he estudiado durante 10 años el folclore de mi país con sentido de poeta”, escribió—, que difundió durante años en sus montajes teatrales y que el autor granadino grabó en 1931 acompañando con el piano la voz, el zapateado y las castañuelas de la cantante y bailarina Encarnación López Júlvez, La Argentinita (1898-1945).

“Mis referencias, más que las de Lorca y La Argentinita, son las de mi familia. Es como si hubiera nacido con eso ya aprendido”, enfatiza Membrives durante la entrevista en el hotel 1898 de Barcelona, “el ‘Zorongo’ fue el primer baile gitano que hice en mi vida, con cinco años”. Y se pone a cantar recordando a la niña que aprendía a tocar las castañuelas.

Aquellos temas, 10 en total recopilados por la discográfica La Voz de su Amo en cinco discos de pizarra de 78 revoluciones por minuto, constituyen las únicas grabaciones de Lorca. Sin registros de su voz, solo ha llegado hasta hoy la música al piano del escritor asesinado al inicio de la Guerra Civil. Lorca propuso que los poetas callaran “ante esa magnífica poesía que han hecho los campesinos”, recogida en temas como ‘La Tarara’, ‘Los cuatro muleros’, ‘En el café de Chinitas’, ‘Los peregrinitos’ o ‘Anda jaleo’. Paco de Lucía ya grabó en 1965 todos ellos en versión instrumental. Y como precedente más reciente, la estadounidense Josephine Foster los reunió en un álbum en 2010 junto al entonces su pareja, el toledano Víctor Herrero.

Ahora, aquellas estrofas recogidas por Lorca son acariciadas por la voz limpia de Membrives y subrayadas por los desgarros de la guitarra de Ribot (Newark, Nueva Jersey, 1954), músico de referencia en la escena de vanguardia en campos como el rock, el jazz, la improvisación y hasta la música cubana, con una larga trayectoria en proyectos como los Realtones o The Lounge Lizards de John Lurie, y que además ha prestado su peculiar sonido en conciertos y grabaciones a leyendas como Tom Waits, Elvis Costello, John Zorn, Laurie Anderson o Marianne Faithfull.

Membrives explica que escuchó a Ribot en un vídeo de YouTube. “Hacía una versión de ‘Dark Was the Night, Cold Was the Ground’, de Blind Willie Johnson, y yo flipé porque hasta la camisa le suena, era increíble”, cuenta, “y me dije, ‘claro, yo quiero…, yo quiero hacer algo con este hombre, yo quiero ese sonido’, ese sonido tan personal, pero tan tradicional, y tan radical, y tan sucio a veces… Y fue una persecución [se ríe]”. Como las agendas no han podido coincidir, todo se hizo a distancia. Ella puso su voz con arreglos provisionales, él grabó sus guitarras al otro lado del Atlántico, y finalmente se grabó la voz definitiva para cerrar el disco.

Siempre he tenido mucho miedo de cantar, mucho pánico, mucha vergüenza. Con Llorona salí del armario

Ribot reconoce que hacer un proyecto sobre el poeta le atrajo desde el principio: “Siempre me ha gustado la poesía de Lorca, aunque debo admitir que leí la mayor parte de ella traducida”, cuenta por correo electrónico. Y recuerda que en los ochenta hizo un grafiti con la frase “Escupo a los que dejan los cielos hechos añicos”, en referencia a ‘New York (oficina y denuncia)’, uno de los poemas de Lorca: “Me emocionó la idea de esta colaboración…, y había mucho espacio para que yo improvisara”. Sobre la cantante, manifiesta: “Creo que Mariola tiene una voz exquisita, y que corrió un gran riesgo como artista al trabajar conmigo a larga distancia…, pero de alguna manera sentí como si estuviéramos en la misma habitación”.

Membrives nació en Andújar (Jaén), pero se crio en Córdoba y allí se formó en cante y danza española, a lo que sumó siete años de estudios en arte dramático en Madrid. En 2004 aterrizó en Barcelona para estudiar en la Escuela Superior de Música de Cataluña (Esmuc). Poco a poco se fue preparando para dar un salto sin red hacia propuestas vanguardistas y rompedoras.

En los últimos años, ha colaborado por ejemplo con La Fura dels Baus en el montaje Free Bach 212. También se arriesgó, pero con una estupenda acogida, con la adaptación en 2016 de Omega (1996), el reverenciado disco de Enrique Morente y Lagartija Nick sobre los versos de Poeta en Nueva York, de García Lorca. “Morente”, explica sobre el cantaor de Granada, “es para mí un referente porque nunca terminó, todo estaba abierto, todo el tiempo… No por su voz, no por su obra, sino porque no paraba de generar búsqueda, y eso son muchas verdades chicas, pero ninguna radical”. Ahora, y hasta el próximo 3 de marzo, actúa en el Teatre Romea de Barcelona en el espectáculo Federico García. “Llevamos ya 100 funciones y me sigue emocionando”, cuenta, “ayer me hinché de llorar, acabas diciendo ‘pobrecico, pobrecico”.

La artista habla despacio, con un tono que contrasta con la energía que despliega en el escenario. Aunque recuerda que antes no era así: “Siempre he tenido mucho miedo de cantar, mucho pánico, mucha vergüenza. Me encerraba en el baño y ahí cantaba, horas, en el único sitio donde había pestillo de mi casa”. Todo cambió hace cuatro años, cuando publicó su primer álbum, Llorona (2015), una mezcla de música latina, flamenco y jazz con el contrabajo del japonés Masa Kamaguchi. “Con Llorona salí del armario, fue un desahogo”.

Aun así, explica que todavía tiene pendiente ser creativa mientras hace flamenco tradicional. Y quizá por eso lo arriesgado de sus propuestas. “Siempre intento coger algo que lo siento muy identitario, muy personal, no porque sea flamenco o andaluz, sino porque a mí me identifica, y meterlo en un contexto totalmente diferente”, explica, “y eso me crea una especie de ansiedad, de angustia, de subidón, que me enseña un camino más verdadero. El flamenco está en la base, pero nada de lo que hago es flamenco”.

Lorca, Spanish Songs. Mariola Membrives. Karonte. A partir del 1 de marzo.

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