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Crítica | Una cuestión de género
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sola contra el sistema

Un 'biopic' quizá sea la segunda mejor opción –a falta del musical de Broadway- para coronar la transformación de la jueza Ruth Bader Ginsburg en icono pop

Felicity Jones, en un fotograma de 'Una cuestión de género'.
Felicity Jones, en un fotograma de 'Una cuestión de género'.

Un biopic hollywoodiense quizá sea la segunda mejor opción –a falta del musical de Broadway- para coronar la progresiva transformación de la jueza Ruth Bader Ginsburg en icono pop. Pocas semanas después del estreno del documental RBG, de Julie Cohen y Betsy West, Una cuestión de género, la película con la que Mimi Leder vuelve a la dirección tras diez años de plena dedicación televisiva, eleva al personaje al podio de las vidas ejemplares siguiendo los cauces más convencionales, y didácticos, del subgénero. El propio sobrino de la biografiada se encarga del guion, como tácita garantía del directo conocimiento del entorno familiar que retrata la película, porque esta no es solo la historia de una heroína dispuesta a desarticular una injusticia sistémica, sino, también, la de una complicidad de pareja que alcanza su momento culminante cuando Martin Ginsburg –un Armie Hammer que es como la versión Ken de su referente real- da un decisivo paso al lado.

UNA CUESTIÓN DE GÉNERO

Dirección: Mimi Leder.

Intérpretes: Felicity Jones, Armie Hammer, Justin Theroux, Kathy Bates.

Género: biopic. Estados Unidos, 2018.

Duración: 120 minutos.

Una cuestión de género decide, tras una introducción que detalla el ingreso académico y las circunstancias familiares de Ginsburg, centrarse en la primera victoria legal que daría alas a su camino hacia el Tribunal Supremo: un caso que permitía poner el dedo en la llaga patriarcal a través de una anómala circunstancia que discriminaba, en cuestión de exenciones fiscales, a un hombre. Felicity Jones da vida a una convincente Ruth Bader Ginsburg joven equilibrando aparente fragilidad e imbatible determinación. La película cuenta bien su historia, pero Leder solo logra transmitirla, no trascenderla.

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