Un refugiado kurdo gana un premio con el relato por WhatsApp de su prisión en Australia
Behrouz Boochani escribió la crónica literaria de sus cinco años para ocultar el escrito a los guardas del centro de la isla de Manus
Australia detuvo durante cinco años en una isla del Pacífico a Behrouz Boochani, un periodista iraní-kurdo que solicitó asilo al país. Una experiencia extrema que prefirió no olvidar y que escribió por WhatsApp que mandaba a su traductor, Omid Tofighian con el título No friend but the mountains: writing from Manus Prison by text message from inside a detention centre (Sin más amigos que las montañas: escribiendo desde la prisión de Manus por mensaje de texto desde un centro de detención). De los mensajes salió el libro que ahora ha sido reconocido con el Premio Victorian de Literatura, dotado con más de 72.000 dólares (unos 63.000 euros). Antes ya había ganado el Victorian Premier, en la categoría de no ficción.
La escritura es hermosa y precisa y combina tradiciones literarias de distintas partes del mundo, pero sobre todo kurdas
Boochami fue detenido por primera vez en 2013, cuando trataba de llegar en barco desde el Sureste Asiático. Cuatro años después fue encerrado en la isla de Manus, en Papúa Nueva Guinea, y de aquel centro de detención se lo llevaron a un edificio alternativo, junto con cientos de personas. Prefirió los mensajes de texto al papel para evitar la censura de los guardas, que asaltaban la habitación semanalmente y rebuscaban entre sus cosas. Boochani, que huyó de su país porque las autoridades le perseguían por su trabajo como periodista, temía perder los escritos si lo hacía en papel, así que prefirió enviarlos. Huyó de una cárcel para acabar encerrado varios años en otra.
El autor, que escribe para el diario británico The Guardian, ha hablado con la BBC y ha explicado que pasa por un momento contradictorio. Por un lado, está feliz porque ha podido llamar la atención sobre la situación por la que atraviesan miles de personas pero, por otro, asegura: “Siento que no tengo el derecho a celebrarlo porque muchos amigos míos están sufriendo en ese lugar". Boochani sigue a la espera de que las autoridades decidan qué hacer con su caso, porque recibió el estatus de refugiado en Papúa Nueva Guinea, pero no desea quedarse allí.
Escritor prisionero
No friends but the mountains es un libro que denuncia el maltrato contra quienes buscan la supervivencia lejos de sus países de origen. Es una crónica en primera persona del intento de acabar con la identidad, la humanidad y la individualidad de las personas en riesgo de exclusión que huyen de la muerte y se encuentran con el rechazo: “No somos ni ángeles ni demonios. Somos humanos, simplemente humanos, somos gente inocente”, dice Boochani en la entrevista con la cadena británica. “Ayer un refugiado inocente se convirtió en víctima del campo de prisioneros de Bellwood en Sydney. Hoy, un joven refugiado intentó suicidarse en Manus. Afortunadamente, sobrevivió. No sé cuánto tiempo este gobierno quiere continuar con esta violación de los derechos humanos”, puede leerse en uno de sus últimos mensajes publicados en su cuenta de Twitter, desde el centro de Manus.
Australia's system of torture and death has multiple sites onshore and offshore. Sadly, another victim in Villawood, Sydney today. For how many years do you want to kill people in this way?
— Behrouz Boochani (@BehrouzBoochani) January 25, 2019
El premiado ha contado su experiencia en cerca de 30 seminarios a lo largo de Australia y universidades de todo el mundo. También ha rodado un documental con su móvil sobre esta experiencia. El libro, también, es el más vendido en el Melbourne Writer’s Festival. Y, según cuenta el propio Boochani, ha sido señalado entre los mejores títulos del año en cabeceras como The Age, The Australian, The Guardian o The Saturday Paper. “Creo que este libro tiene el potencial como para cambiar el fascismo y denunciar lo que los gobiernos sucesivos han hecho en Manus y Nauru, en los últimos seis años. Uno de mis principales objetivos es publicar el libro a nivel internacional y estamos trabajando arduamente para presentarlo a lectores de todo el mundo”, cuenta. Hasta ahora han confirmado su publicación editores de EEUU, Taiwan y Italia. Pronto tendrá confirmación de editores en Reino Unido, Francia y Alemania. De España, no hay señal.
El jurado del Premio Victorian describió el libro galardonado como “una impresionante obra de arte y una teoría crítica que va más allá de la simple descripción”. Para leerlo, la organización del premio tuvo que hacer una excepción y aceptar una obra de un autor que no es ciudadano australiano ni residente permanente. El centro Wheeler, responsables de la administración del premio, aceptó la recomendación de los jueces e incluyó entre los seleccionados el libro de Boochani. “La escritura es hermosa y precisa y combina tradiciones literarias de distintas partes del mundo, pero sobre todo kurdas”, dictaminaron los expertos. Además, destacaron el uso de “distintas formaciones narrativas, desde el análisis crítico hasta las descripciones densas; de la poesía al surrealismo distópico”.
La actividad de Boochani para dar a conocer la situación de abandono de los refugiados en Australia es imparable. También ha colaborado con el dramaturgo de Teherán Nazanin Sahamizadeh, en la creación de la obra de teatro Manus. El montaje viajará a los escenarios de Australia. Sahamizadeh entró en contacto con el escritor y periodista porque quería dar a conocer las voces de los refugiados olvidados en la remota isla, con el relato de siete hombres iraníes que escapan de su país y se encuentran con una detención indefinida y la incertidumbre vital.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.