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El año en el que bailaremos de todas las formas posibles

La electrónica marca el paso de las grandes estrellas y de los festivales en un curso en el que se conmemora el medio siglo de la celebración de Woodstock

Solange en el festival Lattitude en Southwold, Reino Unido.
Solange en el festival Lattitude en Southwold, Reino Unido.Carla Speight (WireImage)
Fernando Navarro

Afirmaba el musicólogo británico Simon Reynolds, una de las mentes más lúcidas de la crítica cultural contemporánea: “Hoy sabemos demasiado sobre todo cómo para sentir el asombro de otras épocas ante la música”. Tal vez por eso se hace difícil asombrarse cada año con lo que está por venir en el mundo de la música popular cuando además vivimos con un pie anclado en el pasado. Y, sin embargo, 2019 llega en España con la resaca que todavía deja el terremoto que supuso Rosalía. Después de que El mal querer entró en todas las listas nacionales de lo mejor de 2018 pero también de medios extranjeros como The New York Times, New Yorker, Pitchfork, The Guardian o NPR, sus pasos este año van encaminados a consolidarse como estrella planetaria con su presencia en el mercado anglosajón, codeándose con el resto de gigantes del pop, y con su participación en macrofestivales como el Primavera Sound, Bilbao BBK Live e  incluso el Coachella estadounidense

Desde sus orígenes flamencos, Rosalía es el ejemplo más llamativo en España de una realidad a nivel internacional que se reafirma: cualquier género se contagia de electrónica. Así, este curso empieza marcado por grandes lanzamientos de artistas que apelan también al baile desde sus diferentes orillas estilísticas. Desde los veteranos The Chemical Brothers con sus distorsiones clásicas o Underworld con su toque dance hasta algunas de las últimas estrellas del firmamento independiente como Tame Impala con su nueva psicodelia o Frank Ocean con sus sampleados cadenciosos, pasando por la variedad de ritmos negros actualizados con marca digital de Rihanna, Childish Gambino o Solange, este año se buscará aún más el ritmo adictivo, incitando a cabeza y pies con una gran variedad de fórmulas de alcance masivo.Y muchos cruzan los dedos para que se hagan realidad los rumores de la salida de las nuevas obras de Adele, Dua Lipa y Kanye West, previstas para 2019.

La carátula del disco de Los Unidades.
La carátula del disco de Los Unidades.EL PAÍS

En la cúspide del pop es época de sonidos líquidos, surgidos de las máquinas que satisfacen necesidades inmediatas de escapismo o recreo físico, como viene haciéndose desde hace lustros en escenas de la electrónica vivas en el underground y la cultura de club. Bien lo saben Coldplay. Lejos de sus orígenes de pop de radiofórmula, la banda británica ha pasado a llamarse temporalmente Los Unidades en una reivindicación de su formato más hedonista y rítmico en colaboración de Pharell Williams, Stormzy o David Guetta. Después del lanzamiento del single E-lo, con su planteamiento llenapistas, se prevén más canciones en esta línea. Y, mientras tanto en este escenario con tanto plato, se espera también la salida del último trabajo del dj barcelonés John Tabalot.

Los grandes festivales españoles, que han roto cualquier frontera pasada, también saben definitivamente que estos sonidos marcan el pulso. Se acabaron los nichos musicales. Toca expandirse sin pudor hacia lugares más allá de las guitarras. Primavera Sound ha dinamitado del todo su conocida identidad de salvaguarda del indie para crear un cartel lleno de trap, electrónica, rhythm and blues contemporáneo, rap e incluso reguetón con la sorprendente presencia del colombiano J Balvin. Mismas incursiones, aunque más tímidas, hacen el BBK Live -pese apuntarse el tanto del regreso de los Strokes- o Mad Cool. Entre todos, destacan el concepto de que la música en directo como experiencia no entiende de géneros para un público criado al calor de los festivales.

Pero indiesigue habiendo, y mucho. Tal vez lo más destacable por resonancia mediática son de Foals, The Flaming Lips y Ryan Adams, que ha prometido hasta tres álbumes, como ya hizo en 2005. Pero conviene fijarse en la letra más pequeña del superpoblado universo independiente. Ahí es donde su cuecen obras con nervio y atrevimiento creativo. En este panorama, habrá que prestar atención a los próximos trabajos de Sharon Van Etten, Steve Gunn, Steve Mason, Nick Waterhouse, Deerhunter, Beirut, Fat White Family, Bob Mould, Cass McCombs, Joe Jackson, Son Volt, Panda Bear, Jim Jones, Mercury Rev, Weezer y Lamchop, entre otros. Y muy interesante seguramente sea lo que se salga de la colaboración del trío femenino Sleater-Kinney con St. Vicent, que ejerce de productora de su futuro trabajo. 

John Zorn, en Nueva York.
John Zorn, en Nueva York.Ebet Roberts (Redferns)

En España, ya se sabe que dos pesos pesados para el público joven traen disco bajo el brazo. Leiva ya ha adelantado una canción de su próximo disco al igual que Amaia, la ganadora de Operación Triunfo en 2017 y todo un referente de la generación millennial. Rompiendo los pronósticos de parte de su público, del reality-show televisivo y de su propia discográfica, Amaia se ha puesto a las órdenes de Refree, que ya produjo a Rosalía y Sílvia Pérez Cruz. Se antoja que su nuevo espíritu artístico dará mucho que hablar en 2019. No son los únicos álbumes que prometen hacerse oír con fuerza este curso. La escena española espera lo próximo de Coque Malla, Amaral, Mikel Erentxun, El Drogas, Fangoria, Miss Caffeina, Bebe, Kiko Veneno, e incluso el portugués Salvador Sobral. Como en el flamenco se espera lo nuevo de Rocío Márquez, que se acompañará del guitarrista Juan Antonio Suárez Cano. Y en el jazz se frotan las manos con la participación del inmenso John Zorn en Jazzaldia. Como la vieja guardia lo hace con Bob Dylan, que, incombustible con su gira interminable, dará ocho conciertos en España esta primavera, mientras unos oyentes más jóvenes lo hacen con las actuaciones que dará Florence and the machine. 

Amaia en la gala de diciembre de 'OT'.
Amaia en la gala de diciembre de 'OT'.Mikel Trigueros (@GTRESONLINE)

Y, con todo, puede que 2019 para muchos termine siendo el año del 50 aniversario de la celebración del festival de Woodstock o de la conmemoración del medio siglo de la publicación de Abbey Road de los Beatles. La retromanía, que diría Simon Reynolds, es lo que tiene. Cierto. Pero nada comparable a volver a ver en un escenario a los Backstreets Boys —también con nuevo álbum— y las Spice Girls. Dos grandes regresos. Aquellos años noventa ya forman parte de la nostalgia. Seguramente, eso debería asombrarnos —¿o preocuparnos?— más que el fenómeno Rosalía o cualquier cambio que esté por venir.

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Sobre la firma

Fernando Navarro
Redactor cultural, especializado en música. Pertenece a El País Semanal y es autor de La Ruta Norteamericana. Ejerce de crítico musical en Cadena Ser. Pasó por Efe, Abc, Ruta 66, Efe Eme y Rolling Stone. Ha escrito los libros Acordes Rotos, Martha, Maneras de vivir y Todo lo que importa sucede en las canciones. Es de Madrid.

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