Amaral afronta una reinvención en clave “positiva y electrónica”
El dúo zaragozano ultima el trabajo “menos críptico” de su carrera, cuatro años después del tenebroso ‘Nocturnal’
Eva Amaral y Juan Aguirre regresarán en 2019 a la actualidad musical española con el disco “más positivo y menos críptico” de su trayectoria. El octavo trabajo en estudio de Amaral se caracterizará también por la presencia de muchos más “elementos electrónicos” de los que son habituales en el trabajo del dúo zaragozano, según avanzó Aguirre en el transcurso de un taller de periodismo cultural celebrado este mes de diciembre en Bogotá (Colombia).
La cantante y el guitarrista llevan varios meses “enclaustrados” en su estudio madrileño preparando su próximo álbum, aún sin título y llamado a convertirse en una de las novedades más esperadas del pop español de cara a la nueva temporada. Cuatro años después de su antecesor, el grave y tenebroso Nocturnal (2015), el trabajo que ultiman Eva y Juan asume “una visión de la realidad más colorista” y se permite incluso “superar ese cierto espíritu críptico” que en la parte literaria ha caracterizado al tándem. “Esa oscuridad es una característica que a veces tenemos los del norte de España”, se sinceró Juan Aguirre, “pero esta vez queremos ser más claros y coloquiales”.
Los autores de himnos como Sin ti no soy nada, Revolución o Cómo hablar habían decidido apartarse de la circulación mediática para concentrarse en la elaboración de este trabajo, pero hicieron una única excepción con motivo del taller de periodismo cultural Cómo contar la cultura con palabras, promovido en la capital colombiana por la embajada de España en Colombia y la revista cultural Arcadia. “Nos sentimos cómodos entre periodistas porque, antes aún que músicos, somos aficionados, hemos crecido escuchando emisoras piratas y siempre hemos visto el periodismo como una profesión apasionante y un poco idealizada desde fuera”, reconoció Aguirre.
A lo largo de una videoconferencia de 40 minutos, el guitarrista y compositor de Amaral (Eva sufrió una indisposición de última hora) respondió a las preguntas de los 15 periodistas menores de 30 años inscritos en el taller. Aguirre admitió que el dúo “practica un método de composición caótico”, en el que el uno “reescribe a menudo las letras y las guitarras del otro”, pero que esta fórmula heterodoxa les permite “ser algo adicional, más que la suma de dos personas”. “Eva podría hacer discos en solitario”, se sinceró su compañero. “Siento verdadera admiración por ella, porque es una persona muy talentosa tanto en música y artes plásticas”.
Los alumnos no refrenaron su curiosidad por la relación de un grupo de éxito como Amaral con la prensa musical y la crítica especializada. “Nuestra máxima al respecto, aunque no siempre sea fácil cumplirla, es que las críticas buenas no se agradecen y las malas no se discuten”, alegó Juan Aguirre. Confesó el músico zaragozano que en alguna ocasión se había sentido “abrumado” ante determinados halagos, “y en esos casos tienes que ponerte, nada más llegar a casa, un disco auténticamente mítico, para que no se te suba a la cabeza…”. Y defendió la labor de la crítica como “necesaria”, pese a los“intrusismos”. “Hemos visto a críticos en conciertos apenados por tener que escribir mal del grupo, pero la crítica honesta ha de ser así”, resumió.
El perro tras el hueso
En lo referente al proceso creativo, el cofundador de Amaral recurrió a una curiosa metáfora canina. “Escribir canciones es lo más parecido a un perro que persigue un hueso y no siempre lo encuentra. Algunos días, incluso, no consigues dormir y a las seis de la mañana te levantas y agarras una guitarra en estado de excitación, porque crees haber encontrado algo. Cuando suena algo en tu cabeza, eso es, como al perro con el hueso, lo único que importa…”. Y en el nuevo álbum sonarán, por cierto, elementos de percusión y batería poco frecuentes, incluso con percusiones no occidentales para uno de los cortes.
Juan Aguirre reveló, por último, que el grupo recuperará para su próxima gira el tema Ratonera, difundido digitalmente en 2014 y la pieza más rabiosa, crítica y políticamente comprometida que el dúo haya publicado jamás. “Si no la incluimos en Nocturnal es porque no cabían todas las canciones, no porque nos arrepintiéramos”, aclaró. “Ratonera nació como reacción ante una avalancha de políticas injustas contra la mayoría de los ciudadanos, era como un trozo de pan que se te ha quedado en la garganta y no te deja digerir ni respirar. Y la letra incluye palabras, como calaña, que nos gusta cómo suenan…”. El músico reivindicó las letras “que observan la realidad y se nutren del mundo global que nos ha tocado vivir”, y recordó que Amaral nunca ha renunciado a una dimensión social de su obra. “Nuestro primer sencillo, Rosita, se inspiraba en una chica sin hogar que conocimos cerca de la escuela de arte donde Eva estudiaba, y estamos hablando de 1997”, rememoró.
Elogio del “componente hipnótico” del reguetón
En un país como Colombia, donde es imposible no escuchar reguetón a cualquier hora y en cualquier rincón de cada ciudad, era inevitable que los alumnos del taller Cómo contar la cultura con palabras acabaran pidiendo a Amaral su opinión sobre este género o el dancehall. Y Juan Aguirre se mostró mucho más interesado en ellos de lo que cabría imaginar. "La música de J Balvin, por ejemplo, incluye un componente hipnótico en su parte rítmica que me encanta. Le escuché Machica en un programa de TVE y me asombró esa onda. Con el ritmo del reguetón sucede un poco como con el del flamenco: no sabes dónde entra la parte fuerte de cada compás y no lo comprendes bien, pero te atrapa. Algunos clásicos internacionales, como Cheap thrills, de SIA, serían inimaginables sin Latinoamérica".
Aguirre asumió que algunas letras reguetoneras "son cuestionables y no nos gustan", pero avisó de que este defecto "no es privativo de tal o cual género, porque a mí tampoco me gustan todas las letras que escucho en discos de rock". Alabó al puertorriqueño Tego Calderón como su artista favorito del gremio y terminó con un alegato por la diversidad. "Nunca hemos tenido problemas a la hora de escuchar música brasileña, panameña, puertorriqueña o bonaerense, igual que hemos colaborado con jipjoperos de Chile. No tengo ningún prejuicio a la hora de escuchar tal o cual ritmo, no quiero ser como los padres que entraban en el cuarto a bajarle la música a sus hijos. No me puedo imaginar un músico sin música, y mucho menos sin música diversa".
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