“El poder está muy lejos del día a día de muchas personas”

Apenas acabada la gira de su último trabajo, Nocturnal (2015), Amaral sale a la carretera de nuevo para seguir poniendo en escena esos temas, pero en esta ocasión en escenarios europeos. Antes de eso ha vuelto a grabar los títulos de ese disco para crear Nocturnal Solar Sessions. "No es más optimista, pero los sonidos que envuelven las canciones sí son más brillantes. Hay guitarras acústicas, violines, pianos... Nada de eléctricas". El dúo zaragozano desnuda sus temas en este álbum, que se publica este 27 de enero. Tras su periplo por el continente regresarán a España en verano y acabarán en octubre en Madrid con un concierto que grabarán.

Infusión en mano Eva, y luchando contra la gripe Juan, eligen una librería madrileña punto de encuentro habitual para sus entrevistas, para contar de qué va esa contraposición entre las sesiones solares y la nocturnidad. "Al final son canciones reducidas a la esencia. Son una versión más minimalista con aproximaciones a nuestra parte mas folkie". La vuelta de tuerca a sus propias melodías se fue gestando durante su último tour. Por ahora no prevén más experimentos como este, por mucho que el próximo año se cumplan 20 de la publicación de su primer trabajo. "Sería bonito, pero no nos lo planteamos. Tenemos muchos temas nuevos y preferimos mirar al futuro", apunta Eva.

Londres es el punto de partida de esta pequeña gira europea que les llevará a otras dos ciudades británicas, a Alemania y Holanda. Anuncian que el repertorio incluirá "una nueva y potente" versión de Marta, Sebas, Guille y los demás, esa canción de 2005 que habla de jóvenes que trabajan sin contrato y de amigos que tienen que marcharse porque se quedan sin empleo. "Nos hemos dado cuenta de que para la gente ese tema tiene un sentido especial", señala Juan. Ellos siempre han defendido que muchos de sus temas cuentan con ese componente social. "Siempre entendimos que las canciones tenían que responder a un sentimiento que podemos compartir muchas personas. Nos pareció bien que una canción como Ratonera generase un debate porque reflejaba una realidad: que el poder está muy lejos de las inquietudes del día a día de muchas personas".

El arte ha servido para metabolizar toda esa incertidumbre de los últimos años, sostienen. "Por un lado se ha hecho música pesimista, que reflejaba lo que estábamos viviendo. Pero por otro también ha habido optimismo para evadirnos. Cuando nosotros hacemos un concierto, pensamos en una fiesta", asegura el guitarrista.

Perfeccionistas en su trabajo, miman personalmente cada paso del proceso musical. Editan bajo su propio sello, Antártida, desde hace 10 años, porque aseguran no entender otro modo de hacer música que de una forma "completamente libre". Así es como nació el grupo ante la preocupación, ahora transformada en orgullo, de sus familias. "Dedicar tu vida a la música ya implica un componente de rebeldía importante", reivindica Eva.

A principios de enero ofrecieron uno de sus conciertos más especiales: en teatro Real y acompañados por la Banda Sinfónica Municipal de Madrid. Participaron en la propuesta bajo las premisas de que se retransmitiera en vivo a través de internet y que las entradas tuvieran precios populares. Eva defiende que no es un lugar con aura elitista:"Yo he vivido el teatro tal vez de manera diferente porque una amiga trabaja allí y me ha invitado a algún ensayo general. Pero es cierto que mola reivindicar este espacio para todos".