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EL DISCO DE LA SEMANA
Columna
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Andrew Cyrille: Portento de equilibrio jazz

El disco recibe una calificación de 9 sobre 10

A pesar de que comparten numerosas raíces, Andrew Cyrille y Wadada Leo Smith no han coincidido en el estudio en demasiadas ocasiones. Ambos pertenecen a la misma generación, aunque Cyrille comenzó su carrera un poco antes en ámbitos de un jazz más ortodoxo, y para finales de los sesenta los dos estaban entre los más destacados jóvenes improvisadores en la escena del free jazz: Cyrille al abrigo de Cecil Taylor y Smith al de Anthony Braxton.

Artista: Andrew Cyrille

Disco: Lebroba

Sello: ECM / Distrijazz

Calificación: 9 sobre 10

Enseguida colaboraron con Marion Brown, aunque cada uno por su cuenta, y coincidieron en el loft RivBea de Sam Rivers cuando en 1976 se grabaron las sesiones que producirían los cinco míticos volúmenes de Wildflowers, pero, una vez más, Cyrille estaba allí con sus Maono, mientras que Smith estaba con New Dalta Ahkri. Desde entonces, baterista y trompetista sólo se han encontrado discográficamente en dos álbumes de John Lindberg grabados a finales del pasado siglo, lo cual es más que sorprendente teniendo en cuenta la enorme afinidad musical que hay entre ambos músicos.

Ahora, dos años después de que Andrew Cyrille retomase su carrera como líder por todo lo alto con The Declaration Of Musical Independence, el baterista se encuentra por fin con Smith en un álbum que se posiciona automáticamente entre lo más importante de su trayectoria.

Lebroba es uno de esos discos que uno escucha y escucha sin dejar de caer rendido ante el mágico ambiente que desprende: una sosegada y, al mismo tiempo, intensa conversación a base de pinceladas instrumentales, que respira de forma natural y orgánica.

Esto se debe al asombroso equilibrio que escuchamos en cada pieza, con los dos veteranos instrumentistas tejiendo la música delicadamente junto al tercer elemento de la sesión: Bill Frisell. El guitarrista, que ya protagonizaba buena parte del anterior álbum de Cyrille en ECM, adquiere en Lebroba —nombrado así a partir de las primeras sílabas de Leland, Brooklyn y Baltimore, lugar de nacimiento de Cyrille, Smith y Frisell respectivamente— la condición de igual asumiendo su rol en los mismo términos que sus compañeros.

Todos empujan en la misma dirección, y ocurre una cosa curiosa: teniendo los tres un perfil de líder, de creador que está acostumbrado a manejar los hilos en sus respectivos proyectos, todos ellos suenan aquí absolutamente personales, sin llegar a resultar dominantes. No supeditan su discurso, pero tampoco se generan desequilibrios ni arrebatos de protagonismo. Si acaso, es Cyrille, como líder de la sesión, quien marca el camino a base de sugerentes acentos y control del entorno acústico, pero Lebroba es un auténtico portento de confluencia entre personalidades alfa conviviendo en armonía. Es imposible imaginar esta música interpretada por cualquier otro, porque nadie podría tocarla como Cyrille, Smith y Frisell.

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