Un chicle demasiado mascado
Lo único que se salva es el carisma del personaje protagonista, Lisbeth Salander, y la enorme personalidad de su nueva intérprete, Claire Foy
Con el fenómeno Millennium si no de capa caída al menos lejos de la cresta de la ola marcada por los alrededores de 2010, con las tres películas suecas ya estrenadas en medio mundo, la gran producción estadounidense dirigida por David Fincher anunciada, y los tres enormes libros ocupando manos y mentes ávidas de los superventas del momento, llega Millennium: lo que no te mata te hace más fuerte, coproducción que intenta prolongar también en cine el ya estirado chicle literario de la saga de Stieg Larsson.
MILLENNIUM: LO QUE NO TE MATA TE HACE MÁS FUERTE
Dirección: Fede Álvarez.
Intérpretes: Claire Foy, Sylvia Hoeks, Sverrir Gudnason, Vickie Krieps.
Género: thriller. Reino Unido, 2018.
Duración: 118 minutos.
La prematura muerte de Larsson no evitó que la serie de novelas continuase. Primero, porque el escritor sueco tenía planteadas y escritas en parte, al menos, dos entregas más. Y segundo, porque en un mundo como el contemporáneo parecía improbable que los implicados no se animaran a seguir estrujando la gallina de los huevos de oro. Lo sorprendente, en cambio, es que la cuarta novela de la serie poco o nada tiene que ver con lo legado por Larsson, y que el nuevo escritor, David Lagercrantz, hasta entonces conocido como el biógrafo del futbolista Zlatan Ibrahimovic, parte prácticamente de cero si exceptuamos, claro, los habituales personajes de la serie. Y todo eso se nota en la discretísima Lo que no te mata te hace más fuerte, la película de Fede Álvarez que adapta esa cuarta novela, publicada en 2015.
Los libros de Larsson podían no ser gran literatura, de prosa convencional y trascendencia ínfima, pero al menos contenían un excelente manejo de multitud de hilos argumentales y una buena capacidad para presentar corrupciones políticas y morales de cierto interés. Y eso, sin apenas estilo (salvo en el caso de la película de Fincher), aunque con pulcritud y ritmo, se fue llevando a las sucesivas producciones suecas.
En Lo que no te mata te hace más fuerte sigue sin haber un estilo reconocible ni una estética atractiva en el trabajo de Álvarez. Pero lo que más resalta es que la calidad de la trama de Lagercrantz está muy por debajo de lo alcanzado por Larsson. El drama familiar es grueso y sin fisuras. El mcguffin que mueve a los personajes, patético, de película de Steven Seagal: un cortafuegos informático, cuyo desbloqueo permitiría controlar los misiles de todos los países del mundo. Y lo peor es la inconsistencia general de buena parte de las situaciones, siempre auxiliadas por un truco mágico de guion: tres de los personajes son hackers y, por tanto, resuelven todo a golpe de tecleo en apenas segundos.
De modo que lo único que se salva es el carisma del personaje protagonista, Lisbeth Salander (esta vez Mikael Blomkvist no pasa de la condición de florero), y la enorme personalidad, demostrada en cada actuación, de su nueva intérprete: Claire Foy, dolor en la mirada de la derrota personal y la conquista social.
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