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El Arenal Sound agota sus 50.000 abonos para la edición 2019 sin que se conozca el cartel

El precio, el gancho del décimo aniversario y el 'marketing' explican el récord en la venta de entradas en apenas 14 horas

Asistentes a la edición 2018 del Arenal Sound, el pasado agosto en Burriana (Castellón).
Asistentes a la edición 2018 del Arenal Sound, el pasado agosto en Burriana (Castellón). ÁNGEL SÁNCHEZ

El cartel de artistas para la décima edición del festival Arenal Sound, que se celebrará en la playa de Burriana (Castellón), del 30 de julio al 4 de agosto de 2019, es todavía una hoja en blanco, pero los aproximadamente 50.000 abonos para la cita musical ya se han vendido en su totalidad. En 14 horas, las transcurridas desde el mediodía de ayer domingo a las dos de esta madrugada, el certamen ha colgado el sold out. Un boom que hasta la fecha sólo comparten, y con varios puntos de ventaja, macroeventos como el británico Glastonbury —sin entradas en 40 minutos— o el Tomorrowland, que fulminó en una hora los billetes para la edición 2018.

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Tras los 7.100 abonos para empadronados en Burriana adquiridos el pasado martes y la pequeña remesa de accesos de día que se venderá cuando esté el programa musical por jornada, “no habrá más entradas a la venta. Muchas gracias sounders por confiar un año más en el festival. ¡Sois increíbles!”, informa en sus redes sociales el considerado como uno de los festivales más multitudinarios de España, con 300.000 asistentes en seis días en 2018.

Confianza. Fe ciega. El triplete vacaciones-fiesta-playa. ¿Cuál es la clave del éxito de un evento capaz de agotar entradas sin haber anunciado un solo nombre de los cien que prevé sumar a su décimo aniversario? ¿Dónde queda el gancho del cartel en un festival de música?

El precio de los abonos es el primer eslabón, y más teniendo en cuenta el perfil del sounder, que se mueve muy mayoritariamente entre los 18 y los 25 años, señalan a EL PAÍS desde la organización. Una semana de vacaciones junto al Mediterráneo al precio inicial de 39,95 euros —“más gastos y sin acampada, que se vende por separado y más adelante”, indican las mismas fuentes— es ya de por sí el mayor reclamo. El resto el cóctel lo completan otros ingredientes, a juicio de sus promotores, como la “confianza” en el formato y en quienes lo alimentan: “Viendo el cartel de años anteriores y el estilo del festival, el público confía en que va a ser igual, y se asegura la entrada aun sin saber quién vendrá”.

Se suman también “la expectación en el décimo aniversario o que la gente se haya quedado con un buen sabor de boca el pasado verano y quiera repetir”. Y luego está el marketing, vía #ASDream, la campaña de promoción de compra de entradas que ofrece suculentos premios al ganador, elegido entre quienes compren su abono durante el primer día. Este año prácticamente todo el público entrará en el sorteo de un viaje a Riviera Maya para cuatro amigos, un coche, el desplazamiento en jet privado al festival, alojamiento VIP, cinco abonos vitalicios, 500 euros para gastos dentro del recinto y un largo etcétera en premios. Y todo en el mismo paquete.

“Somos los primeros sorprendidos por el ritmo de las ventas”, afirman los organizadores. El año pasado la compra de entradas fue ya maratoniana: poco más de dos meses, de mitad de noviembre a principios de febrero. El récord se ha rebasado con creces.

No obstante, el repentino sold out no ha estado exento de polémica. El baile de precios en los abonos a medida que pasaban las horas ha enervado al público. Hay quien critica que el “no hay entradas” se haya logrado “a costa de subidas injustas y horas de espera” y quien califica este aniversario de “timo absoluto” y de “atraco a mano armada”. “Es difícil de entender y de creer [el sold out], pero es así”, inciden los organizadores, y explican que la subida aplicada a los abonos es la misma de todos los años. “Hay cupos establecidos y se va subiendo el precio”. Las primeras entradas son más baratas que los últimas, pero ese incremento se ha visto más progresivo en anteriores ediciones, “porque el ritmo era más lento”. Esta vez las diferentes cuotas se han rebasado en horas. “El año pasado el abono general acabó costando 150 euros en febrero, cuando se agotaron; ayer domingo pasaron en horas de 39,95 a 140 euros”.

“A las 17.00 solo había entradas a partir de los 100 euros; a las 22.00 hay entradas por 90 euros. ¿Cómo puede ser?”, apunta otra de las compradoras en redes sociales, mientras otra asiente: “Yo, al ver lo que he visto, he preferido no comprarla, porque ha sido una tomadura de pelo”. Los organizadores defienden la normalidad y legalidad del proceso: “Esto ocurre a veces con algunas entradas, que aparecen en el sistema como retenidas, pero si finalmente no se formaliza la venta porque el comprador se echa para atrás o no completa el proceso correctamente, vuelven a quedar libres y al precio que tenían en el momento de la reserva, de ahí que pueda llegar a ser menor”.

Tampoco ha faltado el azote de quienes critican al público por comprar sin conocer el cartel: “ […] ya os podrán colar a un artista que no conozca ni su madre en bucle durante seis días”…

“Ed Sheeran como mínimo tiene que estar tras la que se ha liado con la venta de entradas”, sugiere otro sounder. Desde el festival zanjan las críticas, anuncian las primeras confirmaciones para dentro de escasos días y garantizan que el Arenal Sound tendrá “el cartel que se merece el 10º aniversario”. Del 30 de julio al 4 de agosto de 2019, en la playa de Burriana que le da nombre.

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